Besos (Steve/Natasha)

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Cuando Natasha duerme, Steve se da el lujo de reflexionar acerca de su relación con Natasha Romanoff.

La ventana del hospital da hacia una de las autopistas del lado sur de Manhattan, indicando la salida próxima de la isla. El asfalto se ve cubierto por miles de faros automovilísticos, opacando el brillo de las estrellas.

En medio de la habitación, la luz permanece apagada, aunque se filtra un poco de luz del pasillo tras la puerta y del faro que esta en el exterior. Con cuidado de no despertar a Natasha y a su hija recién nacida, Steve les besa la frente a cada una: su pequeña pelirubia se acurruca contra el cunero en el que duerme, Natasha se limita a suspirar. La espía tiende a estar en constante alerta, pero el cansancio la tiene entre los brazos de Morfeo.

-Besame

La primera vez que la espía le propone algo semejante, Steve no puede esconder la sorpresa que le han provocado esas seis letras. El resto de los Vengadores mira al dúo, siendo Tony quien apuesta que el "Capitán Virginidad" jamás accedería a besar a alguien solo por diversión. 

La pelirroja bebe lo ultimo que queda de su whisky, mirando con desafió al primer vengador, creyendo que Steve Rogers le dará un sermón acerca de besarse entre compañeros. 

Pero lo que nadie sabe es que Steve se ha enamorado poco a poco de la rusa. A partir de su descongelamiento, el super soldado sabe que la vida es un instante y que no hay que desaprovechar las oportunidades. Tomo a Romanoff por las caderas, y le planto un beso en los labios, dejando a todos los Vengadores mas que sorprendidos.

Y a Natasha con ganas de más.

-Steve, el pequeño James se ha quedado dormido. Sigue preguntando por su madre y pregunta si van a volver pronto- es el mensaje que Wanda le ha enviado al celular. 

-Dile a James que su hermanita y mamá irán a casa mañana. Dile que lo queremos- es lo único que pone Steve en respuesta.

La segunda vez que Steve se besó con Natasha fue ella quien tomo la iniciativa; Sharon, María y el volvían de una misión poco diplomática, terminando con Rogers en la enfermería. Si, Steve era un super soldado, pero no dejaba de ser un hombre.

El paso (o mas bien, la carrera) de un huracán pelirrojo hacían eco por toda el ala medica del S.H.I.E.L.D. 

Al llegar a la puerta, Natasha no necesito decir nada. Todo el mundo se aparto, rogando que Rogers sobreviviera a su furia, pues ellos ni Hill y Carter eran lo suficientemente estúpidas para confrontar a la espía.

-¿Nat?- interrogo el vengador, sintiendo nublada la vista, producto de la anestesia

La rusa le dio un golpe en el brazo  -Eres un idiota ¿no se te ocurrió pedir respaldo? ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?

-No, a decir verdad no-  lo que le pudo costar una bala en la cabeza, en realidad le valió un beso muy demandante de parte de la pelirroja, descargando cualquier preocupación en ese beso.

Steve sonrió ante el recuerdo; su esposa era alguien muy demostrativa a su manera, prueba de ello eran sus besos antes de iniciar una misión. O cuando querían fastidiar a Tony, alegando el millonario que consiguieran una habitación. En ocasiones, simplemente querían ser posesivos el uno con el otro, en un arranque de orgullo o de pasión desenfrenada, siendo atrapados por los novatos de S.H.I.E.L.D.

También habían besos castos en la intimidad, cada vez que hacían el amor, cada noche antes de dormir, cada vez que volvían a casa o en el desayuno, mientras James hacia cara de asco.

El día de su boda era un ejemplo de ello. Rodeados de sus seres queridos,Natasha y Steve dijeron "si, acepto". Ese beso representaba todo el amor que pudieran profesarse el uno al otro.

Un beso que no se volvió a repetir hasta la llegada de James y de Sarah, sus preciosos hijos.

Si, su vida como Vengadores todo, menos tranquila. Pero sus momentos de felicidad lo valían todo. Y si, el mundo podría acabar mañana, pero Steve no cambiaría nada.

Incluso, en su lecho de muerte, Steve aun reflexiona sobre todo lo que ha vivido, sabiendo que no cambiaría nada de su pasado. Nunca fue un gran experto en el amor, ni mucho menos había besado a tantas personas en su vida, pero lo que si sabia es que Natasha Romanoff era única.

Y que no cambiaría sus besos por nada del mundo.

Couples Marvel en el AbecedarioWhere stories live. Discover now