Capítulo 6

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Pensé que este día no me traería ningún tipo de sorpresas, pero veo que me equivoqué en pensarlo

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Pensé que este día no me traería ningún tipo de sorpresas, pero veo que me equivoqué en pensarlo.

Ambos hombres se encuentran en la entrada de la casa de Backy, esperando a que les abran. El padre de Dylan está de espalda, y Dylan de medio perfil.

Creo que no sería buena idea encontrarnos hoy, me siento totalmente desarmada, no me esperaba para nada esto. Cuando estoy pensando en irme, Dylan mira hacia a mí y se da cuenta de mi presencia. Ya no me queda otra alternativa, sino enfrentarlos, no pienso acobardarme y huir.

Dylan me observa, su mirada es muy minuciosa. No permitiré que piense que me intimida, así que avanzo con pasos firmes y confiados.

—hola Clayton —me saluda con el mismo tono de ayer en el pasillo. Ese tono envolvente, emana autoridad. 

—buenas noches señores McQuoind's—digo en voz alta y fingiendo una sonrisa. El padre de Dylan dirige su mirada hacia mí, y me examina detenidamente, mientras que Dylan solo nos mira a los dos.

—hola, bienvenidos —dice al abrir la puerta una señora muy parecido a Backy, supongo que será su mamá—. Por favor sigan.

El primero en entrar es el padre de Dylan, quien saluda a la madre de Backy extendiendo su mano. Dylan me hace un ademán para que yo entre primero que él.

—¿Tú debes ser Mille, cierto? —pregunta la mujer al acercarme.

—sí, mucho gusto —digo con una sonrisa, y esta vez es natural.

—soy Clary, la mamá de Backy —me da un abrazo—. Pasa, te estábamos esperando.

—¿Qué haces aquí Clayton —pregunta Dylan acercándose a mí cuando ya hemos entrado a la casa.

Casa que por cierto es grande y linda. Su estilo es una mezcla de modernidad con pequeños toques antiguos. Las paredes de la misma son de color amarillo pálido, a excepción de la sala, quien frente a un gran sofá con una mesa de centro, es de piedra arenisca con acabado rústico.

—no creo que sea de tu incumbencia, McQuoind's —digo su apellido tratando de imitarlo cuando él dice el mío.

—tienes razón, tampoco es como que me importe —responde encogiéndose de hombros y marchándose.

—por fin llegas Mille —exclama Backy dirigiéndose hacia nosotros —¿Qué hablaban? —dice esta vez en voz baja, aunque no entiendo por qué, ya que Dylan estaba lo suficientemente lejos como para escuchar.

—solo nos saludábamos —respondo— ¿Qué hacen ellos aquí? Pensé que solo estaríamos tu familia y yo.

—no los esperábamos, llegaron de sorpresa —dice mirando la puerta de la entrada— ¿No te había contado que mi papá y el papá de Dylan son socios? —esta vez dirige su atención hacia mí.

—no, no me habías contado —Se te pasó contarme ese detalle tan importante Backy. Sospecho que me podrías ayudar un poco en mi plan.

—no importa, ven, vamos a cenar.

Salimos de la sala, y pasamos al comedor, es un poco pequeño pero bien organizado.

La cena es un poco incómoda, el padre de Dylan solo se dedica a hablar de negocios con el padre de Backy, mientras la señora Clary entra en la conversación por momentos.

Y lo que compete a nosotros: Dylan, Backy y yo, solo nos dedicamos a comer de manera silenciosa.

Al terminar la cena, Backy me presenta a su padre: su nombre es Thomas, un hombre robusto, muy carismático, y a juzgar por unas ligeras canas  asomadas en su cabeza, se podría decir que es un poco mayor. Al presentarnos, el señor Thomas se dirige a su oficina con el padre de Dylan.

Me estoy empezando a aburrir un poco, ya que Backy me ha dicho que la espere en la sala mientras ella termina de decorar un pastel que ha hecho para mí con su madre. Y aquí me encuentro, sentada en el sofá, y mi única entretención es mirar algunos cuadros que se encuentran en la pared.

Decido levantarme y acercarme para ver unos pequeños detalles de la pintura que no puedo ver de lejos. Es un cuadro grande, a juzgar por el estilo, pensaría que está inspirado en la edad media.

—no me digas que te gustan las pinturas Clayton —escucho decir a alguien detrás de mí.

—pues déjame decirte que sí —le respondo sin mirar atrás— y mucho.

—¿Por qué? Solo son dibujos anticuados.

—no lo veo como simples dibujos, los veo como historias plasmadas —toco un poco el cuadro—. Y si miramos el trasfondo, me parece increíble como un simple lienzo puede cargar con toda una obra —me giro para quedar frente a frente—. Y aún más, cómo el pintor puede contarla solo con pintura.

—debo admitir que tu discurso me ha conmovido un poco. Pero... —mira hacia todos lados—. Dime Clayton —da pasos en círculos y acariciando su barbilla con el pulgar— ¿Qué haces aquí en esta pequeña ciudad? O más bien, qué viniste a hacer. No me convence que solo hayas venido a estudiar.

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Nota de la autora:
Espero que disfruten de su capítulo semanal.
XOXO

Lazos Peligrosos [En Edición]Where stories live. Discover now