Planes

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Después de la calurosa bienvenida todos entraron a la casa. Draco no soltaba la cintura de Hermione, como si pensara que de un momento a otro volvería a desaparecer.

La chica no lucia tan mal como tanto temían, tenia parte de su rostro amoratado por la patada y la bofetada que le propino Bella, pero fuera de eso no la lastimo demasiado, al menos físicamente. Su estado emocional era una historia aparte, al estar de nuevo al lado de Draco la culpa comenzaba a asaltarla.

No se arrepentía de las decisiones que había tomado, era consciente que en esos momentos y sin más alternativas, había hecho lo correcto, pero aun así no podía dejar de sentir un poco culpabilidad cuando veía los ojos grises de Draco verla con tanta dulzura.

Quería ser sincera y contarle lo que había ocurrido los días que estuvo secuestrada, pero consideraba que no era momento de contarle, perturbarlo antes de la guerra comenzara, solo ocasionaría que no estuviera completamente concentrado.

Hermione tenía miedo de que la lastimaran en batalla, no quería poner en riesgo su embarazo, pero no podía dejarlos solos, ella era la parte clave en todo el plan. Pensando en eso, se abstuvo de contarles que conoció a Zulema, la mujer que escribió el libro de profecías, además de ocultarle los planes de Bella para revivir a Voldemord, porque de hacerlo tendría que revelar que ya estaba embarazada.

La chica tenía la certeza de que había quedado preñada de Draco el ultimo día que pasaron en el nido, de eso hacía apenas un par de semanas, por lo que tardaría algo de tiempo antes de que se comenzara a notar su estado.

Lo que desconocía Hermione es que Otto había empleado un hechizo de magia antigua para asegurarse de que quedara embarazada en su encuentro. Era difícil saber ahora qué tipo de efectos tendría en el organismo de la chica el hecho de que ya estuviera esperando cuando el hechizo fue empleado.

Otto tenia la seguridad de que debido al hechizo no había dudas de que Hermione estuviera esperando un bebe de él. Era precisamente por eso que la había cuidado mientras le hacía el amor, y también por eso la dejo escapar, para ponerla a salvo a ella y al fruto de sus encuentros.

El destino del Hombre lobo era confuso, el mismo sabia que solo un milagro haría que sobreviviera, porque tarde o temprano tendría que saldar sus deudas con el mundo, eran muchas las vidas que debía y otro tanto el dolor que había causado, pero ya no tenía miedo ante ese panorama, se sentía satisfecho y de una extraña manera incluso feliz de su suerte. Por sin importar que probablemente no pudiera conocerlo, Hermione le daría un hijo que representaba no solo su lado más humano, si no todo el amor que sentía por esa mujer que había tocado su vida tan repentinamente y la había transformado.

Tenía tiempo que una duda estaba molestando de manera insistente a la castaña, había una pieza que faltaba en todo eso de la guerra. ¿Por qué atacar el ministerio Francés? Si lo que deseaba Bellatrix era vengarse, lo mas lógico seria que atacara en Londres, y a Harry para ser precisos, ya que había sido el quien al final destruyo al innombrable.

Con esa idea en mente comenzó a caminar alrededor de la sala del refugio, tratando de acomodar sus ideas ¿Qué era lo que se le está escapando? ¿Qué hay en el ministerio de Francia que no hay en el de Londres? ¿Cuál puede ser el interés de atacar primero en Francia?

Era el segundo ataque se planeaba Bellatrix contra el ministerio, por lo tanto debía haber algo muy importante resguardado ahí, que quisiera obtener la bruja ¿Pero qué?

Varios pares de ojos la seguían sin comprender que pensamientos cruzaban por la mente de Hermione, pero no se atrevían a preguntar para no hacerla perder la concentración.

-¿Qué hay en el ministerio Francés que no hay en Londres? -Pregunto en voz alta sin dejar de caminar. Nadie contesto, pero todos comenzaron a concentrarse en esa idea.

Draco Nos Volvemos A Ver (Parte I)Where stories live. Discover now