Intervalo IV

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Renata Point of View

Las dos horas que quedan antes de salir las paso nerviosa, ansiosa y con curiosidad de saber qué es lo que tiene para decirme. Pero recuerdo que leyó las cartas y todo se va a la mierda.
Necesito saber cómo llegaron a él, porque que yo recuerde esas cartas estaban en mi cuaderno y no sueltas.
Es demasiado raro, me pasé la semana intentando descartar personas que probablemente se la hayan dado y aún no descifro quién pudo ser

Las horas pasan volando y en poco tiempo veo la moto de mi ex en la puerta. Él estaba arriba y por el agujero del casco puedo distinguir sus ojos negros buscándome, saludo a mi patrona y a mis compañeras y salgo trotando hacia la salida

— Ya sabes a donde vamos así que no es necesario que lo diga — dice mientras se levanta el casco. Me tiende la mano e insegura la tomo, sube y baja como si estuviera saludando a un hombre mayor — Una tregua, por hoy, como antes — hace cara de perro mojado que me hacen sentirme en seguridad. Me hace una seña de que me suba, pego un salto y ya estoy agarrada a su cintura porque odio las motos, me dan miedo

Siento su olor habitual que hace que no me despegue en todo el camino y ni siquiera piense en lo que hago, quizas me enoje conmigo luego pero mi psicóloga dice que nunca mire el futuro y me centre en el presente. Así que acepto ese porro cuando lo prende bajando en la calle de la plazoleta

— es culpa de la carta tres — dice al bajarse y solo lo miro — No nos conocimos de la mejor forma que existe, pero te conocí ese día en la playa y no va a dejar de disgustarme por mis errores o todo lo que pase— desvía su mirada mientras habla, entonces recuerdo que estas cosas no se le dan bien y lo vuelvo a abrazar. Siento culpa con una presión en el pecho, no debería estar haciendo nada de esto porque me quiero, me amo, me amo a comparación de antes

— Estoy mandando mi dolor a la mierda, Tomás—lo reto y asiente — Ya sabes que nunca te perdí amor, te gané odio y rencor pero el cariño sigue intacto. No toques esa parte que todavía me duele, si querés que por lo menos seamos amigos, no abras más la herida — informo con seguridad en mis palabras, saco el porro de mis labios y miro el cielo.

Todo parecía como antes, la luz, el olor a rocío sobre el pasto por la humedad del día, las hojas otoñales invadiendo las esquinas de los juegos rotos e inútiles, su silueta negra por la ida del sol y la sensación de frescura cuando una gota de viento golpea nuestras caras que se intensificaba con el porro y las birras

Me siento a su lado a orillas del macetero con flores marchitas donde todavía puedo ver colillas de cigarrillos industriales. En otros momentos me hubiera sentado sobre él mirando su rostro desde frente, admirando los tatuajes mientras me habla con su voz ronca y pacífica.

Entonces entiendo su necesidad de volver a ser aquellos y la siento yo también. Nos extraño

Nos quedamos en silencio, solo se escuchaban los grillos con su monótono canto y el revoloteo de las palomas volviendo a sus nidos antes de que el cielo se tiña completamente de negro. No me mira, yo tampoco a él

Alcanzo a recordar que siempre vamos a ser marginales, juntos y marginales, porque serlo solo es aburrido, triste e igual. Si lo era con él, más de un sentimiento bombardeaban mi mente cuando movía alguna extremidad atentando contra mi cordura y dejaba titilando la idea de lanzarme sobre el y decirle cuánto lo amé, lo amo y lo voy a amar.

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desde ke termine lesbian me siento BASIA

veneno | cro [CANCELADA🚫]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora