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YoonGi tiene la seguridad de que JiMin fue creado para él.

Él mismo, quien ha sido bendecido al encontrar su propio escape y determinación, de la mano de una persona que no solo le comprende y le complementa, si no que corresponde a sus sentimientos.

El mundo sigue apuntandoles y eso no cederá tan pronto como lo desearía, pero incluso cuando las dudas lo fueron todo al principio, YoonGi aún puede recordar como ninguno quiso ceder.

Su relación se basó en la honestidad que desprendían sus actos, sin la eterna necesidad de hablar del todo. No lo necesitaban, porque incluso entendían que tomarse de las manos y abrazarse, sería mucho mejor que sentarse a conversar de lo estúpido que los demás podían llegar a ser.

Por supuesto, ellos tendrían que ser más serios en algunas ocasiones y dejar las cosas claras; lo que le molestaba y no querían.

YoonGi entiende que aunque ambos son diferentes en absolutamente todo, tienen una sola cosa común y es esa misma las que le mantiene unidos.

Confianza.

Suelta un sonidito con los labios, mientras envuelve la cintura ajena y se refugia en la curvatura del cuello de su pareja. El aroma dulce de su fragancia le hace suspirar de gusto y los dedos que masajean su cabello, están quitando todo rastro de mal humor.

Han pasado semanas con la tremenda presión del nuevo álbum y tras madrugadas que parecen eternas, todo lo que desea es tener un poco paz. Una que llega en medio del rostro más precioso que alguna vez tuvo la oportunidad de admirar, mientras le sonríe y empuja una bolsa con comida casera.

YoonGi no pudo evitar hacer a un lado todo lo demás y centrarse en su chico.

Ese mismo que vestía con un abrigo suavecito que le hacía lucir como un osito que tenía que ser cuidado.

Quería un bebé con ese chico.

—Las madrugadas te ponen mimoso. —JiMin bromea, sin detener sus caricias.

YoonGi soltó una risita nasal, apretando el pequeño cuerpo contra el suyo.

—Dime que no te pusiste a cocinar a esta hora.

—Bueno, lo hice.

JiMin se quedó quieto, disfrutando del contacto que le había sido arrebatado por largos días.

Entendía que esto era importante. La llegada del nuevo álbum, de las nuevas coreografías y todos los cambios que tendrían para la nueva era, no se podía retrasar por nada.

Pero resultaba lo suficientemente envidioso como para detestar el hecho y pelear por la atención de su novio.

—¿Podemos acurrucarnos un rato? —Preguntó tímido, ya un poco consciente del montón de hojas esparcidas en el pequeño escritorio que permanecía en una de las esquinas del estudio.

—Me aseguré de que ese sofá valiera lo que costó.

Sin soltarle, YoonGi los guió hasta el mismo y recostó al menor, acomodandose encima de él y sonriendo por lo cómodo que resultaba.

—YoonGi..

—¿Umm?

JiMin se acomodó, suspirando y regresando las caricias sobre el cabello del mayor.

—Te amo.

—Te amo mucho más.

Sonrió. Aquello se sentía tan bonito. 

Innegable © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora