Capítulo 8

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—Vamos chicas que se nos hace tarde.— Entró Laura con un hermoso vestido de lentejuelas verdes y azul y Nathaniel en brazos.

—Ya está, estás lista para casarte.—Dijo con ilusión Wanda mientras le acomodaba el velo.

—Aún puedes escaparte de él, eres demasiado bella para él.— Dijo Nat mientras se contempla en el vestido que era diferente al de Laura lo único que compartía era que era de lentejuelas verdes y azules.

—Él sin mí está perdido.—Comentó Pepper mientras se ponía de pie.

—Asi se habla, ahora nos movemos no queremos llegar tarde.

Las chicas tomaron sus bolsos y salieron de la suite emocionadas mientras cantaban Single Ladies, al subir al elevador (en el cual muy apenas cabían), ellas seguían cantando pero Pepper se empezó a preocupar y ¿si no estaba lista? y ¿si él no era el indicado? y ¿si la dejaba?, muchas preguntas pasaron por su mente.

—Pepper antes de que lleguemos te tengo que decir algo, de una esposa de un vengador a una futura esposa de un vengador.— Laura que están en un rincón con bebé en manos la miró con ternura.

—Dime.—Dijo ella a punto de colapsar.

—Sé que estás asustada y lo entiendo, es normal.— Todas rieron un poco.—Cuando Clint me contó que hacía, en un principio trate de huir, no quería vivir esa vida escapando de los malos o con el riesgo de que algo me pase o aún peor que algo le pase. Pero después entendí que lo que él quería era que cuando llegara a casa, tener a alguien a quien abrazar, a quien contarle todo lo que pasó, ser su pañuelo de lágrimas, ser su fortaleza, ser su ancla, para él el salir de misión, es saber que ha dejado una familia en casa y se ve en la necesidad de acabar con todos para llegar a casa y estar conmigo.— Las puertas se abrieron y llegaron a la recepción caminaron hacia la puerta y Laura pidió unos minutos más.—Cuando llegó Cooper a nuestras vidas fue lo mejor, era la luz de la casa, dentro de toda esa mierda que Clint me contaba, la primera vez que me quedé sola con mi hijo él tenía apenas tenía meses, fue muy difícil y con forme pasaron los años lo fue aún más. Cuando por fin los conocí a la mayoría en mi casa, me entró un miedo terrible, sabía que Clint había pasado por mucho, pero no por un robot y unos niños raros.— Todas rieron y vieron a Wanda, ella solo se hizo la apenada.— Pero cuando llegó y lo ví entrar por esa puerta sabía que lo tenía todo y que pasaría por muchos más momentos así, solo para un día despertar a su lado y ver a nuestros niños crecer. Es normal tener miedo, verlo irse y quedarse con la angustia si volverá o no, pero la alegría que se siente cuando estás con él, verlo llegar, todo mal herido, pero está ahí. Qué es lo que importa. Y esto lo digo para todas.— Miró a las chicas, a la veces que Lila y Cooper llegaba para dar a entender que se les acabó el tiempo.— NUNCA le teman al amor.

Se volteó y acomodo a sus hijos las tres chicas recibieron algo así, como una bofetada blanca la primera en salir fue Pepper quien ahora estaba feliz con una sonrisa.

—¡VAMOS CHICAS QUE ESTOY A PUNTO DE CASARME!—Gritó emocionada las chicas rieron y se acomodaron, ya estaban listas y las puertas de abrieron primero entraron unos niños familiares de Pepper tirando las flores, unas cuantas amigas más y después Laura con Natalie que llevaba los anillos, Wanda, Natasha y al final, la novia con su hermoso vestido de novia, y la sonrisa que lleva nadie se la podría quitar en días, Cooper y Lila llevan la cola del vestido.

Minutos antes en otro lugar.

—Calma Stark deja de moverte.—Comentó Rhodey mientras le acomoda la corbata.

—Es que no puedo.— Nadie en ese cuarto había visto a su compañero tan nervioso.

—Si no la amaras, ni lo hubieras intentado, así que clama.— Dijo Steve mientras se veía en el espejo. —Además si no te amará no te hubiera aceptado.—Todos rieron menos Tony.

Brick By BrickWhere stories live. Discover now