Cambio

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Emma:

A pesar de que Cass le advirtió al Malo que tardaría un poco en hacer lo que pidió se quedó y creo que ya se quedó dormido.

—Me alegra que Joshi no haya cambiado tanto como pensé.

Veo al Malo por el espejo, me alegra que no me vea con el cabello lleno de papel aluminio.

—¿Cómo lo conoces?

Cass suelta el aire.

—Era mi prometido.

Su confesión me deja helada.

—¿Prometido?

Cass deja mi cabello, se sienta a mi lado, gira un poco mi silla y se deja caer sobre el otro asiento.

—Joshi y yo nos conocemos desde que somos bebés, nuestros padres arreglaron nuestra vida a su antojo, bueno... hasta que Amelie murió.

¿Amelie?

Cass suelta una risita ligera.

—Su madre... —Toma aire— Ame era lo único que amaba Joshi, su muerte lo transtorno.

—¿Conoces a Mackenzie?

Cass asiente de mala gana.

—Un imbécil con una habilidad impresionante con el maquillaje, ¿sigue obsesionado con Joshi?

Asiento sin mucho ánimo.

—¿Tampoco te agrada?

—No, no me agrada. Mack confunde el amor con... con lo que sea que siente por Joshi. Lo conocimos en la secundaria, siempre me hacía bromas muy pesadas y Joshi siempre me defendía de él. Era muy extraño, Joshi y yo siempre fuimos como hermanos, pero a Mack nunca le gustó que estuviera cerca de Joshi, aunque todo mejoró cuando me encontró con Gina.

Abro bien los ojos, nunca pensé que Cass fuera...

Ahora entiendo porque se puso celoso el Malo.

—¿Puedo preguntarte algo? —susurro.

—Adelante.

—¿Por qué es tan importante Mackenzie para él?

Cass mira al Malo con ternura.

—Mack fue como otro hijo para Ame y Joshua... Joshi siempre ha sido sobreprotector con los que ama, Mack ha sido su cómplice en todo, se vuelven idiotas cuando están juntos, pero, para Joshi, es lo único que tiene de Ame.

Así que todo es por su madre. Lo veo un poco, creo que lo entiendo, Clara es todo lo que mi mamá me dejó, por eso no puedo odiarla.

—¿Desde cuándo están juntos? —pregunta Cass.

—Éramos algo hace unos meses, ahora... —Trago el nudo que se formó en mi garganta— Ahora, mientras esté Mackenzie, soy su prisionera, cuando estamos solos soy el amor de su vida, pero, si soy sincera, estoy harta de su amor por ratos.

Cass se levanta murmurando un débil "idiota". Se pone a quitar el papel aluminio, me sorprendo al ver mi cabello tal y como lo había pedido, mi cabello es casi blanco, pero las puntas son de un azul pastel, incluso se rizo un poco.

—Corre —dice Cass quitando el último aluminio—, él no te merece, vete y olvídalo. Jamás te pondrá por delante de Mackenzie, te lo digo por experiencia.

La hija del coronelWhere stories live. Discover now