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Algo había en ese nombre, que me sonaba tan familiar. Tenía que descubrirlo.

Desperté de mi ensoñación y respondí:

- No sé que tengo de famosa, solo quiero saber quiénes son y porque estoy aquí.

Como les había dicho, en situaciones así hay que mostrarse fuerte, para que las personas no puedan aprovecharse de tus debilidades.

- Bueno querida, soy el autor de todo esto, pero, créeme cuando te digo que es para mejor, sabemos que tu padre no fue el mejor de todos, pero todo lo iras descubriendo con el tiempo, lo único que debes saber, es que puedes confiar en nosotros, vivirás aquí hasta que puedas decidir lo contrario que será en unos años si no me equivoco, Carla te será una buena compañía, por ahora, si necesitas algo, lo que sea, podrás contar con ella, o conmigo, ya que siempre estoy en mi despacho en el ala este. Y bueno creo que no debería hablar por mi amigo aquí presente.

Como podía ser tan insensible con sus palabras, así que él me compró pero ¿porque? Alguien debía decirle que no se puede ir por ahí comprando gente por nada. Además dijo que podría ser libre en unos años, como puede decirlo así, sin que ninguna facción de su cara cambiase. El conocía a mi padre, como podía, ni siquiera tenía tiempo para mí. Cam sabía muchas cosas, y tenía que descubrirlas, mi plan sobre escapar tendría que esperar un poco más, no podía irme de aquí sin saber toda la historia detrás de todo este juego.

Ash levantó su copa de vino:

- Bueno pues, bienvenida a tu nuevo hogar. Yo debo retirarme.

Se levantó de la mesa y comenzó a andar hacia la puerta.

Solo me limité a observarlo irse, cuando quedamos solos Cam y yo, sentí que el ambiente se puso tenso, tenía muchas cosas que decirle.

- Número uno, ¿quién te crees tú para comprarme? 

Número dos, ¿quién crees que soy? Te aseguro que no necesito la protección de nadie, ni nada que venga de dos desconocidos.

Me levanté y me fue echando humos por las orejas de ese lugar, caminé y caminé hasta que llegué a un jardín, debo confesar que era hermoso, había un laberinto en el que rogaba perderme, sin pensarlo dos veces entré, y comencé a dar vueltas iba tan metida en mis recientes problemas que no me di cuenta de que el cielo ya tenía ese color anaranjado del atardecer, estaba a punto de anochecer, hacia frío, y yo estaba aquí, perdida entre todas estas rosas hermosas, al menos se notaba que ellas eran queridas, ya que estaban bien cuidadas y crecían libres.

Escuche que alguien venia, se acercaba y estaba regañando, di la vuelta en una esquina del laberinto y ahí estaba Cam enredado en una mata de rosas.

- Malditas rosas, mandaré que las corten.

Estaba verdaderamente enojado y debo admitir que me dio algo de risa. Lentamente sin que se diera cuenta, comencé a caminar hacia él, era seguro que por ese camino estaba la salida del laberinto, ya que, él venia por ahí, cuando ya había pasado por su lado, me sentí libre, no me había visto, o eso creía yo, porque no di un paso lejos de él y sentí que me agarraba por el codo, me tironeó hasta que casi caigo de bruces sobre las espinas pero él ágilmente se dio la vuelta y caí encima de él.

- ¿Qué haces? ¡no!

Grité asustada.

- Hacia donde se dirigía señorita Olivia.

Dijo esto con un tono burlón, pero se notaba que las espinas lo estaban dañando, por lo que intenté recargarme más en él, por venganza.

- Solo quiero salir de aquí, no tengo nada que ofrecerte y te aseguro que no valgo todo el dinero que pagaste por mí.

Lo sé, estaba mostrando lo poco que me valoraba, pero si esa iba a ser una forma de salir de aquí, la usaría. Me levanté de ahí y lo dejé enredado, luego de unos minutos buscando la salida, di con ella. Carla estaba esperándome, y me escoltó a la que iba a ser mi habitación.

- Carla, por favor, dime de que va todo esto, te prometo no escapar, pero cuéntame.

Al parecer Carla era muy fiel a sus amos, permaneció en silencio, hasta que le dije que me dejara sola, que podía irse. Con cuidado me quité el vestido, tenía unos rasguños en los brazos y piernas, me escocían, por lo que decidí darme un baño con agua tibia. Me permití dejar vagar mi mente donde ella quisiera ir, no podía creer el vuelco que había dado mi vida en menos de una semana; cuando ya me sentí mejor me puse un nuevo camisón rosado que había al pie de la cama, me metí entre las sabanas y me quedé pensando, más bien recordando.

INICIO DEL RECUERDO

venia del colegio llorando porque mis compañeros rompieron mis lápices, algo especial tenía la encimera de la cocina que siempre que estaba triste me acurrucaba ahí, y me sentía mejor, sin darme cuenta me había dormido, me estaba levantando del suelo cuando escucho su voz, la de mi padre, cuanto daría por poder darle un abrazo sin que me rechace, fingí estas dormida, por si se dignaba a hacerme algún cariño en el pelo como los padres de mis libros; su voz venia cerca, estaba hablando. Y se escuchaba nervioso.

- ... si, la tengo, no te preocupes, aquí estará sana y salva, por ahora, si no me pagas este mes, tendré que ofrecerle a un mejor postor, sabes que Ash está muy interesado en conocerla, lo único que lo ha parado son mis amenazas con hacerle daño a ella, sabes que le tiene un estima enorme, aun sin conocerla. Y sabes también que Ash me pagaría el doble que tú, si se lo pidiera.

No sé qué tramaba mi padre, pero seguro que era alguno de sus socios, debe tener algo muy importante por aquí metido. Seguí fingiendo dormir, y la sentí, su mano, en mi cabello, pero no era una caricia, más bien, el agarró un mechón de mi pelo en su puño y susurro en mi oído, me harás millonario querida, no sabes cuánto, que pena que seas una tonta.

FIN DEL RECUERDO

Ash sabía cosas que yo no, quería ir ahora mismo a hablar con él, a exigirle que me contara toda la verdad, y claro, ahora estaba segura que era el miso Ash del teléfono de papá, pero en la mañana Cam dijo que él estaba detrás de todo esto, debo decir que estaba totalmente confundida. Y confundida al cien estaba casi dormida, alguien estaba detrás de mi puerta susurrando. Cam.

- Me importan mil pepinillos si está dormida, Carla déjame entrar, necesito verla.

- Está bien, solo cinco minutos, no la despiertes, tuvo una tarde agotadora, y creo que lo sabes.

Así que Cam necesitaba verme, estaba aun con los ojos cerrados cuando el suave colchón se hundió a mi lado, apartó un mechón de mi cara, y susurro bajito, como hablando solo para él.

- No sabes lo importante que eres para mí, y espero que un día entiendas, que vales más que unas pocas monedas.

Sentí que me besaba la frente, se levantó de la cama y salió, y yo lloraba, Dios, ¿qué me pasaba? ¿Qué le pasaba a él?

RUEGA QUE TE AME (Kate A.) [PAUSADA]Where stories live. Discover now