(Espero que se quede a mi lado)

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A pesar de haber dormido más de veinticuatro horas seguidas, Derek y yo ambos aferrados el uno al otro, me di cuenta de que Derek estaba cada vez más adormilado mientras comía su quinto panqueque. Arrastre un sexto panqueque a su plato y lo unte con Nutella y agregue chispas de chocolate antes de cortarlo en trocitos mucho más pequeños, porque mi pequeño lobo tenía un diente dulce y lo estaba alimentando en la boca. Tuve la idea de sugerir que Derek dejara de comer a favor de una siesta, pero sabía lo que sucedería entonces. Mi pequeño solo se volvería mucho más determinado a terminar su comida, incluso si eso significaba quedarse dormido en un charco de chocolate.

Escondí una cariñosa sonrisa detrás de mí vaso con jugo de naranja, atrapando la mirada cariñosa y divertida, con la que Cora observaba a su hermano. Nunca la había visto con una mirada tan suave en su rostro por lo general recio y duro. Era una buena mirada para ella y era obvio que ella estaba pensando lo mismo que yo. Todos estábamos reunidos en la mesa circular de la cocina, tuve que admitir que los panqueques estaban deliciosos, entre los tres desaparecieron rápidamente. Tome el tenedor y le ofrecí otro pedazo panqueque, que Derek rápidamente metió en su boca.

Mastico lentamente con los ojos entornados. Sus preciosos e inocentes ojos se cerraron por un momento, abriéndose casi inmediatamente en un parpadeo cuando trago. Derek busco con determinación otro trozo de panqueque y se repitió el mismo proceso, solo que esta vez sus ojos permanecieron cerrados por un segundo más de tiempo y era obvio que tenía que obligarlos a volver abrirlos. Como era de esperarse solamente se había comido la mitad del panqueque cuando su cabeza se hundió hacia delante. Mis instintos maternos o como quieras llamarles me hicieron acomodarle rápidamente para que cayera contra mi pecho en vez de contra la mesa.

Pase una mano por su cabello, en una caricia cariñosa, sin sorprenderme de sentir que la piel de Derek estaba un poco caliente, no era que estuviera enfermo, solo el agotamiento que vino después del trauma de los últimos días, por no decir el recuerdo de los traumas pasados. -El pequeño cachorro en tus brazos, está muy apegado a ti. -dijo Cora suavemente colocando su tenedor en su plato. -Entonces soy muy afortunado. -le conteste felizmente, sonriendo inmensamente. Todos nos sentíamos más tranquilos ahora que Derek había vuelto a ser él mismo y su hermana incluso se veía contenta. -Él reacciono sorprendentemente bien antes. -le dije maravillado.

Eso fue una subestimación. Todavía estaba sorprendido de que Derek no hubiera alejado a Cora, o protestado por el cosquilleo. En cambio mi pequeño lobo se había reído y lo había disfrutado, se había dejado llevar por el cachorro felizmente, reaccionando exactamente como Cora quería que él lo hiciera. Mi cachorro se había puesto feliz ante la atención, deleitándose de una manera que yo no había esperado. Sabia por supuesto que Derek estaba hambriento de afecto, pero no había pensado que estaría dispuesto a entregarse por completo.

Hubo un poco de vergüenza residual, después sobre todo porque Derek mojo su pañal; pero eso no era nada comparado con como reaccionaba las primeras veces que dejaba que el cachorro de hombre lobo se deslizara de él. Sin mencionar que me había llamado papá y simplemente sé que lo decía en serio. Eso en sí mismo era un gran logro, por mucho que odiare a esa maldita bruja por entrometerse en nuestro refugio, no podía negar que podría haber sido una bendición disfrazada. -Sí, lo hizo. -me confirmo Cora felizmente, sacándome de mis pensamientos. -Los hombres lobo, somos muy sensibles. -dijo misteriosamente pero había un brillo familiar en sus ojos.

-No te pases de lista, Cora... -le advertí traviesamente, enseñándole mi lengua mientras ella se levantaba y empezaba a limpiar la mesa. Conjure un hechizo sencillo que me daba fuerzas y me levante recogiendo a mi pequeño lobo, haciendo una mueca cuando me dolió la herida; mientras ella guardaba las sobras en el refrigerador asegurándome que Derek tendría hambre más tarde. Él se agito cuando fue recogido, sus ojos verdes parpadearon confundidos. -¿Papi? -murmuro.

Mi corazón se derritió simple y llanamente no habría otra forma de describir los sentimientos que emanaban de mi dichoso corazón, me sentía cálido y pegajoso. -Vuelve a dormir, cariño. -le ordene en voz baja mientras nos movía hacia la sala de estar. -No estoy can...cansado -protesto en medio de un bostezo, aunque claramente estaba luchando para mantener los ojos abiertos. -Quiero quedarme contigo. -susurro frotándose en mi cuello. -No estoy haciendo nada importante y si estás cansado, amor. -lo regañe suavemente.

Derek me puso mala cara y me frunció el ceño. -No. -se quejó con un puchero adorable y retorciéndose para bajarse. En lugar de dejarlo ir lo abrace con más fuerza, y me adentre lentamente en la sala de estar. No me sorprendió que él quisiera estar cerca de mí, pues yo me sentía exactamente igual. El ataque había sido traumático para ambos y el solo hecho de poder sostener a mi pequeño lobo en mis brazos estaba tranquilizando en gran medida mi corazón. -Aquí, ahora sabes que no are nada y puedes permanecer despierto. -le asegure con calma mientras me sentaba en el sofá más grande. -Lo hago. -dijo Derek tan desafiante mostrándome otra vez ese ceño fruncido.

Como era de esperar, Derek estaba roncando tranquilamente menos de dos minutos después. Cora resoplo cuando entro en la habitación y lo vio, poniendo los ojos en blanco con una sonrisa cariñosa. -Tengo que volver al Loft. -anuncio claramente reacia a irse. -A menos que alguno de ustedes dos necesiten algo más. Quiero ver si el estúpido de Scott, digo tu "Alfa" -dijo desdeñosamente. -Si han encontrado algo más sobre la bruja. -dijo con seriedad esta vez.

-Bien, entonces. Llámame si pasa algo. Cora lo digo en serio. -le digo seriamente. -Odiaría saber que le ha pasado algo a mi cuñada y tío favoritos y con eso quiero decir que les pateare el culo si descubro que deberías haberme llamado y no lo hiciste. -la amenace con los ojos entrecerrados. Ella pone los ojos en blanco nuevamente. -Si algo sucede serás el primero en saberlo. -me prometió Cora. Ambos volteamos a la puerta cuando sentimos el cambio en las protecciones pero no era un intruso.

-¡¿Llamaste a Peter?! -le pregunte mitad espantado mitad horrorizado girándome hacia ella, que solo me miraba con fingida inocencia detrás de sus ojos bien abiertos. -Cora... -gemí mortificado. Ella levanto las manos en señal de rendición. -¡Oye! tú eras el que quería que se encontrara con el cachorro. -dijo ella a la defensiva, cruzándose de brazos. -Cora, estoy perfectamente bien cuidando a Derek por mi cuenta. -le dije entre dientes.

-De eso no me queda la menor duda. Créeme, y si no lo fueras, mi tío Peter sería la última persona a la que se lo pediría. -me aseguro ella. -Pero hasta que sepamos quien mando a esta bruja o porque te perseguía, no está demás tener una copia de seguridad. Y él es el único que ya ha visto a Derek técnicamente. -termino Cora mordiéndose el labio inferior. -Me buscaban. -dijo Peter despreocupadamente entrando sin llamar. -Por supuesto. -dije extasiado mirando fijamente a Cora. Quien aprovecho la oportunidad para huir rápidamente. Peter miro a Derek. -¿Está durmiendo, el cachorro? -pregunto más curioso que malvadamente.

-Está más en la etapa de lobo recién nacido, pero sí está dormido. -le asegure rápidamente asintiendo con la cabeza. Peter no dejaba de observarlo. -Simplemente no entiendo por qué querías hacer esto, Stiles. Quiero decir sé que estas apegado a mi sobrino, pero eres humano... -dejo la frase incompleta. -Amo a Derek. -le dije con firmeza y ferocidad. -Sí, Sí. Pero es mucho esfuerzo. -dijo desdeñosamente con una mueca. -Y cuando Derek ya no necesite al cachorro para protegerse. ¿Qué pasara contigo? -me pregunto agudamente.

-Espero que se quede a mi lado. -admití tranquilamente. No sabía si ese sería el caso pero eso esperaba...


Pequeño LoboWhere stories live. Discover now