Parte 9

855 45 2
                                    

Smoker no supo que contestar ante la declaración de su compañera. Claro que la quería, y estaba extremadamente feliz de que ella correspondiera sus sentimientos, pero no era algo que él tuviera en mente. Más bien imaginaba que ella le gritaría, se calmaría y le diría que lo sentía, pero que ella no sentía lo mismo y le recitaría todos los artículos que infligirían del código de la Marina si empezaran una relación.

Sin embargo Tashigi se puso muy nerviosa. Igual Smoker se lo había pensado mejor, igual solo había reaccionado por impulso o para que ella se calmara. Éste suspiró y empezó a quitarse la ropa ante la atónita mirada de ella, que se tapaba los ojos con las manos.

-No hace falta que hagas eso-dijo él, entre risas-, solo estoy cambiándome para irme a dormir.

Ella no quitó las manos de sus ojos y Smoker se las apartó, depositando un beso en cada una.

-Tashigi-empezó a decirle-, se que no debería contar mis miedos a nadie, pero me aterroriza la idea de que te pueda pasar algo por mi culpa y tampoco quiero cometer un error en la batalla por estos sentimientos, porque ese error podría llevar a tu muerte, y se que igual es egoísta pedirte esto, pero me encantaría que no fueras al siguiente combate al que nos manden.

La miró fijamente a los ojos, pero este negó con la cabeza.

-Smoker-san-dijo, con lágrimas en sus ojos-, no puedo hacer eso. No es solo porque quiera seguir siendo una oficial, sino también porque no sería capaz de quedarme tranquila sabiendo que usted está fuera luchando mientras yo estoy sin hacer nada sintiéndome una completa inútil. Soy su escudo Smoker-san, úseme como le convenga.

El aludido sonrió. Era completamente consciente de que ella se iba a negar, pues su determinación era incomparable. Sacudió la cabeza, depositando un beso en la comisura de los labios de Tashigi y empezó a quitarle la ropa poco a poco ante el nerviosismo de ella.

-Yo no me refería a...-dijo mientras él estallaba en carcajadas-. ¡Es usted un completo idiota!

 Paró de jugar con ella y se metió en la cama sin nada más que la ropa interior y le hizo un hueco a su compañera.

-No tengo ganas de deshacer la maleta así que espero que no te moleste que duerma así.

Ella se sonrojó, y como no tenía tampoco ánimo para deshacer la suya, se puso la ropa que le había quitado y se metió en la cama, dejando un espacio entre ellos.

-¿No te molesta toda esa ropa para dormir?-preguntó Smoker-. Yo no tengo ningún problema si decides dormir completamente desnuda yo no tendría ningún inconveniente. 

-¡Es un salido Smoker-san!-dijo, completamente roja.

Si que era verdad que le molestaba mucho la ropa, así que volvió a quitárselo, quedándose también con la ropa interior, ya que realmente confiaba lo suficiente en su compañero como para hacerlo, pero aun así se separó de él a la hora de echarse y se durmió antes que él, que la acabó abrazando contra él y depositando un beso en sus labios.


Un ruido despertó al capitán del ejercito revolucionario, además de un terrible presentimiento. Se levantó de la cama y subió a cubierta para encontrar de donde venía el ruido, que resultaba venir de una llamada del que estaba de guardia, alertando a todos de que se acercaran.

-¿Que se supone que está pasando?-preguntó Dragon, alterado. Si algo compartía con su padre era el hecho de que no le gustara nada que le despertaran.

El guardia usó su fruta y pasó una imagen que vía a lo lejos en el mar. Distancia y telequinesis, una buena fruta. Se concentró para ver bien la imagen que le estaba mandando, y retrocedió, consternado. 

Los piratas mercenarios. Eran la tripulación de Naoki. Pensaban que habían matado a todos los de la tripulación y, sin embargo, allí estaban. Siguió mirando para chasquear los dientes y golpear una pared. Naoki y su marido. Estaba seguro de que los habían matado.

-¿Cuánto tardaran en llegar a la isla?-preguntó.

-Mañana pasado el mediodía deberían estar aquí si no hacen ninguna parada.

Mierda. No sabía que podían hacer. No podían atacar con todas sus fuerzas si no querían ser descubiertos, pero tapoco podían quedarse allí sin hacer nada y permitir que aniquile la aldea.

-Escuchadme-dijo-, tenemos que intervenir. Quiero que Barbablanca y su tripulación se quede aquí. Roger, tu también te quedarás, junto con algunos de mis hombres. Iré a buscar ya a Ace para que pueda venir para el barco antes de que lleguen y yo me quedaré allí con Shanks para enfrentarlos.

Después de todo, un padre tenía que cuidar de su hijo.




Los revolucionarios y el pasado de Nami .حيث تعيش القصص. اكتشف الآن