María y el baño

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Caminaban todos ascendiendo por la montaña con mejores ánimos después de que se nublara y se notara que bajo ellos estaba lloviendo cuando, sin llegar a la cima, encontraron una granja en un bello parador.

Sin mediar mucho pensamiento Guardián se fue del otro lado del camino seguido por Cro y Sea que estaban en su lomo.

La cabaña era dura de piedra y madera, muy agradable, a su parecer, con un pozo de agua afuera, un pequeño cultivo y unas mesas bajo una toldería.

Se acerco y golpeo la puerta y una mujer apareció, vestida de celeste y blanco, lo miro sorprendida por su aspecto.

- Buenas mujer, buscamos refugio por la tormenta que se avecina, mas no sea por caridad pedimos la paja de donde duermen los animales, nos conformamos con el pesebre.

- Caballero, porque. ¿Eres un caballero criatura de aspecto extraño?

- Si lo soy, por más que insectos formen mi cuerpo y hongos hallan en mi espalda.

- ¿Y cómo he de llamarte?

- Mi nombre está perdido, pero me dicen Chien, el Silfo, o Chien, el gnomo, pero me gustaría que me llamaras simplemente Chien.

- Bien Chien, te daré por hospitalidad algo mejor de lo que me pides, pero si me entregas algo de plata te ofrezco un baño tibio antes de la tormenta.

- ¿Cómo he de llamarte?

- María.

- Bien María, esas palabras son deliciosas a mis oídos ya que hace mucho que no me baño.

Entonces María lo hace pasar y a brisa también ya que tenia encima la piel de una sumisa perra.

La cabaña era espaciosa y a un costado estaba una bañera redonda de madera algo elevada por unas piedras con unos extraños artefactos arriba que adivino que eran para llevar agua. María llevo, después de que Chien se sentara en una amplia silla, madera a aquellos artefactos y los encendió.

- María. ¿Tienes hombre? Disculpa la pregunta, es que no veo armas por ninguna parte pero la casa parece que alguien más vive en ella.- Pregunte.

- Si tengo, pero no está aquí, él fue llevado por un amigo al templo de la cima y no ha vuelto aún.

- Yo me dirijo hacia allí. ¿El es guardia o sacerdote?

- Ni uno ni otro y ambos a la vez, aunque sus palabras fueron desoídas por los sacerdotes muchas veces.

- Suele pasar, supongo. Suena a una persona sabia.

- Lo es, y tiene una fortaleza tan grande que podría cargar al mundo entero sobre su espalda, si este se lo permitiera.

- ¿Es un santón?

- Podrías llamarlo así.- Entonces María se acerca con una fuente con agua tibia y comienza a limpiar sus patas.

- ¿No tienes miedo? Yo llevo armas, tengo mi arco, mis flechas y mi aspecto es fiero.- Ella ríe.

- No, no te temo a ti, quien le falta un pie, aunque lleves armas, pero de igual manera, lo que te falta es un arma que sea tuya.

- ¿No entiendo?

- Todas esas armas están echas para matar, igual que la hoz, pero dudo que alguna te defienda en lo que te enfrentaras si sigues ascendiendo.

- ¿Tú dices?.-hace una pausa y piensa.- ¿Qué me recomiendas María?

- Algo pequeño, que consagres exclusivamente a tu seguridad, tanto de tu cuerpo como de tu alma, algo humilde, pero sagrado.

- Tengo mi hoz.

- Esa hoz no es tuya. Yo hablaba de algo que hayas echo con tus manos y no este contaminado.

- Mi arco fue hecho por mí, pero ciertamente fue tocado por otros. María enséñame.

- Luego de que te bañes.

María dejo de limpiar su pata, le retiro la pata de palo y luego de desnudarlo, acciono aquel extraño artefacto y la bañera se lleno de agua tibia.

El se acerco y vio que el agua tenía muchos colores, verde, azul, gris, rojo, colores tímidos pero que estaban allí junto con aromas de mil flores deliciosas.

Al sumergirse en aquellas aguas todas las impurezas se fueron. María, al ver las rebeldías de algunas uso un cepillo y pasándolo por su pelo de la cabeza, su espalda, sus nalgas, sus pies y su cola llevo toda la mugre al fondo del agua, la cual fue drenada y luego llenada de vuelta. Al salir fue recibido con telas para secarlo, como si fuera un rey fue tratado por aquella mujer.

- ¿Cuándo me enseñaras María?

- Cuando pierdas la impaciencia, y cuando cenes.

Ceno Chien, María y Memoria una humilde cena de pan, cebollas y leche, luego durmió.

Pierrot III - Chien II "La asencion de Chien"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora