「C A P I T U L O 5 7」

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T O B I A S

Presiento entre sueños que algo no va bien, a parte del gran dolor de espalda que tengo por haberme quedado dormido otra vez en la silla del hospital, al lado de la cama de Tris. No quería dejarla sóla esta noche, fuera llueve a cántaros y la temperatura baja considerablemente.

Definitivamente algo no va bien.

Abro los ojos, levanto la cabeza y miro alrededor de la habitación. Todo está en su sitio, excepto que la ventana que da a la terraza esta medio abierta y está entrando una brisa fría, que anuncia la llegada del otoño.

Me levanto para cerrar la puerta, pero el sonido de la lluvia llama mi atención: es realmente relajante el sonido que produce al caer, una sinfonía mágica creada solo por la naturaleza. No me permito disfrutar mucho de ella, cierro la ventana y las cortinas y en ese mismo momento escucho un sonido diferente proveniente de los equipos que están conectados a Tris. Siento que mi corazón se paraliza, me giro y enfoco mi mirada en ella. Simplemente me quedo helado y mudo, al mirar esos ojos fijos en mí.

Debo de estar soñando, esto tiene que ser uno más de esos sueños que se han apoderado de mis noches y que me persiguen durante el día, pero ella aún sigue mirándome y veo que sus ojos se ponen un tanto brillosos y que una lágrima baja por su mejilla derecha... eso nunca pasa en mi pesadilla.

Doy un paso en su dirección, asustado de que en cualquier momento tenga que despertar, y es cuando ella mueve su mano derecha, que me empiezan a brotar las palabras:

―Dime que no estoy soñando, dime que estás despierta... ―llego a su lado y tomo su mano―. Dime que volviste...

Cierra la palma de su mano con la mía y dice:

―Tu... eres... mi facción.

Su voz suena un poco áspera, pero es el sonido mas dulce que escucho en semanas.

Irrumpen cuatro médicos en la habitación, uno de ellos me saca inmediatamente. Estoy tan aturdido por lo que acabo de escuchar, que simplemente me dejo llevar....

Está viva, volvió... Tris está viva.

Empiezan a caer lágrimas por mi cara, pero esta vez son de felicidad. Mi boca se ensancha en una sonrisa.

Unos minutos después trato de volver dentro, pero el doctor me detiene.

―Necesita que la revisen, han pasado semanas desde que cayó en coma, será mejor que la evaluemos para estar seguros de que lo peor ya ha pasado.

Asiento sin estar muy convencido. Quiero verla, necesito comprobar que está bien... Pero el doctor tiene razón, ha pasado mucho tiempo y sus lesiones son un tanto serias.

―¿Cómo lo supieron?

―Los ordenadores que están conectados a ella también están conectados a una central. Gracias a ella supimos los cambios que había sufrido la paciente.

Asiento de nuevo y me quedo caminando en el pasillo. Miro el reloj de la pared de enfrente, son las tres de la mañana.

No sé cuanto tiempo pasa hasta que uno de los doctores sale y me llama.

Cuando entro ya la han desconectado de todas las máquinas y está más hermosa de lo que antes estaba, aunque sus ojos se noten cansados y su pelo no haya sido lavado desde hace un tiempo. Ella en si misma es simplemente hermosa.

Sus ojos se posan en mí y sus labios se abren en una sonrisa tímida.

―Hola.

―Hola, dormilona.

Mi mirada no se aparta de ella ni un segundo.

―Será mejor que los dejemos solos ―uno de los médicos pone una mano en mi hombro mientras los demás salen―. Si necesitas algo solo llama, estaremos aquí de inmediato ―salen de la habitación y nos quedamos solos.

Creo que todas mis funciones cerebrales se dirigieron a Tris porque sin darme cuenta camino hacia ella, cuando alcanzo el lado izquierdo de su cama mis manos la rozan, la siento mas cálida que antes.

―Espero no haberte asustado mucho ―dice, pero yo solo la contemplo algo que debió de entender mal porque comienza a disculparse por todo―. Siento haberme salido del plan, pero no podía soportar que Caleb muriera y las cosas se complicaron en el último momento. Yo solo... lo siento, no quería herirte Tobias.

―No hay nada que perdonarte eres una heroína, salvaste a todos y volviste... así que para mí todo está bien ―le acaricio la mejilla―. ¿Cómo estas? ¿cómo te sientes? ¿te duele algo? ¿puedo hacer algo? ¿te dijeron algo los médicos?

―Estoy bien. Me dijeron que no puedo mover las piernas, pero que puede ser temporal. Mañana harán una prueba, pero ahora no quiero hablar de mí, cuéntame lo que ha pasado mientras no estaba, ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿cómo están los demás? Quiero saberlo todo.

―Típico de Beatrice Prior ―pero como no puedo negarle nada, me siento a su lado y se lo cuento todo.

Leal: Final Alternativo ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora