Extra

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   Los primeros rayos de sol se colaban por la ventana e incidan directo en la cara del castaño. En un intento por sacar esa luz en sus ojos, puso su mano sobre ellos, siéndole inútil.

— Cariño, apaga la luz — expresó con somnolencia volteandose en si mismo.

— Es el Sol, Oliver. No lo puedo apagar— contestó la joven rubia que se encontraba durmiendo a su lado.

— ¿Qué hora es? — preguntó aún entre el sueño profundo y la lucidez.

— Las siete...¿Qué hoy no es tu primer día como alcalde? — inquirió despreocupada con sus ojos cerrados.

— ¡Si cielo, así es y estoy llegando tarde! — se levantó exaltado de la cama para vestirse e ir directo a la alcaldía.

  Cuando estaba a mitad de camino de la puerta, paro en seco. Había algo de lo que se estaba olvidando y cuando supo que era, regresó de inmediato a la habitación.

— Nos vemos, Cariño — despidió a su chica con un beso en la mejilla.

— Suerte, Cielo — le deseo para seguidamente robarle un beso. — Espero esto te ayude — reveló para besarlo nuevamente.

— Lo hará. Te amo — reveló y seguidamente camino hacia la salida.

— Y yo a ti — logró oír para así retirarse de su casa con una sonrisa.

  Para Felicity hoy iba a ser un día muy productivo, simplemente se iba a sentar en su sillón con su tablet. La pereza y fatiga se apoderaron de ella esa mañana.

— Si Cait, entiendo. No le tengo que contar a nadie, comprendí. Pero, ¿No crees que deberías de contarle a Barry?. — discutía por su celular mientras jugaba con el hilo que colgaba de su camiseta.

Es fácil decirlo así. Pero no es como que vaya y le diga "Hey, recuerdas la noche del karaoke, fue hermoso y me enamoré de ti". No, no es tan fácil y no es tan simple — Revelaba la castaña mientras caminaba en círculos por su habitación

— Pero sabes muy bien que es más complicado que eso — comentó con cierta sonrisa en su rostro.

Ese es un detalle a parte. Pero dime ¿Como estas con Oliver? — inquirió contenta su amiga.

— Es perfecto, como un sueño. Desde el día de la tormenta, no deja de demostrarme lo mucho que me ama — reconoció para al instante, levantarse del sofá a por algo para comer.

Eso es hermoso, Felicity. Me alegro mucho por ti. Con Cisco estuvimos hablando...¿Te parece juntarnos los tres algún día? — propuso la bio-ingeniera pero no tuvo respuesta. — ¿Felicity? Sigues ahí — expresaba preocupada la joven.

— Si, si tranquila. Sigo aquí, me levante muy rápido y me mareé, perdón. Esta buenísima esa idea, solo llamen y arreglamos — asegura la rubia, que se mantenía sentada en el sofá después de casi caer al suelo. — ¿Te parece si hablamos después? Voy a preparar algo para comer. Nos vemos Cait — se despidió y al escuchar a su amiga despedirse, dejo su celular sobre la mesa.

— ¡Llegue! — anuncia Oliver al pasar por la puerta.

— Estoy aquí. ¿Me ayudarías a preparar el almuerzo? — le ofreció y el acepto gustoso.

   Ambos almorzaron juntos, contándose como había sido su día y la informática, comenzó a pestañear mientras el ojiazul relataba su día.

— Felicity, si te aburro... Solo dime — bromeó con una leve risa.

— Lo siento, cielo. Me dio sueño, voy a ir a dormir un rato.

— Pero son las tres de la tarde — recalco Oliver mirando su reloj.

— Una siesta no le hace mal a nadie — se excusó levantándose de la mesa y besando al castaño.

    Fue a la habitación y se sentó unos segundos en la cama, esperando calmarse, pero no fue así. Corrió apurada al baño que estaba dentro de la habitación y devolvió el almuerzo que acababa de ingerir.

— ¿Pero que.. — dejo sus palabras al aire cuando comenzó a contar con sus dedos — dos, tres... ¡Oh por dios! — cayó en cuenta, tapándose su boca con ambas manos en sorpresa y simplemente comenzó a sonreír.

   Tiro la cadena, se lavo la cara y salió del baño, aún sorprendida y emocionada. Pero tenía que confirmarlo, aún habían dudas, quizás solo se había enfermado.

— Felicity, ¿Estas bien? — interrumpió el castaño en la habitación, acercándose a la rubia que estaba sentada en la orilla de la cama. — Te escuché correr — reveló sujetando sus manos.

— Si tranquilo, estoy bien, cariño. Voy a salir un momento, me llamaron de la empresa — mintió, quería estar completamente segura antes de comentarle.

— De acuerdo, nos vemos más tarde entonces. — beso su frente y se retiro a la alcaldía, el trabajo de alcalde lleva mucho esfuerzo.

   Las estrellas comenzaron a apoderarse del cielo, trayendo la noche. Oliver entraba por la puerta de su casa. Todo se encontraba a oscuras y un camino de velas le indicaba el camino.

   Anonadado siguió las velas, donde a la mitad se encontró una caja. Intrigado la abrió, encontrándose una nota.

"Que las luces de estas velas nos acompañen como aquella noche..."

  Aún confundido siguió caminado, encontrándose otra pequeña caja, con otra nueva nota.

"... Que estén una vez más acompañándonos en este nuevo y hermoso momento. .."

   Esa nota lo dejo más confundido, pero metros más lejos, había otra caja. Las tres estaban decoradas de blanco y estrellas amarillas pegadas en todo el objeto.

   Abrió la tercera caja, y en ella encontró unos pequeños escarpines blancos y en el fondo de la caja decía "Felicidades futuro papá". Los ojos del castaño se abrieron más de lo normal. Felicity apareció frente a él.

— ¿Es en serio? — preguntó sorprendido tomando los escarpines sin dejar de mirarlos.

— Nunca hable más en serio en toda mi vida — reveló y apenas concluir, el ojiazul estaba abrazándola fuertemente y besando cada centímetros de su rostro.

— Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo. Te amo — confesó besándola nuevamente.

— También te amo — expresó al concluir el beso y se fundieron en un nuevo abrazo.

— Es nuestra luz de vela, Cariño... Es nuestra luz — agregó sin soltarla.

POST CRÉDITOS

— Excelentes servicios, sabía que serían efectivos — interrumpió el momento.

— ¡Pervertido! — exclamó golpeado su hombro.

— Así me amas.

— Llevas razón. ¿Oliver? — llamo la atención del castaño.

— Dime, Mi amor — contestó rompiendo el abrazo y viéndola a los ojos.

— Tengo un antojo — sonrió.

— Te traeré lo que quieras. ¿Que desea mi chica viernes? — pregunto gustoso.

— Tengo antojo de ti.

— ¡Pervertida! — exclamó haciéndole la burla.

Y aquí termina esta historia para siempre o puede que no, nunca se sabe.
Espero les guste!!❤️

Por si alguien no sabe, los escarpines son los zapatitos de bebe, los de lana.

Noten que hay un mini crossover con mi otro libro, el de Snowbarry ❤️

Luz De Vela Où les histoires vivent. Découvrez maintenant