Capítulo único

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Ah, el baile de graduación.

Esa noche maravillosa, en la que te encuentras en el decorado gimnasio de tu escuela, vestido con un elegante y comodísimo traje, mientras disfrutas de los buenos gustos musicales del DJ y pasas un tiempo de caridad con tus amados compañeros de clase y... ¿hace falta mencionar que estoy siendo sarcástico?

Juro, juro por mi pc que yo no quería estar allí.
Sin embargo, al ser el mejor alumno de la institución, me vi obligado a asistir nada más y nada menos que por la directora, también conocida como "Profesora Park" o, en pocas palabras, mi mamá.

Es cansado ser el hijo de la mandamás de la preparatoria. Es cansado tener buenas calificaciones. Es cansado ser Park Jimin.

Hicieron de mí una maquina de estudio incapaz de socializar. En toda mi vida nunca pude convivir con los demás chicos como una persona normal, siempre estuve tan ocupado yendo a cursos y haciendo proyectos finales, que cuando por fin tuve la oportunidad de integrarme a un grupo lo arruiné.

No sé mantener una conversación. No entiendo el humor de los adolescentes. No los entiendo y ellos no me entienden a mí.

Soy un maldito raro, eso lo tengo más que claro. Todos, siempre, me lo recuerdan.

Pues al no comprenderme y ver que era un poco diferente al resto, mis compañeros de escuela me alejaron, me excluyeron.

Está bien, no los necesito.

Pero mierda, justo ahora, estando en el baño del gimnasio lavándome la cara para intentar despabilar mientras todos los demás se divierten, me hace preguntarme cómo sería si tan sólo mi vida escolar hubiera sido diferente.

¿Yo también estaría junto a ellos? ¿Sería una parte más de aquel grupo? ¿Me llamarían amigo y me apoyarían en los malos momentos o solamente fingiríamos una amistad para llenar el sentimiento de vacío sin conocernos realmente? ...

No lo sé. Pero quizás sería divertido.

Es complicado.

—¡Hey Park! ¿Está ocupado este baño?

Niego y el chico se mete junto a su acompañante a uno de los cubículos. Apenas cierra la puerta yo salgo del baño, no quiero quedarme a escuchar. Asco.

Me abro paso entre la multitud y me meto en el primer pasillo que encuentro. Bien, si todo sale bien, a nadie se le ocurrirá meterse a follar acá y podré esperar tranquilo a que la fiesta acabe para irme a casa.

Pasan unos treinta minutos y yo ya voy por el nivel veintisiete del juego que acabo de instalar para pasar el rato. Estoy tan concentrado en mi celular que apenas noto el momento en el que alguien entra a mi escondite.

—Consigue tu propia guarida, intruso —suelto sin quitar la vista de la pantalla, sin embargo, puedo escuchar un sollozo por parte del aludido.

Cielos, ¿desde cuándo las personas son tan sensibles?

Apago mi celular y me acerco, intentando disculparme.

—Lo siento, yo... no creí que te fuera a afectar así —toco su hombro y él se voltea, ambos quedando frente a frente.

Entonces, no sé qué decir.

—¿Jeon Jungkook? —pregunto asombrado. Joder, no todos los días se ve al chico más popular de la preparatoria llorando de esa manera tan... dolorosa.

CANSADO  「 Kookmin 」 Where stories live. Discover now