Escape de los Zombies

RE: 2

Recorrió la comisaría, la respiración agitada, quedaban pocas balas debido a los recientes enfrentamientos. En esos momentos cuestionó su decisión de acribillar a los primeros zombis que encontró en el recinto.

La linterna se movía frenéticamente, intentando determinar cuál sería el siguiente cuerpo en levantarse e intentar devorarlo y así sumarlo a la armada de los no muertos.

Siguió caminando por el pasillo, las puertas a su costado estaban cerradas, una sensación de peligro de sentía en la zona.

De pronto alzó su cabeza y se encontró con una retorcida criatura, salida de las peores pesadillas. El monstruo cayó frente a él, tenía unas garras largas y afiladas, sectores de su cuerpo no tenían piel y mostraban su musculatura. Lo más inquietante era su cabeza, que mostraba expuesto su cerebro y una larga lengua que salía de su boca.

Dudó un instante en correr o pelear, recordó lo lejos que estaba la puerta y decidió disparar al cráneo. La bestia chilló y atacó dando un zarpazo. Recibió el golpe en medio del pecho, siguió disparando, pero su puntería era torpe y la criatura veloz. En pocos segundos, se encontró con la criatura sobre él, terminando con su vida.

- ¿Qué era eso? - Protestó el joven Marcos

-Un licker, les quedó bien en el remake, debes guardarte la escopeta para casos como este noob- Le contestó Lara, su hermana mayor. – Y ya vístete, debes ir a la escuela y no quiero llegar tarde a la uni –

Se cambió rápido, tomo las cosas que necesitaría para el día (o al menos la mayoría) y se subió al auto, feliz de saber que en pocos meses no volvería a la escuela.

-Mañana me encargaré de ese licker-

-Eso te pasa por gastar tantas balas, imagina que estas en un apocalipsis. Deberías cuidar tus recursos. Por eso yo usaría una ballesta, te permite recuperar munición- le replicó ella.

-Yo me quedo con una espada, es más rápida. Además, tú dices eso solo porque te gusta Daryl-

-Quizás- replicó sonriendo –Igual, en un caso así todos nos imaginamos como los héroes y creo que lo más probable es que seamos tan útiles como Andrea.

Ambos rieron. Llegaron a los pocos minutos a la escuela donde él se bajó. Vio alejarse el auto de su hermana, ella se había hecho cargo de la casa cuando sus padres habían fallecido un año atrás, asesinados en un robo.

Sin más preámbulos, y cinco minutos tarde, entró a su colegio, sin saber que el apocalipsis estaba a punto de desatarse.