Ilusión

531 51 14
                                    

Ya habían pasado 3 años desde que Sasuke se había ido con Orochimaru.

3 años desde que él la había dejado llorando desconsoladamente a las afueras de la Aldea.

Y 3 largos años desde la última vez que había visto aquellos inexpresivos y penetrantes ojos negros.

Después de aquel día, Sakura dejó la Academia Médica para comenzar a entrenar.

Sus aspiraciones habían cambiado.

Ya no era aquella niña débil.

Ahora se había convertido en una discípula de un Sannin, una fuerte discípula de Tsunade Senju.

Después de años de doloroso e intensivo entrenamiento, Sakura Haruno también se había convertido en una respetable Jounin.

Y la mayor parte de las veces siempre era enviada a misiones de rango A acompañada de Shikamaru y Kakashi.

El viejo equipo 7, ya no existía más.

Naruto no había regresado en 6 años y Sasuke se había ido hace 3.

La vida de Sakura era muy solitaria desde entonces.

Sin un hombro para llorar, ella había aprendido a limpiar sus propias lágrimas. Sin esperar que nadie lo hiciera por ella.

Sakura ahora era mayor de edad y a pesar de que la pubertad no había sido tan generosa con ella, sus curvas se habían acentuado y su complexión ya no pasaba desapercibida por los hombres de la Aldea.

La pelirrosa había recibido múltiples invitaciones y citas con demasiados Shinobis respetados, pero ninguno era suficiente.

Ninguno era Sasuke.

A pesar de todo lo que había sucedido, Sakura sabía que en el fondo sus sentimientos por el Uchiha seguían intactos.

Pero a diario trataba de convencerse que finalmente lo había olvidado.

- ¡Sakura-chan!

Ella reconocía aquella peculiar y alegre voz.

- ¡Sakura-chan!

Aquella voz se escuchaba cada vez más cerca y a lo lejos vio a un rubio.

Un rubio bien parecido, más alto y alegre de lo que recordaba.

- ¡Naruto-kun, volviste!

Miles de emociones recorrieron a Sakura en aquel momento.

Naruto había crecido y ya no era aquel pequeño y molesto niño que ella conocía.

Ahora era todo un hombre.

Sin notarlo, la pelirrosa se sonrojo levemente.

Su corazón comenzaba a acelerarse.

No entendía que demonios le sucedía.

- Hemos vuelto -Otra voz interrumpió.

Un guapo pelirrojo se encontraba cruzado de brazos, mirándola fijamente con aquellos ojos menta.

Gaara.

- Gaara, Naruto ¿al fin decidieron regresar de su entrenamiento?

Fue lo único que se le ocurrió preguntar, aunque la respuesta era obvia.

Si no hubieran vuelto, no estarían ahora ambos frente a ella.

- Así es, Gaara-San y yo hemos vuelto de manera difinitiva a la Aldea, dattebayo!

La alegría de Naruto seguía intacta.

Sin embargo, su rostro cambió cuando se dio cuenta de que la pelirrosa se encontraba totalmente sola.

𝑇𝑜𝑥𝑖𝑐 - 𝑁𝑎𝑟𝑢𝑆𝑎𝑠𝑢𝑆𝑎𝑘𝑢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora