Capitulo 1: Desahogo.

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¿Bien, como podría comenzar esto?... en primera, antes de hablarte de mí, los pondré al día.

Es Venezuela en el año 2033, el país está hundido en la miseria y la pobreza, les explico, a principio de la crisis económica vivida en los años que abarcan desde el 2013, cuando murió en aquel entonces el presidente Hugo Rafael Chávez frías, en adelante el país se fue deteriorando de a poco, comenzando por la escases de comida, medicina y terminando con la falta de luz y el agua. Todos los servicios fallaron, la gente comenzó a valerse por sí misma cuando en el 2025 los países de Brasil y Colombia cerraran las fronteras con Venezuela debido a los saqueos vividos en la frontera, asesinatos ocurridos en masa por un grupo de extremistas que estaban en contra de cualquier "ayuda" que otros países les prestaran a Venezuela, se hacían llamar "los véngalas" ya que según, ellos y solo ellos traerían la paz y la prosperidad al país.

Al principio organizaban marchas y repartían alimento a las principales calles y barrios de los pueblos fronterizos pero después tomarían el control de dicho pueblo, nadie entraba y salía de ese lugar sin la autorización del ministerio que estaba operativo bajo las órdenes de las bengalas. Cada vez que ayuda llegaba a Venezuela ellos intervenían y solo tomaban lo que les serbia, pero la mayor parte de esa ayuda la hacían arder, literal ellos quemaban camiones con comida y medicina, tomaban control de las fronteras solo para evitar el paso de esa ayuda, decían que querían demostrar que el país no necesitaba de apoyo extranjero, pero en el fondo era más que obvio que ese grupo de asesinos solo quería aprovecharse de la situación del país para ser ellos quienes tuviesen el control de los pueblos y ciudades fronterizas...y les funciono.

El país está arruinado y es casi imposible salir de Venezuela e intentarlo sería un suicidio, por un lado toda la frontera se encuentra rodeada por muros de acero de gran altura como de unos 50 metros de alto, y por el otro las bengalas te asesinan si vez que intentas escapar, con la excusa de que eres un traidor a la patria te fusilarían. Pero aun así todas las personas intentan escapar de alguna u otra forma ya sea por mar o por aire, pero todos quieren salir, todos quieren escapar de esta pesadilla.

Te hablare un poco de mí, me llamo Estiven Santiago Cárdenas, nací en el 2017 una mala época para tener un bebé mi madre se llama Elisabeth me tubo cuando ella solo tenía 16 años, ella era delgada de piel morena y cabello castaño ella siempre actuaba de manera muy tranquila yo siempre he dicho que con ella es como si no existiera el tiempo ya que nunca la veras apurada ni estresada, me crio con mi abuela Martina una mujer de en aquel entonces 41 años morena y de pelo negro ella era todo lo contrario a mi madre, éramos una familia pequeña, vivíamos en una casa a 20 minutos en bus fuera de la ciudad, mi abuela estuvo preparada para la crisis, desde el 2014 ella estuvo recolectando alimentos, agua y demás víveres enlatados para sobrevivir en los tiempos en que fuese casi imposible encontrar comida, en el 2009 junto con mi abuelo construyeron una bóveda gigantesca para almacenar comida, mi abuela siempre hablaba de mi abuelo, me hubiese gustado conocerlo más... murió de un una peritonitis en el 2022 a los 49 años. En aquel entonces solo tenía 5 años, no conocía lo que era la muerte y mi madre nunca me hablo de lo que era hasta ese día.

Mi abuela falleció en el 2028 debido a un malandro que le disparo en el cráneo para quitarle su teléfono, lo cual me llena de rabia cada vez que recuerdo el día en el que nos enteramos de esa trágica noticia, un vecino le avisó a mi madre diciéndole a mi abuela la asesinaron frente a la parada de bus para robarle el teléfono. Esas palabras me llenan de ira e impotencia, no porque el vecino las allá dicho con falta de tacto, sino porque mi abuela no tenía teléfono. A pesar de que solo somos mi madre y yo, ella me hacía sentir como si no necesitáramos a más nadie, en el fondo se sentía dolida por no tener a sus padres, pero nunca me lo demostró, mi madre fue mi primera amiga, y bromeaba cuando jugaba con mis amigos y decía que yo era el hombre de la casa, mis amigos comenzaban a mofarse del trato tan empalagoso de mi madre, pero nunca me importo eso.

Un día salí a jugar, el cielo se veía con ganas de llover, así que se me ocurrió la idea de jugar a la pelota bajo la lluvia, corrí a buscarlos, pero mis amigos no estaban, sus casas estaban vacías, no había nadie en tres cuadras llaneras, me di cuenta que nuestros vecinos se habían ido y mi madre y yo estábamos solos, corrí rápido para avisarle a mi madre, pero al llegar a casa me encontré con un plato roto en la cocina, fui al cuarto y mi madre estaba acostada, parecía enferma, pero al verme se levantó y dijo que simplemente se sentía un poco mareada, fue a la cocina y comenzó a prepararme algo para almorzar, le conté que nuestros vecinos ya no estaban en sus casa, ella solo me dijo que pronto también nos iríamos, pero eso no paso.

En el 2031 mi madre enfermo, llamamos un médico para que viniese pero este nunca llego, a mi madre le faltaba el aliento y tocia de forma muy fuerte, fuimos a la ciudad donde una doctora determino que tenía principio de neumonía, le receto muchas medicinas de las cuales la mayoría no se conseguían, y un inhalador, mi madre solo de eso, pero algo no me cuadraba, mi madre se veía más delgada, casi no comía y casi no salía de la cama, regrese al hospital en la para hablar con la doctora pero el hospital estaba cerrado por no haber luz, la cual nunca volvió, en abril del 2032 la ciudad estallo en una guerra civil, no supe porque motivo, durante esos días mi madre y yo nos encerramos en la bóveda, lo único que me importaba era que mi madre se sintiera mejor, y a pesar de que la medicina era poca, parecía que le daba resultado, siempre la veía sonriente cuando se la daba, ella bromeaba diciendo que, ahora los niños crían a los padres, yo le respondía en broma:

- señora, yo ya no soy un niño, ahora soy el hombre de esta casa.

A pesar de todos esto que te he contado. Yo no me he ido, y no quiero irme, mi madre es todo lo que tengo y no la dejare, esta situación me entristece, me hace pensar en quien pude haber sido si tan solo las cosas no fuesen de esta forma, me hace pensar en que mi madre estaría mejor si todo esto fuese... diferente.

Actualmente es marzo del 2033, y anoche mi madre falleció mientras dormía.

La última conversación que tuve con ella fue algo corta...

-¿hijo?

-¿si señora?- le respondí

- ¿qué hora es?

-las 10:34 dice en mi reloj. Dije mientras buscaba una pastilla para ella en la mesita de noche.

Me acerco a ella para dársela junto con un vaso de agua.

-gracias.- se bebe la pastilla de ibuprofeno que quedaba.

-¿qué te parece si mañana damos un paseo? Me siento mejor-me dice mientras se recuesta en la cama de forma cansada.

- bueno ma, si tú lo dices está bien, solo cuando te sientas mal dilo y no comiences a fingir que te sientes mejor o terminaras vomitando como hiciste la semana pasada.- le dije en tono de broma a mi madre.

- jejeje, tranquilo, contigo siempre me he sentido protegida hijo- dijo sonriendo de manera débil con los ojos cerrados, listos para dormir,

- descansa mamá, ¿bendición?-.

- Dios te bendiga hijo- dijo mi madre sonriendo de forma casi susurrante.

Al amanecer me di cuenta que mi madre ya no estaba conmigo, y cuando lo hice me sentí tan solo, tan débil, tan inútil. No sé cuántas horas pase llorándola, esa noche no pude dormir pensando en que pasaría mis días solo en la casa.

Al amanecer comencé a preparar el sitio donde enterraría a mi madre, demore toda la mañana y parte de la tarde, ya casi para el anochecer termine de enterrarla. No paso ni un solo momento en el que no llorase, sentía que nunca estaría consolado, me sentía solo.

Después de prepararme la cena, la más insípida por cierto, me acosté cansado y no me di cuenta el momento en que me quede dormido, al día siguiente me prepare para irme de la casa, no tenía razón para seguir quedándome allí, solo me causaba dolor el seguir allí.

Bueno, eso fue todo, la razón por la cual escribí esta carta fue solo para desahogarme, y si, tal vez la primera parte de esto de seguro ya la conocías, de todas formas te deseo suerte, si llegaste aquí debes estar todavía lejos de terminar tu viaje, si te interesa deje comida en la bóveda, no es mucha pero alcanzara como para 2 días si eres una sola persona, suerte en tu viaje, yo también comenzare el mío, iré a la frontera a empezar desde cero, aquí ya no me queda nada.

DesdichaWhere stories live. Discover now