II

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Trish se encontraba en una de sus clases favoritas. Esta siempre participaba en clases, respondiendo preguntas o consultando sus dudas. Pero esta vez, estaba tan metida en su burbuja que no presto la misma atención de siempre. Doppio en serio que la tenia preocupada.

Decidió olvidar lo que el pecoso le había dicho, "no era de importancia" pensaba tratando de convencerse.

Por otro lado, Doppio se encontraba en uno de los lavaderos del baño lavando su pecoso rostro con agua tibia, mientras se observaba a si mismo en el espejo.

-Soy horrible. -Decía mientras tomaba con sus manos la poca grasa que le quedaba, realmente no tenia nada. -Horrible y gordo.
-No es cierto, Vinegar. -dijo un hombre de estatura alta y largos cabellos color rosado detrás de él.

Doppio se asusto, creyó que se encontraba totalmente solo en el baño. No era así.

-Oh... gracias, supongo. -Respondió enredando con sus dedos unos cuantos mechones de pelo.
-Realmente si estas muy delgado. ¿Todo bien con tu alimentación?. -Pregunto el mayor mirando la delgada figura del pecoso.
-Sí, todo esta en orden. -Confirmo.

Diavolo no le creyo. Había estudiado psicología, aunque su lugar la institución era ser el tutor de los estudiantes.

Era evidente que el joven era una víctima de un desorden alimenticio. Un desorden bastante avanzado desgraciadamente.

-¿No deberías estar en clases?. -El de larga cabellera no despegaba sus ojos de Doppio.
-Debería. -Rio ligeramente. -No tengo muchas ganas de presentarme hoy.
-Ya veo. -Puso una de sus manos en los pequeños hombros encogidos del menor. -Fue un placer, Vinegar. Sabes que puede venir a mi oficina cuando lo necesites.
-Amh, sí. Gracias. -dijo con un lijero color carmesí cubriendo sus pecosas mejillas, ya que el mayor no sacaba su mano de su hombro. Agregando también de que era un hombre con facciones unicas, agradable a la vista. Esto hacía poner a Doppio el triple de nervioso.

-Nos vemos. Ve a clases la próxima hora. -Termino por decir mientras salia del baño y Doppio lo veía alejarse.

Era la hora de salida, Doppio estaba exhausto, le preocupada dormirse antes de la cuenta y no llegar hacer sus cien abdominales diarios. Ya se había vuelto rutina.

A lo lejos se veia a su compañera pelirosa, haciendo una señal con sus manos para que se acercara. Doppio comprendio sus gestos y se acerco a ella.

-¿Qué ocurre?. -Pregunto mirando a la pelirosa, la cual tenia una bella sonrisa caracterizando su rostro.
-Ocurre que quiero invitarte a comer, Doppio. -La pelirosa era conciente de que Doppio estaba a "dieta", pero le pareció buena idea para invitarlo, ya que lo quería conocer más a fondo. A Trish siempre le a parecido un chico inteligente, capaz y tierno.
-¿Comer? ¿hoy?. -Doppio quería salir corriendo de aquella situación, no quería aceptar la propuesta de su compañera.
-Sí, hoy. Se que estas a dieta pero seguro tienen ensaladas.

Doppio no le terminaba de convencer dicha invitación, no quería comer.

-Esta bien, voy. -El pecoso no entendía porque acepto. Otra vez su cuerpo estaba en su contra.
-¡Perfecto!. Mi padre ira con nosotros. No te molesta, ¿no?. -Pregunto con un tono de voz bastante alegre. Realmente estaba feliz que su amigo allá aceptado.
-Para nada. ¿En dónde queda? y ¿a qué hora?. -Termino de preguntar el de pecas, no le quedaba otra opción.

Trish le indico en donde y a que hora se tenia que presentar. Así fue como por fín después de varios meses, Doppio salia de su casa para comer. Que ironía.

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Yo sé, una basura la redacción. Pero bueno che, trato de mejorar.:(
Es una de las primeras historias que me tomo en serio. Otra vez, gracias por leer.♡

Rᴏᴍᴘᴇᴄᴀʙᴇᴢᴀꜱ • [Doppio×Diavolo]Where stories live. Discover now