2. Un lugar de mierda

615 41 0
                                    

Mikkel

Miro a mis amigos y me siento realmente culpable de lo que está pasando, cuando pensé en tomar el auto de la exhibición nunca me imaginé que pasara toda esta mierda.

Conozco a Chris y a Logan desde que tengo memoria, siempre nos han dicho que somos los chicos malos. No me molesta que crean que ando en algo peligroso, en realidad muchas chicas suelen venir con nosotros por eso, pero es más lo que hablan de nosotros que realmente lo que somos. Mi madre solía decirnos los tres mosqueteros, pero ahora mismo la mujer que me dio la vida no me quiere ni ver.

Miller, es el abogado que tengo al frente. Lo contrato mi padre después de todo el escándalo, nos esta contado lo que pasara con nosotros. Su semblante es serio, y parece un robot, mi padre está en una esquina del estudio con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

– Mr. Hummels y yo hemos llegado a un acuerdo con el juez y la parte afectada – dice finalmente–. No irán a prisión ya que no poseen antecedentes penales, pero tendrán que pagar una multa al gobierno americano por daños y al dueño del auto.

– No esta tan mal – dice Logan.

– Hay algo más – interrumpe mi padre con voz fría.

– Tendrán que hacer servicio social – abro los ojos espero que esto sea una broma de mal gusto –. Y no será aquí

– ¿Entonces dónde? – pregunta Chris.

– Al otro lado del país – dice mi padre –. En Oregón.

Acabo de lograr lo que mi padre tanto quería, estoy más que seguro que fue el quien propuso que el servicio social fuera lejos de New York. Lo hace simplemente para molestarme, y lo esta logrando. Él sabe que alejarme de esta ciudad será un martirio para mí, principalmente porque estaré lejos de mi madre y de Jo.

Me levanto con el ceño fruncido mirando a mi padre, no pienso aceptar irme a ningún lado. La silla en la que estaba sentado se tambalea un poco por la fuerza que hice.

– Eso no va a pasar – sentenció.

– Tu decides Mikkel – me enfrenta –. Se van los tres a Oregón o se van a una correccional.

– No te atreverías – le reto –. Tu imagen siempre ha estado primero que tu familia y ambos sabemos que un hijo en una correccional no es bueno.

– No me retes Mikkel – su rostro es fuerte.

– No pienso dejar a Jo sola ni a tampoco a mi madre – le enfrento su rostro de pocos amigos.

– Suficiente – interrumpe mi madre quien ha estado sentada solo observando –. Tu padre tiene razón.

– Madre – me lanza una mirada que me callo.

– No quiero escuchar ni una palabra de ninguno de los tres – sentencia –. Ya suficiente hicieron, los quiero el sábado antes de las cuatro con el juez y aceptaran ir a Oregón sin objeción alguna.

No puedo creer que mi madre este aceptado esta mierda, miro al abogado que se ha quedado igual de impactado que los demás. Tomo mi cazadora y miro a mi padre.

– El sábado estaremos allí – escupo.

Salgo del lugar sin mirar atrás, subo en el auto y arranco haciendo sonar el motor. Tengo que respirar y asumir que estaré separado de Jo, pero lo que realmente necesito es salir de toda esta mierda en la que me he metido.

Acepto que esta vez las cosas se nos salieron de las manos, pero todo es culpa de los idiotas que comenzaron a disparar. Siempre he buscado la manera de mostrarle a mi padre que no soy uno de los empleados que hace todo lo que él diga, soy su hijo no su marioneta.

MentirasWhere stories live. Discover now