Capítulo 14

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Ramsés abrió la puerta de la sala, su rostro era serio mientras colocaba un dedo en sus labios indicándome que guardara silencio.

Mi teléfono sonó entonces, seguramente para avisarme sobre la activación de la alarma, probablemente a Grecia le había llegado uno igual.

—¿No habías desactivado la alarma cuando entramos? —preguntó en susurros acercándose a mí.

—La dejé en modo presente, porque he estado medio paranoico últimamente —susurré de vuelta —, la única manera de que se activen es que hayan forzado o abierto la cerradura principal, o alguna ventana

Ambos nos miramos nerviosos.

Ramsés señaló la puerta, rápidamente me acerqué a esta y le pasé seguro. Las alarmas dejaron de sonar y el silencio nunca me pareció más asfixiante.

—¿Qué fue lo que...? —susurré muy bajito.

—Probablemente tenían planeado todo y cuando vieron que regresamos, pensaron que tendrían una oportunidad de oro al suponer que tu desactivarías las alarmas

—Suerte que no lo hice entonces. Pero no sé si Grecia se alerte si aún no estoy en casa, puede pensar que la active sin querer

El chico asintió, sacó su teléfono y tecleo rápidamente en él.

—Le dije a Moi que llamara a emergencias y que nos enviara a la policía. Si no está dormido, en unos minutos estarán aquí —contestó igual de bajo.

Entonces un fuerte golpe afuera nos sobresaltó y nos hizo retroceder, alejándonos de la puerta de la cocina.

—Seguro están tirando todo, animales. Joder —sacó su teléfono y suspiró —, Moisés lo vio

De repente la puerta fue golpeada con fuerza varias veces, dejaron de golpear y escuche entonces una especie de martilleo junto con chasquidos, y finalmente un click.

—Mierda —susurró Ramsés.

La puerta se abrió de golpe y un hombre con capucha entró mientras nos apuntaba a ambos con un arma.

—¡Al suelo! —gritó de pronto —, no vayan a hacer ninguna estupidez o les vacío esto —añadió alzando aún más el arma de fuego en sus manos.

Ambos nos agachamos lentamente y colocamos las manos en alto.

El hombre paso por nuestro lado sin dejar de apuntarnos, empezó a ojear los aparatos que allí había.

Ramsés se impulsó hacia adelante y echo un rápido vistazo por la puerta aprovechando que el hombre estaba distraído viendo un batidor.

—Hay dos más afuera —susurró en mi oído.

Asentí y tragué saliva con fuerza.

Ramsés apunto con la cabeza a la puerta y modulo con los labios "ciérrala". Negué varias veces y respondí "No hagas nada" solo con mis labios.

El chico asintió varias veces y me miró serio, suspiré, me acerqué despacio y la empujé lentamente mientras Ramsés vigilaba. Cuando finalmente se cerró, volteé a mirarlo y casi entro en pánico cuando lo vi detrás del hombre con el rodillo de metal en la mano.

Maldije para mis adentros cuando mi celular sonó, el hombre dio un respingo y antes de que pudiera voltear Ramsés le estampo el rodillo en la cabeza con fuerza.

El hombre chillo y dejó caer el arma para agarrarse la cabeza, adolorido. Entonces mi amigo le dio un puñetazo en la cara y el hombre cayó al suelo con un golpe seco. Mi teléfono volvió a sonar y rápidamente lo saqué y lo apagué.

"Sweetness"Where stories live. Discover now