Profesor Skorpio © °Milo & Camus°

🌸Diecinueve

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Dos meses después

Las lágrimas acumuladas en sus ojos fueron limpiadas con brusquedad, eran las once de la noche, y su esposo aun no daba señales. La angustia que eventualmente padecía día tras día, temiendo que algo le pasase no estaba más, en su lugar una fuerte decepción le dominaba. Hace un mes que todo comenzó, las camisas de Milo con el fuerte labial rojo en ellas, el olor a perfume barato en su ropa, y su tardada llegada.

Nada era como planeo en un principio, todo se fue a la borda, por ello tras seguirle un día, sin que se diese cuenta le vio, y descubrió la verdad, una verdad que se negaba a ver, y que estaba frente a sus ojos. Sin pensarlo mucho tomo su chaqueta y salió de casa, azotando la puerta al salir, sus nervios alterados, la decepción tras la infidelidad, acompañado de los recuerdos pasados le hicieron cometer el peor error.

Un error que pagaría, demasiado caro, y el cual no podía ser reparado.

[…]

Los días pasaron, las semanas le siguieron, y un mes fue exactamente lo que necesito para sentirse amado nuevamente, por ello, tras conocer al chico de cabellera azulada y apariencia de chico malo no le costó demasiado caer. Nada le importaba ahora, las promesas quedaron olvidadas, al igual que el joven chico, que ahora era un adulto, y al cual estaba unido por medio de un papel que le ataba como su esposo. Los papeles se invirtieron y ahora era Milo quien esperaba hora tras hora la llegada de su cónyuge, no teniendo idea de la extraña conducta adquirida.

Pero no necesito más que un par de días para descubrir la verdad.

Una demasiado dolorosa.

[…]

Para: Mi primer amor.

“Milo, si estás leyendo esto es porque me fui, las cosas no debieron terminar así, pero el destino lo quiso, no tengo el suficiente valor para decirte esto a los ojos, por ello te diré todo por este medio. Desde el primer momento en que te vi, sentado al lado mío, supe que serías alguien importante en mi vida, y no me equivoque, eres la persona más humilde y extraordinaria que jamás conocí, pero tengo que soltarte. Mi vida siempre fue diferente a la tuya, creí que el pasado podía quedarse atrás, enterrado y olvidado, lástima que no resultó como creía. Llegó el tiempo en que me di cuenta que no podía seguir ignorándolo, y me alcanzo. No soy bueno para ti, nunca lo fui, por ello te dejo libre. Mi pasado es algo de lo cual me avergüenzo, no es fácil continuar sabiendo que parte toda tu niñez, y aparte de la adolescencia fuiste abusado por numerosas personas, vendido como objeto por quienes se hicieron llamar tus padres. Si bien no crecí en un lugar llego de amor y cariño si llegue a sentir ambas emociones, me las hiciste sentir durante estos años. Te amé desde el primer momento, pero fui realista, un chico tan lindo como tú no se fijaría en alguien marcado, usado en números ocasiones. Esto es un adiós, no planeó volver, nunca. Mi presencia te hace daño, mi pasado te alcanzo y ahora eres su objetivo, pero me encargue de desviar su camino, el único responsable de todo soy yo, me hare cargo de todo. Al único que quieren es a mí, pues bien, me tendrán, pero no ahora, planeo ser feliz, aunque el tiempo no esté a mi favor, lo hare, pero no a tu lado, si no con alguien más.

Sí, lo acepto, te fui infiel, te falte, y por ello me voy, el cariño que siento por ti persiste, pero el amor se fue, cambio y apunto a otro trayecto. Solo puedo desearte la felicidad, aunque no esté a tu lado para verlo. Si te preocupa el que sigamos unidos, no atormentes mas tu mente, trámite el divorcio, ya firme, el resto lo dejo en tus manos, aun que tu respuesta la sé muy bien.

PDT: Perdóname, espero que lo hagas algún día, por muy lejano que sea.

Atentamente: Afrodita.

Las lágrimas no tardaron en salir de sus orbes, pero la rabia y la impotencia era mucha que sin dudarlo tomó el documento y firmo, arrepintiéndose después. Pero ya estaba hecho, su más grande amor le abandono, su matrimonio estaba acabado. Ese mismo día empaco sus cosas y se mudó, aquella casa le recordaba a él, y lo que menos quería era vivir con su fantasma.

[….]

París, Francia
[año 2019, actualidad]

— Perdóname mi amor —. Ante aquellas palabras un nudo se instaló en su garganta, las lágrimas empaparon sus mejillas, pero las seco con su dorso, el verse débil frente suyo era lo que menos quería.

— No soy tu amor, ya no más —La frialdad en su voz oprimió el corazón del chico con apariencia vagabunda.

— Si después de que te cuente todo me sigues odiando lo entenderé, no te molestare más y me iré.

— Alguna vez ya dijiste eso, o mejor dicho lo escribiste —bufo con fastidio.

— Lo sé, pero te contare la verdad, mi verdad.

[…]

Dos horas después ambos terminaron en la cama, enredados bajo las sábanas, deleitándose con el cuerpo ajeno, recorriendo cada tramo de este con la punta de los dedos, la añoranza era tanta que repitieron hasta saciarse. Tan inmensos en el acto estaban que no escucharon la puerta principal abrirse, ni los pasos que se acercaban a la habitación. De lo que si pudieron darse cuenta fue de la presencia frente a ellos.

— Camus —soltaron al unísono.

Era evidente que sabían quién era aquel chico de cabellera agua, quien con las mejillas empapadas solo se dio la vuelta, cerrando tras suyo la puerta. Dejándoles solos mientras salía de aquella casa con el corazón roto, y las esperanzas hechas polvo.

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Se viene el tan esperado final, estoy tan contenta.

Aunque no se si les guste, haré lo mejor (por que aún voy a escribirlo (^.^)).

—Cami.