nacidos por la magia, creados antes que los humanos, esos eran los reyes, quienes cuidaban y guiaban a cada uno de seres vivientes del planeta.
Cada rey no solo podía manejar su magia de forma perfecta, sino que tenían bendiciones de los diferentes...
Harry y Hermione miraban a su amigo como si tuviera otra cabeza, no entendían de que estaba hablando.
- Ron, nosotros no hemos leído nada de lo que tú nos estás hablando, además que no entendemos a lo que te refieres con dones mucho menos la misión que te encomendaron-. Le dijo la única chica del grupo.
-Mione, es difícil de explicar todo lo que abarca mi misión, pero, tengo que hacerlo... Lo s reyes deben volver para poner todo el caos en orden- explico un raro y tranquilo Ron.
- aunque no lo entiendo, te ayudaremos, somos amigos...pero a quienes buscamos- le pregunto Harry a su amigo.
Ron sabía quienes eran los guardianes de Europa, por ahora tenía la obligación de despertar los dones de el líder de los guardianes, solo esperaba que lo dejara hablar primero y no lo maldiga apenas lo vea.
Soltando un suspiro un mirando a sus amigos procedió a decirles un nombre que ellos no esperaban escuchar.
- Draco Malfoy, el guardián de plata, líder de todos los guardianes de Europa-.
Harry tenía los ojos muy abiertos y la boca abierta debido a la impresión. No podía creer lo que acababa de escuchar, el engreído, petulante, hijo de papí, grosero y guapo era el guardián principal, en que dimensión desconocida aterrizó sin darse cuenta para escuchar que Draco era imprescindible para la misión de su amigo.
-¡Estás bromeado, verdad!- le pregunto una muy exaltada Mione.
- no estoy jugando, es enserio... Debemos apresurarnos yo sé dónde está ese hurón desteñido- dijo Ron con una sonrisa traviesa y un tono bastante divertido.
Mientras tanto en una mansión abandonada un joven de cabello platinado miraba por la ventana su amada casa, había tenido que huir para que el maldito bicho serpiente no le hiciera daño, sus padres murieron protegiéndolo, Draco sabía que no podía hacer nada hasta que el vidente se presentará frente a él. Como líder de los guardianes, el platinado tenía uno de sus dones activos, aparte de conocer su destino desde antes de nacer.
Cada ves que Draco caminaba dejaba atrás se él un camino de plantas, flores y vegetación procedente de diversas partes del mundo. El don principal de Draco era la naturaleza, la sentía, la vivía, podía ver a través de ella... Su poder era tan grande que podría destruir Hogwarts con una sola mano, pero, no podía utilizarlo como era debido en estos momentos.
Ron caminaba tranquilamente hacia una construcción antigua, viéndolo desde lejos parecía un castillo abandonado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Estás seguro que Malfoy está aquí?- le pregunto el de ojos verdes.
- sí- fue lo único que respondió.
Después de otros 15 minutos caminando llegaron a la entrada de mansión. Lo raro, era que la puerta era hecha de plantas, algo de por si bastante impresionante.
Ron se adelantó a los jóvenes y empujó ligeramente la puerta, está cedió y les dio paso a la mansión.
Al terminar de entrar se vieron sujetados por raíces y ramas que salían de todas partes.
En eso, un hermoso joven con cabello rubio y ojos de plata miro a sus intrusos.
-¿Que diablos quieren aquí?. ¡Hablen! Dijo un muy enojado platinado.
- Malfoy, desperté como el vidente de esta generación- dijo tranquilamente Ron.
Malfoy lo miro bastante sorprendido.
- esto debe ser una muy mala broma, precisó tenías que ser tú el nuevo vidente... Ahora tendré que aguantarte-. Dijo un muy consternado y resignado Draco.
