dos

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Eran las cinco de la tarde de un día gris cuando Luke llegó al parque, Nessa aún no aparecía por lo que se dispuso a jugar "candy crush" mientras la esperaba. Ella se disculpó por la tardanza ya que había dejado su móvil cargando; quería evitar que le sucediera lo mismo que el día anterior.

El rubio mencionó lo bien que se veía en su blusa de flores y la chica le devolvió el cumplido soltando una carcajada, debido a que vestía completamente de negro.

Las bancas eran un tanto incómodas de manera que prefirieron sentarse sobre el pasto, bajo la sombra de un gran árbol. Pero allí ninguno decía nada; sus cabezas estaban inclinadas y sólo se oía el sonido que emitían las teclas.

Por una parte, Nessa chateaba con su mejor amiga; en el último mensaje se quejaba de que se estaba poniendo tímida puesto que no lograba hablar con Luke espontáneamente. A lo que Izzy se burló de ella respondiéndole "Haha, buen chiste", su amiga era la persona menos tímida que conocía.

Y por el otro, para que el ambiente no estuviera tan tenso, Luke le pidió ayuda su mejor amigo Ashton, quien acababa de enviarle un mensaje que decía: "Invítala a tomar un helado imbécil"

De inmediato él puso el plan en marcha de modo que, con un relámpago de fondo, se dirigieron a la heladería que se situaba en una esquina del parque. En lo que el rubio compraba los helados, Nessa se quedó observando con fascinación las luces parpadeantes que se mostraban en el cielo, en unos segundos se desató una fresca llovizna que humedeció un poco su blusa.

A medida que tomaban los helados conversaban acerca del único tema que se les ocurrió: el clima. Aún cuando estaban teniendo un diálogo "normal" no pararon de revisar cada cinco segundos su celular.

En un rato se encontraban a mitad de la calle, con la lluvia cayendo intensamente sobre ellos, esperando a que alguno se dignara a despedirse. Nessa hizo un ademán y se dio media vuelta emprendiendo la caminata hacia su casa, esta se giró al escuchar una voz masculina gritando su nombre.

El cabello de Luke estaba totalmente empapado y su camiseta adherida a su figura, vociferó un "te llamaré" que fue correspondido con una mirada algo desorientada de la chica; la cual no sabía como el rubio había conseguido su número.

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el día que me guste como quedó un capítulo, preocúpense

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