Capítulo 14

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Los minutos pasaban lentos, sentía un nudo en el estómago, estaba confundida y furiosa. Maldición, si Nicholas no hubiera actuado de esa forma todo hubiera salido bien.

Esperaba sentada en unos de los sillones, Nicholas estaba dentro de la oficina de la rectora, ya habían tardado más de media hora ahí dentro. Eso no me daba buena espina.

– ¿Qué hora es? –le pregunte a la secretaria que se encontraba tras su escritorio

–Cinco minutos después de la última vez que me preguntaste –respondió con la mirada en su computadora

– ¿Cuándo tarda la rectora en hablar con un estudiante que está en problemas?

–No cuento el tiempo –me contestaba malhumorada, me levante y me acerqué a ella–. Siéntate.

– ¿Qué sucede si un estudiante se mete en una pelea?

–Siéntate.

– ¿Lo expulsan?

–Siéntate, Josephine.

–Por favor, solo responda eso, Señorita. . . –busque en su escritorio algo que me dijera su nombre– ¿Potts?

Su apellido me hizo recordarme a la señora Potts de la Bella y la Bestia pero no me recordaba nada al personaje, más que nada la actitud que me mostraba, se notaba que no soportaba a los adolescentes, o tal vez solo a mí.

Dio un gran suspiro y me miro exhausta.

–Si te respondo tu pregunta, ¿Te sentaras y te callaras? –Asentí– Solo una pregunta.

– ¿Se ha metido antes en problemas Nicholas Swann?

–No me dejan hablar sobre el historial de los estudiantes –volvió su mirada hacía la computadora– pero con tan solo para que te estés callada, te diré.

Ahora su actitud me agradaba.

–El joven Nicholas no tiene el mejor historial en el internado, sin embargo, es uno de los estudiantes más dotados y atlético.

– ¿Y qué clase de problemas se ha metido? –Me dio una mirada de poco amigos– Esa pregunta viene con la primera.

–Una vez lo habían acusado de iniciar una pelea en un salón de clases, solo le falta una advertencia para que lo expulsaran, era decir quien más estuvo en la pelea o expulsión.

– ¿Acuso al chico?

–Dio el nombre del chico y lo expulsaron, técnicamente lo traiciono.

– ¿Cómo sabes eso?

–Eran amigos –se quedó callada al escuchar ruido dentro de la oficina de la rectora–. Ahora, siéntate.

Esa respuesta me había dejado miles de preguntas, ¿Nicholas traiciono a su amigo solo para que no fuera expulsado? Tal vez, Jace no sea la única persona con la que me deba cuidar.

Me volví a sentar espere otros segundos más y en eso recordé otra de mis preguntas.

–Una última pregunta –me dio una mirada asesina–, ¿Por qué estoy aquí?

–Sentada y calladita.

–Pero. . .

En eso se abrió la puerta  de la rectora y de ahí salió Nicholas, tenía una bolsa de hielo en su mano para bajar la inflamación de sus nudillos. Nuestras miradas se encontraron pero la aparto inmediatamente cuando la rectora salió.

–Señorita Brooks –me llamo con un tono serio–, adelante. 

Sin darme cuenta Nicholas ya se había ido.

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