-No me gustan los chicos buenos- dejó caer el cigarrillo al piso y con sus botas militares lo apagó. Le guiño un ojo y se fue en otra dirección.
-Ay, me encantas Kim Taehyung-
Esta historia es omegaverse.
Menciones de otras parejas por favor respet...
El calor se apoderaba de su cuerpo. Sentía como la sangre subió por todo su miembro, desde el tronco hasta la glande y sus mejillas se tornaban de un color carmesí. Sus pantalones comenzaban a sentirse algo incómodos al empaparse por el lubricante natural que salía de su anillo muscular. Definitivamente ahora agradecía ser el vicepresidente del consejo estudiantil, le gustaba lo que veía. Bueno, no toda la escena que presenciaban sus ojos era agradable. Podía ver como la chica hacía un vago intento de cubrir sus pechos mientras Kim Taehyung le sonreía de lado acercándose a su oído y susurrando.
-¿Qué andas viendo Nammie?-
No sabía como aquel chico conocía su nombre. Sentía como su mirada lo penetraba hasta lo más profundo de su ser y tenía unas grandes ganas de bajarse el pantalón ponerse en cuatro y esperar a que ese gran alfa lo marcara. Algo en su olor le gustaba, sus fosas nasales aspiraban un toque a lluvia, también había cierto toque de tabaco pero podía deducir que ese olor no era propio del alfa. Más bien era de la cajetilla de cigarros que se distinguía entre las ropas tiradas por toda la bodega del gimnasio. Viendo que el alfa solo portaba unos bóxers negros ajustados, estos dejaban notar la gran semi-erección que cargaba. Namjoon lamió sus labios. Regresó su mirada a esos ojos Aqua y revolvió su morado cabello antes de contestar la pregunta.
-No deberían estar haciendo esto aquí- un pequeño puchero en sus labios -las alumnas de gimnasia podía escuchar todos los gemidos mientras practicaban- aclaró un poco su garganta al escuchar el pequeño gruñido que la chica, la cual era una beta, dejó salir de sus labios. Su omega se removió un poco asustado -Tampoco es apropiado que uses las instalaciones de la preparatoria como un motel- trató de poner su mirada más aniquiladora, que resultó un poco tierna para el alfa al frente. -Tienen suerte de que no sea el entrenador- moviendo sus caderas salió del lugar, aguantando las ganas de saltar encima del alfa.
Ese alfa era una obra de arte.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
