19.

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—Promete que en cuanto llegues, me hablarás— le dijo mientras le tomaba de las manos.

—Sí, Sasori— le sonrió con ternura. —Todo estará bien, no debes de preocuparte.

—Lo sé, pero en verdad me gustaría acompañarte.

—Debes de ir a la universidad. No puedo permitir que descuides tus estudios.

"El vuelo 123 pronto despegará, se les pide a los pasajeros que aborden".

—Es mi vuelo. Debo irme ya.

—Claro, te amo...— le abrazó y el chico le correspondió.

—Y yo a ti...— se separaron y el rubio se dio la vuelta hacia donde los dos azabaches.

—Adiós, Sasori— dijo el más pequeño, moviendo su mano de lado a lado.

—Adiós, Menma.

Los tres se perdieron por aquella puerta y el pelirrojo supo que ya no tenía nada que hacer ahí. Se dio la vuelta y se dirigió a la salida del lugar.

El rubio se había sentado junto a la ventana; él nunca había viajado en avión pero esperaba que no fuera tan horrible.

Después de unos minutos, se anunció que el avión iba a despegar ya. Aunque no fue tan horrible como el creyó.

Se quedó dormido unas horas después de que despegaron.

~•~

Su cuerpo estaba siendo movido levemente, por lo que despertó y se encontró con la azabache haciendo esa acción.

—Debes ponerte el cinturón, pronto llegaremos.

El chico asintió e hizo lo pedido por la azabache. Pronto aterrizaron y bajaron, dispuestos a ir por sus maletas.

—¿Por aquí vive mi papá?— preguntó el menor, en brazos del rubio.

—Sí, pero primero iremos a ver a tu otro papá.

—¿A mamá?— asintió. —De acuerdo.

Tomaron sus maletas y tomaron un taxi, yendo directamente a un hotel, para después comunicarle al Uchiha que ya habían llegado y que Menma lo esperaba.

Se vieron en una cafetería. Mikoto le había ido a dejar, la mujer quería ver a su pequeño.

Después de que Mikoto casi llorara al verlo, Sasuke se fue junto con Menma. Fueron directamente al edificio donde trabajaba el rubio.

En otra parte, Deidara se encontraba acomodando un poco la habitación donde se quedaría. Luego, recordó lo que su pareja le dijo antes de irse, por lo que tomó su celular y vio la hora.

Probablemente el pelirrojo estaría en clase. Por lo que simplemente le envió un mensaje.

"Sasori <3 :3

Hemos llegado al hotel. Menma se ha ido. Todo va bien ;)".

Sonrió al ver el mensaje y presionó el botón de enviar. Recibió una respuesta al instante.

"Sasori <3 :3

Me alegro. Yo tengo todavía unas horas de clase, te llamaré cuando se terminen, si es que el profesor no me descubre y me quita el celular.

Te amo... <3".

La sonrisa en su rostro no desaparecía. Y ni siquiera vio en que momento la Uchiha ya había regresado a la habitación con muchas bolsas de compras.

"Sasori <3 :3

Pon atención a las clases 7-7
Yo igual te amo...
Adiós".

Envió el mensaje, bloqueó el celular y lo dejó en la mesita que se hallaba en medio de la sala.

Se acercó a donde la azabache, y la vio metiendo verdura en el refrigerador.

—¿Sabe que nada mas nos quedaremos unos tres días?

—No— el menor negó, aun sonriendo. —Yo me iré en unos tres días; tú te quedarás aquí. Por lo que tengo que ver que alimentes bien a mi nieto y tú te alimentes bien— metió el último tomate. —Sasori no esta para hacerte comer, y yo tampoco estaré.


—Señora Mikoto...

—Vete a bañar— dijo la mujer, con una sonrisa.

—Pero...

—Ahora...

El rubio hizo un puchero y frunció su ceño. Acató las ordenes de la mujer y se dirigió al cuarto de baño con una muda de ropa que sacó de su maleta.

Se adentró al cuarto y se desvistió. Al hacerlo, pudo ver las leves marcas rojizas y casi negras que se notaban en todo su cuerpo. Se ruborizó un poco.

Puso en su celular una canción de su grupo favorito, y comenzó cantarla sin pena alguna.

No supo cuanto tiempo llevaba en el baño, pero un grito le hizo apagar la canción y cerrar la llave de la regadera.

Agarró una toalla y se la enredó en la cintura. Salió del cuarto y se dirigió hacia la sala. Encontrándose con aquel escenario. Viendo a su hermano después de tanto tiempo.

Sólo que de repente vio al menor abrazando sus piernas y no hizo mas que cargarlo, darles una advertencia a los dos menores, y meterse a una habitación con el menor.

—¿Menma? ¿Qué pasó?— lo depositó en la cama.

Mamá y papá ya no están juntos— dijo entre sollozos.

—Eso es algo... Que ocurre de vez en cuando— trató de consolarlo.

—Y papá se va a casar con alguien mas... No va a volver con mamá.

Pero...

—Ellos no volverán a estar juntos, ¿verdad?

Deidara le vio con una leve sonrisa y sus ojos llenos de lágrimas. Le abrazó y comenzó a decirle que no debía de odiar a sus padres por ello, que sólo trataban de cuidarlo y protegerlo.

Luego de unos minutos, el menor se había quedado dormido; el mayor se vistió y salió con cuidado de la habitación, yendo nuevamente hacia la sala.

Se sentó sobre el sofá y pidió una explicación. Una que no tardo en ser dada.

No cometí el error. (Veinte días). ~SasoDei~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora