CAPÍTULO 5- El intercambio.

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La persona soltó una carcajada, para después girar su silla lentamente.

Cuando volteó completamente pude verla....

Era idéntica a mí.

La miré asombrada.

-Mi nombre es Roxana Sandoval... - se puso de pie.

-Te he traído aquí, porque necesito de tu ayuda- dijo dirigiéndose hacia a mí.

-Tú y yo podríamos lograr muchas cosas si nos lo proponemos- añadió tocándome el cabello.

Yo estaba atónita... no podía emitir palabra alguna.

- ¿Qué pasó? ¿Acaso perdiste la voz? - preguntó con sarcasmo.

-Eso sería una pena porque necesito que cantes... si no mi plan se viene abajo- dijo mientras se sentaba un pequeño sofá.

-Siéntate... - señaló al sofá.

-Será mejor que lo hagas, porque pasaremos un buen rato aquí- exclamó sonriendo.

Yo accedí a sentarme.

-Siento tanto que te trajeran aquí a la fuerza, fue lo único que se me ocurrió- expresó, tomando un espejo y retocándose el maquillaje.

-No entiendo... ¿Qué es esto? - cuestioné confundida.

Ella soltó una pequeña carcajada.

Se puso de pie. –Susana Díaz... la hija perfecta, buenas notas, gran basquetbolista; es una tristeza que te hayas lastimado el tobillo, cuando por fin irías a las nacionales, y ¿Sabes que también me deprime? Que tengas que trabajar en un ciber- café, recibiendo un sueldo miserable; que acudas casting tras casting y que nunca te acepten... ¿Qué se siente tener una vida tan patética? - preguntó con un tono burlón.

-Habla sin rodeos- le dije temerosa.

-Está bien... quiero tu voz queridita- se puso detrás del sofá y me susurró al oído.

- ¿Quieres que te done mis cuerdas vocales? – pregunté burlándome.

-Que buen sentido del humor tienes Susi, pero no, no me interesan tus cuerdas vocales- exclamó un poco molesta.

- ¿Entonces qué quieres? - pregunté.

-Somos muy parecidas, hasta podría jurar que somos gemelas... podríamos intercambiar nuestras vidas y nadie se daría cuenta- dijo.

-Ya estoy entendiendo... estás loca si piensas que yo voy a hacerme pasar por ti- exclamé firme.

Ella río. –No respondiste a mi pregunta de hace unos momentos ¿Qué se siente tener una vida tan patética? Me imagino que debe ser humillante... y si tú usurpas mi lugar, tendrás lo que siempre quisiste, vivirás la vida de la gran Roxana Sandoval, por todo un fin de semana; vivirás en una mansión y dejarás el asqueroso cuarto de vecindad en el que vives- exclamó hiriente.

Me puse de pie furiosa. –Te agradezco la oferta, pero prefiero mil veces vivir mi vida, que usurpar el lugar de una persona como tú... tú vida, esa si debe ser patética, que no puedes hacer las cosas por ti misma, y tienes que andar molestando a los otros- expresé enojada.

- ¿Entonces no me vas a ayudar? - preguntó haciendo un puchero.

-No, no pienso ayudarte- me di la vuelta.

Me jaló del brazo.

-Más te vale que lo hagas... o si no...- fue interrumpida.

- ¿Si no que? - pregunté desafiante.

BLU-RAY: Quemando el disco.Where stories live. Discover now