Rotten

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Este es un OS que tenía atorado en la cabeza desde hace un tiempo, es la primera vez que escribo sobre esta pareja, pensé que estaría bien intentarlo y usé un poco de mi tiempo libre de este fin de semana para hacerlo.

Espero que lo disfruten ;) 

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El viento agitaba el hedor de la sangre dentro de la sucia habitación, se mezclaba con la peste de la orina que manchaba las roídas paredes y el amargo aroma de los restos de comida podrida en el suelo. Una silla, una mesa, una lámpara. Arriba, en el techo, manchas oscuras y enmohecidas provocadas por la humedad y una vieja bombilla rota. Una ventana sin cortinas, un agujero en una de sus esquinas, la luz púrpura de neón de un burdel cercano proyectaba luces alargadas sobre el suelo, acariciaba a una vieja alfombra ovalada fabricada con trapos viejos y se derramaba sobre los cuerpos sobre la cama...y sobre la lúgubre figura del hombre parado a unos metros de ellos.

— Terminé aquí...tengo el maletín — su cuerpo estaba cubierto por la noche oscura, del más profundo y frío negro, su traje lo transformaba en una sombra acechante, una mezcla entre la realidad y un sueño que se transformaría en pesadilla — ¿Qué? ¿Quiere que lo entregue yo? — gruñó por lo bajo. Su voz era un murmullo ronco, sus ojos se entornaron hasta formar ranuras que concentraron el brillo dorado oscuro de sus iris, reflejaban corrupción, a un alma que ya había olvidado el color y el significado de los seres — De acuerdo, bien...ya dije que sí, mierda.

Apagó el móvil con otra maldición burbujeándole en el pecho ¿Se daban cuenta de que tan lejos estaba del lugar? ¿Se daban cuenta de que ese no era su jodido trabajo? Era del bastardo al que acababa de asesinar a sangre fría, un hombre con el que había bebido y reído alguna vez, pertenecían al mismo clan; eran parte de familia, sin embargo no había tenido reparos en arrancarle la vida.

Sonrió, una perfecta hilera de dientes nacarados salió a la luz ¿Por qué no hacerlo? Recordaba. Ese pobre tonto de verdad creía que dudaría, lo vio en sus ojos, esa absurda esperanza dentro de su desesperación. Aplastarlo fue maravilloso. Encendió su corazón, pocas cosas lo hacían últimamente. Fue divertido, tanto que comenzó a sentir lástima porqué terminara, decían que lo bueno duraba muy poco...quizá por esa razón él, el dulce amante al que su cuerpo aún añoraba, también lo había abandonado tiempo atrás, era demasiado hermoso par ser real; un ángel que lo condenó al infierno de su ausencia.

Tan perfecto que todavía dolía.

— No...— agitó la cabeza, no valía la pena, no iba a hacer esto otra vez aunque lo recordara cada noche.

Sirenas aullaban a la distancia, le sorprendería que alguien en ese sucio lugar hubiera llamado a la policía, era un nido de ratas adictas y putas menos que baratas, pero tenía que irse de todos modos. Esa entrega no iba a hacerse sola. Reacomodó sus guantes de cuero negro, cristales crujieron bajo las suelas de sus zapatos. Notó con una mirada ausente como la sangre que se había derramado desde el otro extremo de la cama se deslizaba lentamente por el suelo hasta casi tocar sus pies.

Alguien probablemente lo limpiaría una vez la peste se volviera insoportable...más insoportable de lo que todo en general ya era. Aunque realmente no le sorprendería que las alimañas que rondaban por el suelo actuaran mucho más rápido, sería una apuesta interesante, pero no lo suficiente.

Se acercó a la vieja silla junto a la cama, el maletín que estaba buscando estaba ahí. Lo tomó. Sin embargo, cuando estuvo a punto de tocarlo, su mano se detuvo. No porque quisiera hacerlo, por supuesto, algo lo había sujetado de la manga del traje. Bajó la mirada y descubrió que la mujer que también se encontraba tendida sobre la cama lo miraba; Sus pupilas azules parecían pozos opacos y sin vida, lo que vio en ellos no fue más que un turbio destello apagado. El cabello oscuro que le caía hasta los hombros estaba seco y maltratado, parecía tan áspero como la paja. Su rostro estaba golpeado, irreconocible e hinchado como un globo. Su piel se encontraba seca y agrietada, además estaba sembrada de innumerables manchas oscuras del tamaño de bolas de baseball y líneas donde el rojo de su carne ya era visible.

Voice Of ButterflyWhere stories live. Discover now