•Capitulo 3•

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"Solos tu y yo ahora".

- Te dijo que le soltaras idiota.

- Creo haberlo escuchado...

Este último hizo caso omiso a la recomendación y comenzó a des-abotonar la camiseta del nipón.

- Amigo, te lo repetire una ves más y espero que está vez te logren entrar a la cabeza mis palabras, sueltalo.

- Vete al demonio, ¿Quién te crees que eres para hablarme de esa manera imbecil?.

- [¡Agh!... ¡Demonios eso duele maldito!.

Una vez más Hiro sintió como aquella arma rozaba su piel sin piedad.

La vista del nipón se cruzó con la de su "posible salvación" en aquel momento, el chico por su parte tenía una idea, este le señalo con la mirada la entrepierna del agresor, acción en la cual Hiro comprendió exactamente lo que debía hacer.

- Hey, tranquilo amigo, ¿No crees que estas siendo muy precipitado?.

Uno...

- ¿Que sabes tú imbecil?, ¡Lárgate de una maldita vez!.

- Solo intento ayudar, además... ¿No crees que el chico debe estar en perfecto estado para que haga bien su trabajo?, Le estás lastimando más de lo que deberías está noche...

Dos...

- Es verdad...

Hiro sintió un gran alivio al observar como la navaja se alejaba considerablemente de el.

Tres...

- [Ahora o nunca...]

Este levantó con fuerza su rodilla brindándole un golpe bajo considerablemente fuerte al agresor. Por consiguiente este se alejó rápidamente de el para después contraerse de dolor.

- ¡Maldito hijo de perra!.

Rápidamente la navaja le fue arrebatada y alejada siendo tirada al piso.

Este fue empujado y un nuevo golpe le fue propinado está vez en el abdomen. El aire le fue arrebatado ferozmente haciéndole caer al piso.

Tantos años de haber practicado defensa propia con Tadashi le habían servido de algo.

- [Fuerza no me falta]  pensó arrogante.

Hiro se sentó sobre el y comenzó a brindarle aún más golpes al tipo.

Estaba enfadado... Bastante...

Pronto sus nudillos comenzaron a pedir un descanso, estos tomaron un color carmesí bastante notorio y gotas de sangre comenzaron a brotar de ellos.

Si seguía así lo dejaría inconsciente o tal vez hasta le mataría, pero estaba tan cegado por la ira que llevaba guardada desde hace meses o quizás años que lo único que deseaba era dejarle sin vida.

Anteriormente pensaba que teniendo relaciones y ganando dinero fácilmente le ayudaría un poco a desahogarse, pronto se dio cuenta de que esto le estresada aún más, pero necesitaba el dinero para ayudar a su tía... Necesitaba ayudarle a ganar la lucha que llevaba combatiendo desde hace tiempo contra el SIDA... Aún si esto significaba renunciar a sus sueños, metas y felicidad propia... Sabía que esto sería en vano pero no podía perderla, era la única familia que le quedaba.

- ¡Hey basta!.

Dos brazos lo tomaron y rodearon su cintura, pronto sintió como se volvía menos pesado y como su cuerpo era alejado del piso.

- ¡Sueltame idiota!.

- ¡Ya tuvo suficiente, tranquilo!.

- ¡Que me sueltes!.

Pronto Hiro sintió como sus brazos eran forzados a rodear su propia espalda inmovilizandole por completo.

- [Esta bien... Me falta bastante fuerza...]

- Tranquilo... Y tú, será mejor que te vayas si no quieres que suelte a la bestia y esta vez no haga nada para calmarlo.

El hombre trato de levantarse y una vez de pie este se acercó a ellos para tomar la navaja que estaba junto a sus pies.

- Hey.

El chico le dio un fuerte pisotón en la mano al notar lo que trataba de hacer.

- La navaja me la quedo yo, lárgate.

Finalmente sus palabras fueron obedecidas.

- Listo, se fue...

- Genial... ¡Ahora sueltame idiota!.

Este último fue liberado he instantáneamente procedió a masajear se las muñecas.

- Perdón, no quería usar tanta fuerza pero no me diste otra opción.

- No interesa...

- ¿hay algún botiquín de primeros auxilios aquí?.

- Ah... Si, en la sala de empleados, pero estoy bien n-

Este fue tomado por los hombros y antes de que pudiera decir algo más ya se encontraba dentro de la habitación.

- Ya lo vi, Siéntate mientras lo traigo.

Hiro obedeció.

- Gracias pero en serio, estoy bie-

Una pequeña paleta fue introducida a su boca.

- ¡Hmm!.

- ¿De qué sabor es?.

- Cereza.

- ¡Ha!, Lo sabía, mis amigos decían que era de fresa, tontos... Ahora quédate quieto...

Su barbilla fue levantada y pronto sintió un leve ardor en su cuello.

- Ay... Debe doler, la herida esta profunda...

- Un poco.

- ¡Listo!, Ya está limpia, solo puse una gasa ya que parece que las vendas se agotaron, pero supongo que hacen la misma función, ahora tus manos...

Las manos del nipón fueron tomadas con delicadeza y el chico comenzó a darle atención a sus nudillos. Tiempo después este también comenzó a masajear sus muñecas.

- Te pido disculpas de nuevo, no era mi intención lastimarte...

- No hay problema... Gracias...

- De nada...

Este último colocó su mano en la cabeza del nipón, acariciando y alborotando mechones de su cabello.

- Fuiste un paciente muy bueno...  ¿Cuál es tu nombre?.

- Hiro...

- Lindo nombre.

- ¿Y el tuyo?.

- Miguel.

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¡Finally!, Ya estaba entrando en desesperación al escribir esto en Wattpad. XD

Esto está durando más de lo planeado, originalmente está historia duraría 3 o cuatro capítulos pero creo que les gusta así que seguiré escribiendolo. :'3

Perdonen la espera, como siempre soy una maldita irresponsable, pero espero que les guste. :'3


•Piano Man• {HIGUEL}Where stories live. Discover now