CAPITULO 4: DESPÍDETE DE TU MENTE

1.1K 11 1
                                    



Las ranas expulsaron aquel veneno potente con el que provocaban la imperiosa necesidad mental de pedir cosquillas, aquello acababa con la mente de la persona infectada pues pasaría la vida con la necesidad de rogar cosquillas a cualquiera que pudiera hacerles.

Pero asombrosamente cuando expulsaron aquella nube rosa de veneno las chicas ya no estaban atrapadas por sus lenguas. Un par de tajos rápidos de espada se las habían destrozado haciéndolas aullar de dolor y provocando que la nube rosa que saliera de sus fauces no les diera a nadie

Aqua abrió los ojos y al hacerlo descubrió que estaba en los brazos de una mujer de apariencia valiente y decidida.

-Hola, Soy Asuna....-Se presentó la morena mientras corría por el bosque cargándola.

-Y yo Leafa....- Le dijo la rubia a la chica de cabellos azules llamada Aqua.

Asuna y Leafa habían llegado a salvarlas en el último segundo, habían despedazado los tentáculos de aquellas ranas para sacarlas de aquella infestación de animales de las cosquillas.

Ahora ambas chicas del mundo de Sword Art Online corrían con las chicas de Konosuba en brazos. Las ranas daban alaridos de dolor, pero había otras que comenzaron a perseguirlas para saciar con ellas su hambre de risas desesperadas.

-No lo lograremos.....- gritó Leafa soportando el peso de Aqua que le dificultaba la huida.

-¡maldita sea!- Exclamo Asuna sabiendo que su amiga tenía razón. Ella también serían presa de las ranas si no hacía nada al respecto.

Leafa corría adelante con Aqua, mientras Asuna corría con una Megumin que yacía desmayada de tanto reír. En una decisión rápida dejo caer a Megumin y se volteó para encarar a las ranas malditas. Dio brutales cortes a los arboles delante de la estampida de animales que se abalanzaban contra ellas . Los gruesos troncos, cayeron sobre varios de los animales hambrientos de más cosquillas femeninas destruyéndolos.

Estaban salvadas.....

¿o no?

Un monstruo sobreviviría a la lluvia de troncos y salto tan fuerte que quedó frente a ellas. Esta vez no les haría cosquillas, esta vez solo les tiraría aquel veneno para volverlas locas directamente. Asuna y Leafa no debían temer nada. Ellas compraron en el pueblo un ítem que las hacia inmune a aquel veneno, pero Megumin y Aqua estaban totalmente desprotegidas.

La rana vomitó aquella nube que se acercó hacía Aqua y Megumin que se paraban tambaleantes por el cansancio. Asuna tomo rápidamente la botella de invulnerabilidad que había comprado a cambio de tres horas de recibir cosquillas intensas, solo podía lanzar la botella a una de las dos chicas para salvarla.

-¡¡¡¿A quién salvo con esto?!!!!- Gritó Asuna desesperada ante la decisión.

¿Aqua o Megumin?

Aqua era de mucha más utilidad que Megumin. Su conocimiento sobre la diversidad de mundos y planos podía ser de utilidad para ayudarlas a salir de aquel infierno, pero Asuna no lo sabía. Lanzó la única botella que les quedaba para salvar a Megumin cometiendo así un terrible error que las podría condenar a quedarse encerradas para siempre.

En cámara lenta la botella se dirigía hacia Megumin. La nube purpura estaba a punto de envolverla a ella y a su amiga que estaba a sus espaldas. Megumin también sabía que Aqua tenía mayor esperanza de poder salir de ahí ayudando a las otras que a todas luces parecían no ser parte de este infierno de mundo.

Así que tomo una decisión heroica.

Esquivo la salvación en forma de botella que iba hacia ella y así, este frasco que decía: INVULNERABILIDAD se estrellaba finalmente en Aqua derramando todo el contenido sobre su cuerpo. Justo después de eso la nube purpura las rodeó a ambas.

Fue lo último que hizo el monstruo antes de morir lastimado por los troncos que le habían caído previamente.

Asuna y Leafa huyeron de la nube tóxica mientras Aqua lo hacía segundos después con Megumin en brazos. La pequeña maga parecía haber aguantado la respiración para no oler aquella peste.

Cuando la alejo lo suficiente de ahí le habló a gritos.

-¡¡Megumin!!! N-no oliste eso, ¿verdad? ¿verdad?- Aqua la sacudía por los hombros desesperada. Estaba exahusta por su tortura, pero ver que perdería la mente de su amiga le daba renovadas fuerzas para evitarlo.

Megumin abrió sus dulces ojos rojos y le sonrió a su contraria.

-No, una archimaga jamás se volvería una loca de las cosquillas......- explicó en una sonrisa luego de levantarse del piso en el que la habían dejado para empezar a hablar. Vio a Aqua largamente y dijo:

-Tu Aqua, tu podrías decirle a Kazumi que.....y-yo admito ser una chica engerida y orgullosa?- Aqua y Megumin comenzaron a llorar con desesperanza. Leafa y Asuna observaban atentas.

-Yo, b-bueno Megumin, pero se los vas a decir tú....cuando salgamos de aquí, ¿no?- Aqua sonreía tratando de ponerle positivismo al asunto. Megumin le contestó.

-Yo.....s-si tal vez...Solo... solo dile que me perdone- Megumin dejo caer una lagrimita que le resbaló por la mejilla. Luego con la voz quebrada le dijo:

-Podrías hacerme otro favor Aqua.....- preguntó Megumin con una voz de extenuación suprema.

-C-claro, el que quieras.....- Aqua la abrazaba contenta, pero preocupada a la vez.

-Y-yo.......yo necesito que.......me hagas...me hagas cosquillas....- Megumin observó a Aqua con profunda tristeza, como si se acabara de dar cuenta de que lo que había dicho significaba que estaba sentenciada. Megumin alzó los brazos como para entregarle las axilas a su compañera.

-Megumin, no......- Aqua gritaba, pero Megumin con los últimos resquicios de cordura se dio cuenta de lo que estaba pasando y empezó a correr para perderse en el bosque. No deseaba que sus amigas la vieran así, además reinaba en su mente el deseo loco de buscar monstruos que la complacieran en su extrema y demencial necesidad de sentir cosquillas.

-No.....Nooooooooooooo......- Aqua la empezó a perseguir, pero Asuna y Leafa la detuvieron. Sabía que dentro de la profundidad del bosque había enorme variedad de monstruos de cosquillas así que debían protegerla. Aqua rompió en llanto.

Asuna y Leafa se veían las caras. Se abrazaron mutuamente sintiendo un temor cada vez más agobiante de permanecer en aquel infierno de cosquillas y el terror de no saber cómo salir.

-No es hora de lamentarse....- Dijo la voz de Ellie saliendo de detrás de un árbol. Asuna le plantó una mirada asesina, Leafa de confusión y Aqua solo pensaba en su amiga perdida.

-Es hora de destruir a Aceline......¿van a ayudarme o no?- apuntó la peliazul que había sido la responsable de engañarlas y traerlas a este mundo de extremo sufrimiento.

LO INALCANZABLE A LOS DURMIENTES: HISTORIA DE COSQUILLASWhere stories live. Discover now