Acción y Reacción

Solo un eterno silencio se producía en la enorme oficina, que Wolverine tenía en la Escuela Jean Grey, era lo que abundaba. Los cansados y ancianos ojos del mutante longevo miraban atentamente a aquel hombre que se atrevía llamar un amigo y hermano revisar un folio con las constancias necesarias para saber si iba a aceptar el trabajo que le había ofrecido tras debatirlo por varios días luego de que los X-men se separasen en dos grupos gracias a las constantes peleas de Cyclops.

Las enormes lentes blancas analizaban minuciosamente los parámetros del contrato, teniendo en cuenta que esto era importante tanto para él como para el mutante gruñón que estaba frente a él. Hacía bailar el bolígrafo entre sus dedos con maestría envidiable, al mismo tiempo que comenzaba a murmurar una cancioncilla que había oído en el camino más temprano, deteniéndose abruptamente con un seco golpe sobre el escritorio provocado con la carpeta que acababa de terminar de leer.

-Vale- fue la única palabra que dijo el héroe arácnido.

-Vale? – repitió el mutante gruñón.

-Acepto el trabajo. Pero necesito tres cosas- alzando dicha cantidad de dedos, habló Spiderman.

-Si son aceptables, trataré de concedértelos- alegre por el hecho de quitarse un peso de encima, replicó Logan.

-Primero, nada de telépatas en mi cabeza. Segundo, Peter Parker aceptará el trabajo. Tercero, quiero una lista de los alumnos que tendré- enumeró sus pedidos el cabeza de red.

-Mmh...le pediré a Emma que se encargue de poner barreras en tu cabeza. Para las otras dos cosas no hay problema alguno, ero estás seguro de querer rondar por aquí de civil? – quiso saber el director.

-Ayudará a que piensen que no todos aquellos que no sean mutantes los odian y viceversa- aclaró la duda el Parker, procediendo a quitarse la máscara.

-Entendible. Ahora toma esta lista y espera a que Frost haga tu pedido- Logan, entregándole fotografías y nombres, comentó mientras se paraba a buscar a la Reina Blanca.

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El hombre longevo caminaba al lado de una bella dama de largos cabellos rubios, la cual despotricaba ante la idea que este había empleado incluso si varios de ellos se opusieron.

-Sigo diciendo que es mala idea...- se quejó nuevamente la blonda.

-Y yo también dio que si vuelves a quejarte, te desmayo y te devuelvo a Summers- refutó irritado Wolverine.

-Tú sabes que decidí quedarme aquí porque enseñar no crear mini soldados! – protestó furibunda la telépata.

-Él también, Emma. Aunque no lo creas, Spidey es un genio al nivel de Richards- abriendo la puerta de su oficina para permitirle el paso a la mutante, comunicó James Howlett.

Ambos se quedaron sorprendidos cuando un castaño de veintitantos años estaba abstraído del mundo mirando una peculiar fotografía. Sino fuese por el hecho de que la característica máscara roja sobresalía de una mochila, Emma nunca hubiese adivinado que el hombre frente a ella era aquel vigilante que solía bromear en los momentos menos necesarios.

-Veo que aprovechaste para cambiarte- con tono lúdico comentó Logan.

-Veo que tu hija va a estar en mi clase y no pensabas decírmelo- replicó Peter, levantando la imagen de la clon.

-Sí, bueno...se me pudo haber olvidado...Ahora prepárate, Frost está acá- avisó Arma X, haciéndose el desentendido para luego presentar a su colega.