indra

capitulo 2: primera revelación

cuando nuestros ojos se  encontraron me inunde en el gris de sus ojos que parecían galaxias eternas gravadas en aquellos ojos soñadores que veía, de la  nada una luz segadora cubrió nuestros ojos era como si una ráfaga de emociones llenara mi interior y un recuerdo se instalo en mi mente pero no era mio o eso creía pues no recorvada a ver visto eso 

era un lugar desolado lleno de sangre banderas blancas, cascos tirados en el suelo, era un campo de batalla sin lugar a dudas, el olor a sangre penetra mis fosas nasales, junto al olor putrefacto de cuerpos que tenían tiempo hay, a lo lejos se acerca una figura mientras me se acerca parezco esconderme detrás de un árbol la figura se acerca es un hombre vestido de armadura pero parece mal herido su casco no deja ver nada de su rostro que párese estar cubierto por sangre 

lentamente se tambalea a lo que parece ser un arrollo, pero cae antes de llegar a el, yo me levanto me acerco al hombre, lentamente le quito el casco dejando su rostro a la vista varios cortes pasan por su rostro, eran leves pero muchos, al verlo mejor su cabello largo sus facciones endurecidas, se parece mucho al muchacho del rió solo que este es mas adulto, estiro mi mano para acariciarlo y me sorprendo al ver mi mano mas grande de lo que eran, mis dedos son mas largos y esbeltas. 

acaricio la mejilla del muchacho y una luz azul sale de mis dedos, esta es cálida y tiene un aura pura y tranquilizadora, la paso por sus heridas y estas sanan al contacto con mis dedos, después de un rato el hombre parece abrir sus ojos y hay vuelvo a la realidad en una ráfaga de viento helado hay me doy cuenta que de el muchacho esta arrodillado mirándome, hay caigo en cuenta que las heridas que estaban en su rostro desaparecieron como si nunca hubieron estado ahí.

el muchacho tiene su mano contra mi mejilla, agarro el valor de hablar pero las palabras están estancadas en mi garganta, mi respiración entrecortada ante ese recuerdo que no era mio, estoy mas que segura de que nunca e estado en un campo de batalla y que mis mano no hacen eso.

pero su rostro antes estaba lleno de cortadas ahora están, ¿curadas?, no lo entiendo y el chico al frente mio parece estar en el mismo dilema que yo, tomo una bocanada de aire, y libero el aire que estaba en mi garganta antes de decir una palabra 

- quien eres - dije con una voz suave 

- yo ... e - respiro y pareció pensar en sus próximas palabras antes de proseguir tomo una bocanada de aire - me llamo Einar

el comen so a mirarme y paso sus dedos por mi rostro, su toque era familiar para mi, no entiendo porque pero mi piel reconocía sus dedos acariciando mi mejilla, hay recupere el control al ver como intento acercarse mas a mi e iso una mueca de dolor hay lo pare

- espera aun estas herido- tome su brazo y como pude lo volví a recostar en el suelo con su cabeza sobre mis piernas - como te heriste tanto 

dije mas para mi misma que para el pero el lo escucho sus ojos volvieron a conectar con los míos "Einar " ese dijo el que era su nombre  la curiosidad me lleno por completo y me di a mi misma "quien eres Einar"  ese recuerdo que paso por mi mente no es algo común

- es mejor que no lo sepas- dijo respondiendo a mi pregunta pareció reflexionar - gracias por ayudarme 

pude notar que no esta acostumbrado decir gracias, lo note gracias la mueca que iso unos segundos nada mas lo dijo, los minutos pasaron y no deje de repasar ese recuerdo de mi cabeza, de pronto me di cuenta de una cosa a pasado demasiado tiempo mi madre ya debe estar preocupada, repase un mi mente, no puedo dejar a este chico en este estado a la intemperie, hay recordé hay una cueva a la que yo voy cada vez que puedo me levante y el muchacho pareció mirarme extrañado  pero dije 

- ven te voy a llevar a un lugar seguro - tome uno de sus brazos y le ayude a caminar, cada paso que dábamos el hacia una mueca de dolor unos minutos después deje la cubeta que sostenía con la otra mano en el suelo y me adentre a la cueva con el muchacho, dentro en el suelo avían unas mantas que traje en secreto y recosté al muchacho en ellas