Capítulo cuarenta y cinco.

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Un mes y algo después...

Muchas veces había notado que Trigve me seguía, nunca llegó a acercarse sólo me observaba. Cada día que pasaba entraba en una paranoia que no me dejaba casi dormir por las noches

Mandé hacer un anillo que en la parte de la gema se pudiera abrir, colocamos un localizador ahí dentro, para que Matamoros siempre sepa donde estoy, sabía que Trigve vendría por mi pero está vez estaba lista.

No se lo dije a Saúl por que no quería preocuparle además de que insistiría en meter a la policía. Era de madrugada y una vez más no conseguía dormir, estaba más tranquila sabiendo que afuera tenía un montón de guardias vigilando la casa.

Pero la nena aquí presente que no se quedaba quieta, tenía antojó de unos ravioles con salsa boloñesa. De sólo pensarlo me dio más hambre, me levanté de la cama con cuidado de no despertar a Saúl y baje a la cocina a hacer los benditos ravioles.

Había mejorado mucho en la cocina, digo no era una cocinera profesional pero me defiendo, la pasta es mi especialidad guiño guiño, mientras esperaba que los ravioles se cocieran hice la salsa. Cuando terminé con todo me senté en la mesa a comer

-Por la expresión de tu rostro están muy buenos--se burla Saúl desde su rincón

-Déjame en paz--es lo único que le digo para luego seguir comiendo

-Los hiciste tu? No quemaste la cocina--va y revisa la cocina-- A ver deja pruebo un poco--se sienta a mi lado sacándome el tenedor

-Oye estaba comiendo--me quejó

-Uhmm están muy buenos--empieza a comer de mi plato

-Saúl en la cocina hay más ve y sirvete--me comó lo que había en el tenedor

-De tu plato sabe mejor--ríe

-Que flojo eres--ruedo los ojos y me levantó-- Comete todo lo que hay en el mío con confianza

-Eso hago--vuelve a reír

Ruedo los ojos y voy a la cocina sirviendo otro plato, este sería para mi, apenas y disfrute el otro, pinche Saúl. Regrese y ya no había nada en el plato, en serio se lo comió todo

-Me invitas--se acerca a mi

-No--digo y protejó mi plato mientras voy comiendo

-Andale no seas mala Altagracia--hace un puchero

-Uno--digo y le invitó

-Te quedaron exageradamente buenos--acuesta la cabeza en mi hombro

-Gracias--digo y me dedico a comer

-Nunca te habías levantado a preparar lo que se te antojó--acaricia mi vientre-- Siempre me despiertas

-Ihhhhh que mentiroso, mando a Matamoros--lo escucho reír

-Y la otra vez que querías panqueques con Nutella que--me mira

-En mi defensa no era de madrugada--meto un raviol a su boca para que se calle

-Uhm pero ya estaba acostado--se queja

-Saúl no hables con la boca llena--niego-- Que modales los tuyos

Terminó de comer y me levantó llevando los platos para lavarlos, sino ya escuchaba a Rosa en la mañana quejándose por que ella había dejado todo limpió. Mientras hago eso Saúl me abraza acostando la cabeza en mi hombro mimando a la nena, al terminar vamos al cuarto, se acuesta a mi lado mimando a la bebé quien empieza a patear

-Saúl déjala dormir que sino me molestará toda la noche--me acomodó

-Ves como mamá no nos deja tener privacidad--acuesta la cabeza en mi vientre y la bebé patea dos veces-- Si es una gruñona

-Ahora resulta--acaricio su pelo

-La princesa está contenta por que ya comió y ahora su papi le está haciendo cariñitos--sonríe cuando la bebé se vuelve loquita pateando-- Uy si ella toda contenta se mueve para su papi--la bebé se mueve cada que Saúl hablaba-- Ay pero que bonita--le da besitos-- Te encanta escuchar a tu papi verdad mi amor--sonríe

La bebé se mueve por largo rato mientras Saúl la mimaba y hablaba, se queda quietita una vez que siente a sus papás dormidos, Saúl dormía cómodo sobre el vientre de Altagracia, con la mano sobre su cintura y Altagracia con la mano en la cabeza de Saúl ya que le hacía piojito antes de quedarse dormida.



Wenos días/ tardes aquí con un poquito de inspiración por que está lloviendo, lo malo es que mi alergia me tiene mal😂😂😂

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