Galena

Galena 2/2

Paso todo el protocolo pero Galena solo quería escuchar al sacerdote decir "Jaime, puedes besar a la novia" y así fue, se besaron y se fueron a vivir juntos a otro reino.

Esa misma noche Galena tuvo el mismo sueño, pero ahora estaba en medio de la nieve, ella tenía mucho frio, sentía que sus hojas se quebrarían, y ahora cada noche soñaba con la rosa en situaciones en las que estaba a punto de morir.

Galena en el día curaba a los enfermos del pueblo como le había enseñado su madre, sus medicinas eran efectivas y rápidas, el rumor llego a un grupo de cazadores, quienes fueron donde Galena a ver si esto era verdad, y al ver que las personas que eran atendidas por galena se curaban en cuestión de segundos, la acusaron de practicar brujería. Ella se vio obligada a escapar de su reino a escondidas de todos, ya que desde que empezó a curar a las personas soñaba de nuevo con ella siendo una flor muy feliz y no quería volver a soñarse muriendo.

Alisto lo necesario para sobrevivir, se colocó una capa y bajo por las escaleras de su castillo, en uno de los pasillos se encontró a su hermana besándose con... ¡¿Con Jaime!? Los dos asombraos de verla se separaron rápidamente, no esperaban que ella estuviera allí a esas horas ya que por lo general estaba en el jardín o en el laboratorio donde hacia sus medicinas.

- No no no es lo que piensas – Dijo la hermana de Galena.

- Si, ¡e e ella me obligo! – Siguió Jaime muy nervioso.

Galena estaba destruida, pero debía escapar lo más pronto posible del castillo o seria quemada, así que corrió lo más rápido que podía hacia el bosque mientras lagrimas brotaban de sus ojos, choco contra varias ramas, pero siguió corriendo hasta llegar a un pueblo muy alejado de su castillo, ahí trabajo como mesera en una taberna, en las noches miraba las estrellas, aunque las veía muy borrosas por las lágrimas en sus ojos, luego se acostaba a dormir, en sus sueños la flor perdía fuerzas y se le caían los pétalos, la flor no aguantaría más.

Una noche llegaron los cazadores a la taberna, estaban sedientos de cerveza.

- ¡Mesera, unas cervezas por aquí! – Dijo uno de los cazadores, al ver quien era la mesera de aquel bar, su rostro cambio drásticamente. - ¡Ahí estas!

Agarraron de las manos a Galena y la arrastraron hasta el castillo en donde la ataron en una gran rama, y la dejaron allí toda la noche y se fueron a descansar, tenían que ganar fuerzas para matar al día siguiente a galena.

Ella tenía raspones y cortadas por todo su cuerpo y sangro dejando un charco en el piso, ella muy agotada levanto un poco la cabeza y vio una silueta de un hombre acercándose en la noche, era Jaime, se acercó y dijo:

- Lamento que hubieses visto eso, pero en realidad no te amo, yo quiero casarme con tu hermana, pero primero debía conseguir quien te matase, así que hice que los cazadores se enteraran de tu don, y bueno, aquí estamos.

Esa noche galena soñó con la flor, estaba seca, con un solo pétalo y con frio.

Al día siguiente, llego todo el pueblo para presenciar la muerte de Galena

- Admiren a su reina, quien atrevidamente ha practicado brujería, y servirá para demostrarles que es lo que les sucede si hacen estos actos impuros. –

Dijo el cazador, luego coloco heno y pasto seco alrededor de Galena, cogió una antorcha encendida y la coloco en el pasto, quemando a galena.

- ¡Aaaaah! ¡Malditos! ¡Ahhhh! –

Grito galena, y en su cabello tenía la flor que le dio su madre el día de su boda, esta revivió a galena pero esta vez volvió a la vida como una verdadera bruja.

- ¡Por el daño que me han hecho, maldigo este pueblo y sus habitantes, ahora, cada vez que alguien se enamore, tendrá que sufrir con quemaduras en el pecho haciendo que todos dejen de amar! –

Galena lanzo la maldición, y como ya ninguna persona del pueblo podía amar, no hubo más personas que desearan casarse, y como consecuencia ya nadie tuvo hijos y no hubo más generaciones haciendo que todo el pueblo desapareciera.