Bellatrix Black

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Nunca nadie se ha fijado en mis cambios, o eso es lo que yo creo. He de admitir que en mi época de juventud fui aún más hermosa de lo que soy ahora. Alta, de rizado y negro cabello, de ojos oscuros como la noche al igual que los de la tía Walburga. Mis rasgos afilados me hacían notar.
La mejor Slytherin de la historia, la mejor Black de la historia, y sobre todo, ahora, la más fiel seguidora del señor tenebroso.

¿Crees que siempre fui la loca maniática de la que todo el mundo habla ahora?

No.

¿Crees que fue un elogio para mí torturar a una muchacha como Alice?

No.

¿Y por qué lo hice? Eso es lo que me pregunto a diario.

"Sabes muy bien porque lo hiciste Bellatrix"- apestosa voz que me guía a hacer cosas que no me gustan. Estoy loca. Si lo estoy, y hay momentos como ahora en los que tengo ratos de lucidez. Toda la culpa la tiene el estúpido de Tom Riddle "no hables así del señor tenebroso, maldita traidora" no es fácil vivir con mi propia conciencia, más la voz que me dejó el mestizo en mi mente. Esto, lo que soy ahora es provocado por el señor de las Tinieblas. Esta mujer demacrada, del pelo horrible, voz chillona, de ojos saltones. Esa, esa es Bellatrix Lestrange. Y yo, yo en el fondo de esa persona sigo siendo Bellatrix Black.

Recuerdo cuando aún iba al colegio de magia y hechicería. Las mirada de todos puesta en mí. La primera Black, la primera mujer de mi generación, la hermana mayor de las Black Rosier.

Quiero recordar aquellos días en que era una persona normal "nunca lo fuiste" ¡Que me dejes en paz un momento, maldita sea!

Siempre fui arrogante, deslumbraba arrogancia. Era hermosa, todos me lo decían; contextura delgada, cabello largo, pestañas largas y onduladas, ojos negros, piel blanquísima, largas piernas y buen cuerpo. Recordaré el día en que iba en séptimo, y Sirius en Quinto.

Sirius... mi amado primo Sirius.

Si había algo que a mí me molestaba desde siempre, eran los mestizos y los nacidos de muggle, ese odio me llevó hasta quien sería mi peor pesadilla, unos años más tarde, compartiendo ideales.

Los odiaba, a todos, traidores, mestizos y muggles. Pero los que más odiaba era a ese grupo de quinto curso de Gryffindor. Al cual pertenecía mi primo. Los merodeadores. No comprendía, por qué Sirius había quedado allí, él era un Black, y como tal debería comportase.

Caminaba destilando veneno, para todos, para mí nadie era igual o superior a mí. No, eran todos inferiores, yo era una Black, una mujer de alta clase, sangre pura. Pero había alguien que me conocía. Alguien que sabía que mi seguridad flaquearía con una de sus palabras. Sirius Black.

-¡Bellatrix!- su voz... la recuerdo, le miré con el ceño fruncido, desde que él se había ido de la mansión, no le había vuelto a hablar. Recuerdo que ese verano, la tensión estaba en el aire, y no solo la mala, sino también, entre nosotros una tensión sexual gigantesca. "incestuosa". Se alejó de sus amigos, y me había interceptado en un oscuro pasillo que iba a las mazmorras.

-¿Qué quieres?- dije filosamente, como una navaja, como la navaja que él me había regalado. Un juego de tres navajas de plata. Sonrió, y negó con la cabeza; él aparentemente complacido por mi respuesta. No dijo nada. Para ser de quince años, era alto y fuerte. Sin siquiera poder poner resistencia, me había acorralado contra la pared con sus dos manos puestas en mis caderas, mientras ponía un muro, entre el, y la pared. Sacó sus manos de mis caderas y las subió a la altura de mi cabeza, dejándome completamente inmóvil.

Y antes de que pudiera reclamarle. El color de las corbatas, y la misma sangre que llevábamos en las venas no le importó. Me besó, me besó como nunca nadie lo había hecho, y apretó su pelvis con la mía cuando quise forcejear. Y no me dejó salir de allí. Aunque yo tampoco quería hacerlo. Cuando estuvo seguro de que no le dejaría, o por lo menos que no podría moverme, bajó sus manos a mi cintura, y como impulso subí las mías a su cuello. Profundizamos el beso. Sí que lo hicimos, mi lengua contra la suya.

No recuerdo muy bien que sucedió después de eso, no recuerdo que fue lo que dijimos o hicimos después de besarnos. Solo sé que, desde ese momento, siguieron otro, hasta el día en que me comprometí con Rodulph Lestrange.

Y desde ese día, había tenido que terminar siendo Bellatrix Lestrange. Desde mi matrimonio, mi mente comenzó a confundirse, a llenarse de estupideces. A ser mala, a ser cruel, realmente cruel. La culpa la tuvo mi marido, mi marido y su gente, su círculo, sus amigos.

"sabes lo que tienes que hacer para volver a ser una Black" la voz, la misma voz, me sigue una y otra vez, me hace hacer cosas que no me gustan, me hace ser Bellatrix Lestrange, no Bellatrix Black "mátale"

Y como si dominara mi cuerpo, empuño la varita, y mientras él duerme, la maldición asesina le quita el último aliento. "bien hecho". Pero la voz no se va. No se ira nunca... porque es la voz del señor oscuro la que me sigue. La que me marcó. Es el quien debe morir. "no se te ocurra pensarlo Black".

Al menos, volvía ser la primera estrella de los Black.

✔✔ Entre estrellas y constelaciones |ONE SHOT| 彡Harry Potter彡Where stories live. Discover now