Once

841 110 7
                                    

[Namjoon]

Me observé en el espejo hacia mi imagen que se deterioraba como vegetal, ya no recordaba como era antes del cáncer y sí, el sabor amargo de la vida me golpeaba duramente. Entonces comprendí que sí dolía es porque no soy fuerte, ahora es como si cerrar fuera la solución a algo.  Qué cruel mentira.

- El permiso fue dado -Habló el doctor con suma cautela y por alguna razón sentí que había algo más.

- ¿Por qué siento que tienes algo más que decirme?

- Lo siento, Namjoon. -Su respiración fue lenta y los segundos en los que tardó en decirme la verdad interminables-. Tienes cáncer terminal.

Solté una risa amarga y al escuchar a Yunho llamarme limpié las lágrimas de mi rostro con cautela.

-¿Namjoon?

Se acercó a pasos lentos y luego se oculto detrás de mí envolviendo mi cuerpo con el suyo.

- Hyung, no te hagas esto ahora.

No, Yunho... que la vida no me haga esto ahora. No ahora que te encontré.

- ¿Cómo lo haces, Yunho?

Inconsistemente había formulado la pregunta que rondaba siempre en mi mente. Yunho  aparto su rostro de mi lado y me miro a través del espejo.

- ¿Hacer qué?

Me miro de forma confusa y mi corazón cayó sólo un poco más ante él.

- No tener miedo, ¿cómo lo haces?

- La muerte no es una excusa para temer, hyung.

Apreté mis manos antes que mis nudillos se hicieron blancos y mis dedos rojos. Las lágrimas picaban en los bordes de mis ojos y la garganta se me cerraba, casi sentía que me ahorcaba a mí mismo. Era un sentimiento doloroso y abruto.

- ¿¡Por qué hablas siempre tan a la ligera sobre..?!

Apesar de mi dolor y furia, no me atreví a decirlo. Tan sólo pensar en aquellas palabras me aterraban. Sin embargo, él mantuvo la calma porque Yunho no era como yo, él no era como nadie que yo haya conocido antes.

- ¿Sobre mi muerte? Es que no tengo miedo.

- ¿Por qué no?

- Porque mi corazón nunca había latido tanto como ahora.

Deje de poner fuerza y a mi rostro caer, entonces pude escucharlo cantarme. Y con cada estrofa que oía podía sentir su amor hacia mí.

Creí en una salvación. Yunho era mi salvación.

Sin ser consciente del tiempo me deje llevar y bese a Yunho. Ahora podía confirmar que aquel niño era un ángel con suma belleza y delicadeza que emanaba. Sus labios tan delicados y suaves, sus lentos movimientos y en la manera en que se aferraba a mi remera sólo me hacía quererlo aún más.

Quería tanto a Yunho y eso en parte me asustaba.

¿Que tal si mañana no despierto?

¿Y sí... si es Yunho quién no despierta?

¿Cómo haría para vivir sin él?

¿Por qué nosotros? ¿Por qué la vida nos puso en esta situación?

- Te quiero, Jeong Yun Ho.

- Tambi-en te quiero, Nam.

Entonces entendí mejor que nadie, acerca de nuestro tiempo en la tierra, en la manera que eramos libres a pesar de que nuestros cuerpos no nos pertenecían y un día tendríamos que morir y dejarlos ir. No obstante no había nada que nos detuviera. Aún si me dijeran que sólo tengo dos minutos de vida no me gustaría hacer otra cosa que besar a Yunho una última vez.

Cáncer Where stories live. Discover now