𝐅𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐈𝐧𝐬𝐢𝐝𝐞 𝐭𝐡𝐨𝐬𝐞 𝐎𝐜𝐞𝐚𝐧 𝐄𝐲𝐞𝐬 ➵ Larry.

Preludio

PRELUDIO
El mito

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Ahí, sobre un pedestal, estaba el ángel desnudo, pero siendo bien cubierto con la majestuosidad de sus plumosas alas, indicando que no había pecado que no se pagara sobre la tierra. Al menos, eso sugería su mirada pura, pero todos quiénes ponían verdadera atención, sabían que por la noche el ángel desnudo cobraba vida y se enloquecía. Y cantaba y bailaba en medio de risas, repartiendo tentaciones. Si preguntan, cualquiera respondería que todo se debe al muchacho que lo acompaña, quién había cedido a ellas —las tentaciones— en silencio, sin contárselo a nadie para que el ángel siempre le fuera fiel, o al menos leal.

Louis había cedido a las tentaciones sin poner ninguna condición, pero solo porque él era bueno con ellas, él mismo era en sí una tentación, dejándose llevar por la tormenta de su cabello embravecido cómo caballos desvocados y el viento furioso que abandonaban las alas de Harry que, por el contrario, había soñado con la lava hirviente en los ojos de Louis. Los ojos del diablo.

Su cara había embellecido tanto, que el diablo y el ángel eran uno.

Esto es un secreto a voces, pero los hombres, iban a ver al ángel desnudo para ver al diablo, y tocarlo, para pecar delante de todos con la insistencia de los pedidores de milagros. Y aunque ellos se hayan ido juntos, como dijeron, la noche se hizo larga y fría, y del pedestal vacío sale un rumor como de río crecido, a veces. Tal vez sea el ángel intentando salir del infierno. Dios nos ampare.