Tu última cena

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Hace muchos años atrás, quince años para ser exacta, cometí un homicidio, o "homicidio calificado" como dijo el juez cuando dictó mi condena. Yo no creo haber cometido un homicidio, no cuando el verdadero culpable fue él, mi esposo, o mejor dicho, el que era mi esposo ya que él decidió dejar de serlo.

Con 27 años de edad, un hijo de cinco años, y siete años de matrimonio con el hombre más hermoso y maravilloso mi vida era perfecta y no había nada que pudiese cambiarla, o por lo menos eso era lo que yo creía. 

Un día al salir de casa, de mi enorme y hermosa casa me di cuenta de que a Jack, mi esposo se le había caído al celular al césped. Sabía que Jack no podía vivir sin su celular, ya que el era un hombre muy trabajador y siempre recibía llamadas importantes para reuniones o juntas de trabajo, o eso era lo que él decía.

Ese día decidí llevarle el celular a su trabajo para que él no tenga que perder tiempo en volver a casa. Cuando pregunté por la oficina de Jack Sutherland al conserje, este me indicó el piso en la que se encontraba y seguí rápidamente con mi camino sin mirar atrás. 

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 Al llegar a casa me preparé para hacerle una sorpresa a Jack. Le preparé una cena romántica, la mejor de su vida y abrí el mejor vino que había en casa, una reserva de un viñedo de Chile.Me puse el vestido rojo que tanto le gusta, el que me regaló para mi cumpleaños, y para que todo sea perfecto dejé a nuestro pequeño hijo Cristopher con mi hermana. Así podría disfrutar de una noche a solas con mi esposo.Cuando llegó Jack en la noche lo saludé con un beso en los labios, lo ayudé a quitarse el abrigo y lo conduje hacia la mesa.Él estaba algo sorprendido por todo lo que había preparado, pero me hizo caso y se sentó en una silla frente a mí.Le pedí que disfrutara de la cena como si fuera la última, y así lo hizo. 

Luego de un rato ya estaba muy relajado contándome de lo que había hecho ese día en la empresa, yo no le prestaba mucha atención, ya que sabía que cada una de las palabras que me decía eran mentira.Mi esposo, el hombre con el que me había casado, el que me prometió fidelidad y amor eterno en el altar, ese hombre me había mentido. 

 Mientras iba subiendo por el ascensor a su oficina le llego un mensaje a su celular, era de una mujer llamada Sonia que le avisaba que ya estaba afuera, ¿afuera de dónde? Me pregunté, y justo en ese instante se abrieron las puertas del ascensor y vi a una mujer con un vestido rojo, igual al que él me había regalado. 

Ella estaba parada frente a una puerta, la cual al segundo toque fue abierta por Jack, mi esposo, quien la recibió cariñosa mente dándole un abrazo y un beso en los labios. Sentí que el mundo se me caía, el hombre que creí perfecto me había traicionado.Justo en ese instante presioné rápidamente los botones para que el ascensor bajara antes de ser vista por Jack y su amante. 

Frente a él en la mesa viendo como me seguía mintiendo solo pude hacer una cosa, bueno, en realidad fueron dos. Primero le entregué su celular, él al verlo sonrió algo nervioso y dijo que lo creía perdido. Lo segundo que hice fue meter la mano bajo mi vestido y sacar una pistola, la pistola que teníamos en casa para nuestra seguridad, y en ese caso yo sería la primera en usarla para mi propia seguridad. 

Llevé el arma a la altura de su cabeza y las últimas palabras que escuchó con el rostro completamente pálido fueron "espero que hayas disfrutado tu última cena". 

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Ahora, después de quince años estoy aquí, en este lugar lleno de mujeres delincuentes, mujeres drogadictas, mujeres que han hecho muchas cosas malas. Yo no merezco estar aquí porque no hice nada malo, al contrario, acabé con un hombre que no fue capaz de cumplir una promesa. Él prometió amarme, respetarme y serme fiel hasta el último de mis días. 

Ahora yo debería estar en mi casa, mi hermosa casa, estaría usando mi ropa de diseñador y mis joyas con preciosos diamantes, pero estoy aquí, en este mugroso lugar con ropa horrible que me queda muy grande. 

No sé como está Cristopher, no sé por qué nunca vino a verme en todos estos años, ahora debería tener veinte años, todo un hombre y ahora no lo veo por los errores que cometió su padre. 

Mi hermana vino solo una vez solo a decirme que ella cuidaría de Cristopher, y mis amigas vinieron el primer año y luego se fueron alejando de a poco. 

 El juez me condenó a quince años y un día, los quince años se cumplen hoy, ahora me falta esperar al día el cual creo que será el más largo de mi vida.

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