En tus manos [O'Neal #3] ✔️

Especial 1.

Capítulo dedicado a DelfinaReyna

A l a n a

Cerré la puerta cuando vi a Tyler caminar por el pasillo hasta el ascensor. Ambos habíamos quedado estupefactos cuando escuchamos a mis padres llegar y él se fue lo más rápido que pudo, pero lo entiendo, mi padre tiene esa mirada que te da escalofríos además de ese ceño fruncido tan usual en su mirada, pero todos sus rasgos empeoran al ver a algún chico cerca de alguna de sus hijas. Creo que le daría un infarto si se entera con cuando chicos he llegado a acostarme cuando ellos no están. No es que sea de las que hace cosas a las espaldas de sus padres y luego se hace la estúpida, ellos saben lo que tienen en su casa, sin embargo, tampoco me gusta compartir mi sexualidad con ellos, más que todo con mi padre. Él sabe que no soy la virgen Alana, pero tampoco quiero que llegué a pensar que soy una zorra, sé como es. Aún así, le tengo más confianza a mi hermana y sabe que me he acostado ya con varios tipos.

Aunque la mayoría de la semana estoy sola, sé que ellos me quieren, yo los quiero y entiendo que quieran darme un buen futuro, además no me dejan desprotegida, siempre hay un gorila que me lleva a todos lados cuando necesito y que me sigue en las noches para evitar cualquier inconveniente. Hoy estuvo detrás de Tyler y yo en su auto, le había comentado que tenía una cita, por seguridad. Tracy es algo parecido a una amiga pero en este mundo nunca se sabe quien puede a llegar a ser, por lo que tampoco sé mucho menos quien es su hermano, así que es bueno tener al guarda espaldas mientras encuentro en quien confiar.

—Alana, sabes que no me gusta que traigas chicos a casa, menos cuando no estamos. —dijo mi padre cuando llegué a ellos.

—Ya, papá. No estábamos haciendo nada, solo estábamos jugando con juegos de mesa. —señalé la mesa en donde estaban varias cajas de juegos apiladas.

El entrecerró sus ojos—Lo dejaré por hoy porque estoy de buen humor y solo quiero estar con mi familia en paz por un rato. —sonreí y lo abracé con fuerza.

—No esperaba que vinieran hoy, menos tú, Yvonne, pensé que no ibas a venir hasta la otra semana.

—Tuvieron que aplazar los desfiles una semana por un problema que tuvieron con las telas y nos dieron todos estos días libres, así que tomé el primer vuelo a Canadá y me encontré con papá y mamá.

—Y nosotros terminamos el trabajo antes, así que no cambiamos el vuelo para hoy. —explicó mamá.

Mis padres son fotógrafos, tienen muchos contratos con muchas casas de moda, como Gucci, así que, por eso tienen que viajar mucho y así fue como se conocieron, cuando tenían unos veinticinco años, coincidieron en una sesión fotografica en Francia y empezaron a salir, se casaron pocos meses después, luego llegó Yvonne y siete años después ésta belleza. Mamá dice que, si estás segura de que es la persona correcta, lo mejor es actuar antes de que alguien más te lo quite.

Nosotros llegamos a Estados Unidos hace unos tres años, cuando mis padres consiguieron un buen contrato y tuvieron que estar una larga temporada aquí, al menos nosotros tres, mi hermana ya había empezado en el mundo de modelaje, así que ya era costumbre no verla mucho en casa, pero me siento orgullosa de lo lejos que ha llegado. Mi hermana no es una de esas supermodelos huecas, cuando salió de la secundaria estudio su carrera de química, pero la terminó completando por Internet al darse cuenta que lo suyo era el modelaje, después de todo, ambas crecimos viendo a esas mujeres a las que nuestros padres fotografeaban, sin embargo, eso no tuvo la misma influencia en mí, yo deseo ser artista, me encanta pintar, dibujar y todo lo que tenga que ver con el arte, yo no tenía ni de cerca el cuerpo que tiene mi hermana y ni muerta haría lo que ella hace para mantenerse en forma, mi hermana es alta, hermosa, con un cabello increíble.