Capítulo Único

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Nota

ESTE FIC ES PARTICIPANTE PARA EL RETO DEL MES DE ABRIL DEL GRUPO RESIDENT EVIL: BEHIND THE HORROR

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Recuerdo el día en que te conocí en aquel lugar estabas bebiendo una taza de café caliente sin importar las condiciones climatológicas que se dieran en la ciudad, mientras reías y sonreías sin parar por los comentarios que hacia su novia. Lamentablemente, nunca nos llegaríamos a conocer por nuestros diferentes horarios y circulo social que teníamos ambos, por lo que, me conformaba con solo escucharte y mirarte desde mi asiento.

Entendía que no me harías caso porque era invisible para ti. No te culpaba en lo absoluto puesto que, no te interesaban los hombres ni mucho menos que tuvieran una diferencia notable en edad.

Mi rutina se había convertido un poco emocionante desde ese entonces deje de tener la misma vida monótona que llevaba previamente, la cual consideraba aburrida. Todos los días solía frecuentar un gimnasio y posteriormente pasaba por una taza de café frio a fin de regresarme a mi apartamento.

Te agradezco el darle una pequeña chispa a mi vida aburrida.

Con una sonrisa en mi rostro salía de aquel gimnasio como toda mañana a temprana hora, la mayoría de las personas se encontraban dormidas o a punto de ir a su trabajado; en mi caso solía trabajar por las tardes debido a que, solía desempeñarme como asesor.

Subí a mi coche para marcharme al café que frecuentaba desde los últimos seis meses. No quería perderme la visita de mi crush, aunque sabía que no iba ir sólo sino con sus amigos o su novia.

Suspiró.

Era doloroso no poder acercarte hacia un hombre que te interesaba porque en esta época aún existía una discriminación fuertemente hacia la homosexualidad y podías terminar en el hospital por un pleito ocasionado. Mi papá me aconsejaba alejarme y evitar cualquier tipo de contacto sin antes conocer a la persona previamente he seguido su consejo para no ser otra victima más que salen en las noticias norteamericanas cada día.

Pero, en ocasiones fragmentaba el consejo para darme un poco de libertad no podía estar viviendo con miedo, esto impediría mi manera de relacionarme con otras personas, por lo tanto, hacia caso omiso en ciertas situaciones, un claro ejemplo era el hombre del café, era irresistible no pensar en el cada segundo que pasaba en mi vida.

Sin percatarme llegue al café. Bien, nada saldrá mal porque estaré distraído con una buena lectura y un café frio como solía pedir en este verano caluroso; estacioné el coche cercas de la entrada principal del lugar, miré a mi alrededor sino había señales del famoso crush que tenía, pero aún no ha llegado debían ser apenas las 9:30 a.m. Él, visitaba el café entre las 9.35 a 9.50 de la mañana para disfrutar de una plática matutina con su novia.

Para no levantar sospechas opte por bajarme del coche e ir pidiéndome mi café, mientras esperaba. Esto era una estupidez, Piers Nivans esperando ver a un hombre que nunca le haría caso, aunque fuera el único ser humano en el planeta, una locura más para añadir a mi lista.

En cuanto, ingrese al café escuche el sonido de una campanita. La joven que se encontraba en el mostrador me conocía un poco por unas conversaciones que hemos tenido referente al clima, los malos clientes e inclusive ella llegó a coquetearme un día, pero tuve que rechazarla por obvias razones.

—Buenos días, Sharon —salude amablemente.

La joven sonrió.

—Puntual como siempre, Nivans —bromeó la chica—. ¿Vas a ordenar lo mismo de siempre?

Café con CanelaWhere stories live. Discover now