Capitulo 2

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ÉL

Mujeres. Cuando uno cree que dejó una buena impresión, te salen con la novedad de un número falso. Y no me dieron cualquier número, me dieron el del mismísimo demonio. Hablando de ese demonio, no puedo negar que me da mucha curiosidad saber quién está detrás de esos mensajes. No todos los días te topas con una chica con ese carácter tan fuerte. Ha de ser de esas guapas engreídas que piensan que todo el mundo está bajo sus pies. Lo malo es que no se ve la foto de perfil para comprobarlo, a menos que ella me agregue a sus contactos. 

—¿Otra vez? —me dijo mi madre al escuchar que tocaron la puerta. Cuando la abrió, descubrió a Daniel parado detrás—. Mañana es día de escuela, mijo. No deberías desgastarte tanto. 

—No te preocupes, ma. Sólo voy a salir un par de horas.

 —Le prometo que se lo cuido mucho, señora —agregó Daniel.
Mamá es una gran mujer. Necesita serlo para soportarme y mantenerme ella sola. Pero no me puedo quejar, nuestra relación es muy relajada. Nunca me exige nada, y batallo más en ponerme los zapatos que en convencerla de algo. Es un pan. 

—Bueno, pero te quiero de regreso temprano.

 —Así será, madre —le di un beso en la frente. Daniel, el ocurrente, hizo lo mismo.

Conozco a Daniel desde que éramos niños. Ha estado a milado en las buenas y en las malas, en la calma y en la tormenta.Y vaya que ha habido tormentas. Como aquella vez en la que nos peleamos contra los cinco del equipo contrario, mientras jugábamos futbol. Él se rifó contra tres y yo contra dos. Pudo haber sido al revés y el resultado no hubiera sido distinto. Simal no recuerdo, dos de ellos acabaron en el hospital; los dos que me tocaron a mí. Dicen que los amigos se cuentan con losdedos de una mano. En este caso, Daniel vale por los cinco.                   
Mi carácter explosivo se lo debo cien por ciento a mi papá.
Él era igual o tal vez peor. Todo comenzó cuando tenía doce años, una vez que caminaba con él por el centro de la ciudad.Pasamos junto a una obra en construcción, justo a un lado dela jefatura de policía. Sin ningún motivo, papá se acercó a uno de los albañiles de la obra y negoció algo con él. Lo qué pasó después no lo voy a olvidar nunca: una decena de albañiles formó un círculo alrededor de mí y comenzaron a burlarse entre ellos. De pronto, uno de los trabajadores, el más bajo, pero aun así dos cabezas más alto que yo, entró en la arena humana y me dio un puñetazo. Miré a papá para tratar de entender lo que estaba sucediendo.

—¿Qué vas a hacer al respecto? —me dijo. Sí, incluso a mi corta edad me di cuenta de que papá había contratado a ese albañil para convertirme en hombre.

No tengo que decir que aquel trabajador me dio una tremenda paliza; ni las manos pude meter. A la semana siguiente volvimos al mismo sitio de la construcción y el mismo albañil volvió a darme otra madriza. La dinámica se repitió durante varias semanas hasta que, un día, se invirtieron los papeles y fui yo el que le dio una golpiza al pobre hombre.

Papá se fue de la casa una semana antes de mi cumpleaños, cuando estaba por cumplir los catorce. Nunca supe por qué se fue. Lo que sí es que, aunque económicamente las cosas no han sido fáciles, mamá y yo vivimos en paz desde aquel día.

Daniel y yo llegamos al Grayskull, nuestro lugar favorito. Considerado por los fresitas como un lugar de mala muerte, para mí es la versión de todo lo que me platicaron de pequeño sobre el Cielo. ¿Acaso hay algo mejor que bandas en vivo tocando covers ochenteros? Pero ni las mejores rolas suenan bien cuando traes a una chica en la cabeza.
Qué loco, ni siquiera la conozco y ya me trae pensando en ella. No sé, tal vez fue su carácter aguerrido lo que me atrajo. Una chica que no se anda con rodeos y es lo suficientemente segura de sí misma como para mandarte al carajo con la mano en la cintura no es tan fácil de encontrar.

⌠¿Estás despierta? 23:11 pm⌡

ENGREÍDA: 😠 23:12 pm⌡

⌠😎 23:12 pm⌡

ENGREÍDA: Eres como un mosquito en tiempos de calor, no se puede deshacer uno de ti. 23:12 pm⌡

Mientras más difícil sea la conquista, más ganas tenemos de andar detrás. Así somos los hombres. La cosa sería mucho más sencilla si al primer rechazo se nos acabara automáticamente el encanto. A veces la emoción de la conquista no tiene nada de emocionante.

 ⌠¿Por qué siempre estás de mal humor? 23:12 pm⌡

Se tardó en contestar, a pesar de que las flechitas azules se activaron en el momento en que envié el mensaje. Eso quiere decir que la hice pensar.
O tal vez no quiere decir nada y sólo se demoró porque está leyendo algún libro o viendo la tele. Esto de hablar detrás de un teclado puede llegar a ser muy complicado y deja mucho a la imaginación.

ENGREÍDA: No estoy de mal humor. 23:15 pm⌡

⌠Menos mal. Imagínate si sí... 23:15 pm⌡

ENGREÍDA: 🙊 23:16 pm⌡

Por fin una buena señal.

⌠ Vamos, tú puedes. Mándame una sonrisita.23:16 pm⌡

ENGREÍDA:  😀 23:20 pm⌡

 ⌠Ja, ja, ja, bueno, por algo se empieza. ¿Qué haces?23:20 pm⌡

ENGREÍDA: Hablando con un necio que no me deja dormir. 23:21 pm⌡

⌠¿Dormir? ¿A las once de la noche? Cualquiera diría que tienes cinco años. Por cierto... ¿cuántos años tienes? 😱 23:21 pm⌡

ENGREÍDA: 😂 Setenta, y vivo en un asilo de ancianos. Y no sólo mi dentadura es postiza.23:22 pm⌡

Solté la carcajada.Me disponía a contestarle cuando vi, desde el otro extremo del Grayskull, que Daniel discutía con un par de guarros. Sin pensarlo dos veces corrí para ponerme a su lado.

—¿Qué pasa? —dije. Tan pronto les eché el ojo supe que la cosa pintaba para ponerse interesante.

Ni medio segundo después llegó Thor, el jefe de seguridad y nos pidió que aclaráramos las cosas como caballeros, en el callejón de atrás. En realidad todo había sido una tontería.
Daniel, en su ánimo de fiesta, golpeó por accidente el hombro de uno de esos tipos.
Se disculpó, cosa rara en él, pues quería olvidarse de todo y seguir escuchando la música. Pero el idiota no quiso escuchar razones y se encendió más rápido que un cerillo. En fin, esa noche, al son de «Breaking the Law», de Judas Priest, se armaron los catorrazos. Y como siempre pasa,cuando tienes al tipo en el suelo y le estás dando una golpizade aquellas, su amigo intenta agarrarte desprevenido. Esta vez me tocó interceptar al que intentó agarrar a Daniel por la espalda. Pobre tonto, sentí cómo se le quebró la mandíbula alroce de mis nudillos.

Al final, Daniel hizo lo suyo y dispuso fácilmente del monigote que inició la bronca. Y aunque estábamos a tiempo para escuchar el final del concierto, las reglas del lugar no nos permitieron volver, así que la noche acabó temprano. Cuando íbamos de regreso a mi casa, me di cuenta de que había perdido el celular en la pelea. Tardé dos días en reemplazarlo.

Anónima. Disponible En FísicoWhere stories live. Discover now