Llegué a casa agotada luego de estar todo el día en el estudio, dejé mi bolso en el buró y le marqué a Gumi. Hoy era su cumpleaños y le avisé que llegaría en media hora. Se supone que debía estar ahí hace 3 horas, pero el estudio no me dan mucha libertad.
Por fortuna Gumi comprendía. Sería mejor llevarle un buen regalo. Me duché rápidamente y me vestí así:
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Tomé el regalo que le escogí hace unos días, era una linda chaqueta de cuero que ella anhelaba tener desde siempre. Costó más de lo pensado, pero por Gumi todo lo vale.
Mi hermano mayor Mikuo, empieza su interrogatorio
-¿A dónde vas?
-A casa de Gumi
-Para qué?
-Su cumpleaños
-A qué hora llegas?
-Quizá me quede a dormir, te llamaré hermano, no te preocupes
Mi sonrisa era su punto débil. Bajó la guardia cuando lo abracé
-Adiós Mikuo
-Mejor deja te acompaño
Reí y acepté la compañía de mi hermano
Una vez en casa de Gumi, toqué el timbre y me abrió ella bastante arreglada, preciosa.
-Hola Gumi- sonrío- Feliz Cumpleaños
-Miku...hola- me devuelve la sonrisa y me hace pasar
No veo a nadie en su casa.
-Oye..este...¿Y la gente?
-Se fue hace media hora Miku- responde con normalidad- Estamos solo tú y yo
-Oh- no entiendo su mensaje- Genial
-Me parece que no comprendes- dice acercándose a mí
-La verdad, no
Mis mejillas se sonrojan al tenerla tan cerca, y no sé cómo mi cuerpo reaccionó tomándola del cuello y besándola apasionadamente. Ella me tomó la cintura y siguió el beso.
Nos dirigimos a su habitación sin dejar de besarnos y me acorraló a la pared. Bajó sus besos a mi cuello. Yo suspiré y dirigí mis manos a sus pechos, acariciándolos encima de la ropa.
Sus manos bajaron de mi cintura hacia...bueno,ya lo saben, no? Me empujaba más hacia ella provocando algunos roces.
Se deshizo de mi ropa en pocos minutos y yo de la suya.
Sus besos me hacían soltar jadeos constantes, yo arañaba su espalda cuando sentí que su mano bajaba a mi parte delantera e introducía sin previo aviso un dedo. Mordí mi labio cuando introdujo el segundo dedo. Los movió mientras mordía mi cuello, amaba eso.
No me quedé atrás y moví mi mano sobre su feminidad, la oí gemir, ambas movíamos nuestras manos al mismo compás...
Luego de un rato interminable sentí que estaba muy tensa, ella gemía sin parar igual que yo, arañé su espalda y solté un gemido sonoro corriéndome. Ella se vino momentos después.
Jadeábamos
Gumi me besó antes de caer rendida sobre mí.
Correspondí su beso y cerré los ojos disfrutando la sensación de tenerla acariciándome el cuerpo
