-¡Jungmin! Ven aquí. No corras que puedes caer. Niño malcriado ven aca he dicho. -Jungkook estaba frustrado de que su pequeño bebé de 4 años no le obedeciera para nada y solo se riera del como lucia gritando.
Para rematar, Jimin solo sabía malcriarlo aun mas y él debía jugar el papel del brujo malvado que lo regañaba por todo luego, mientras que Jimin era el papá genial que lo llevaba de paseo y le compraba cosas que le aburrian al día siguiente. Sin duda su pequeño era un consentido de su padre y a este no me molestaba en lo absoluto pues no lidiaba con él en aquellas circunstancias.
-Jungmin obedece a tu padre por favor. -Jimin aparecía por una de las puertas de aquella gran mansión que poseía el mayor en el infierno. Las cosas habían cambiado bastante en aquellos dos mundos, cuando los Ángeles se enteraron de que Jungkook estaba embarazado y de Jimin quisieron sacarlo del lugar que había obtenido, pero después de peleas y discusiones se había llegado a un acuerdo de que esperarían a que el niño o niña, en aquel entonces, naciera para saber si sería igual de malo que su padre.
El tiempo paso y cada vez los Ángeles se encariñaban mas con JungKook y con su panza que muy pocas veces podían tocar debido a que Jimin era un posesivo con su pareja e hijo, no dejaba que nadie se acercara a ellos. Cuando Jungmin nació se olvido el acuerdo y se habían quedado viviendo en el cielo, aunque pasaban la mayor parte del día cerca de Jimin en el infierno, aunque a veces este subía para ir a ver a su pequeño hijo quien era amado por angeles y demonios, Jungmin tocaba el corazón de cualquier persona que lo viera.
-Pero papi... Papá Kookie quiere que me quedé quietecito y eso es abullido.- Murmuró el pequeño de tan solo cuatro años de edad. Algunas palabras aun le salían como a un niño más pequeño pero Jungkook culpaba de eso a las personas que los rodeaban pues le hablaban a su hijo como si fuera un bebé recién nacido.
-Jungmin no iremos a ninguna parte si no comienzas a portarte bien, estoy harto de tener que perseguirte por todos lados. Y no, no uses esa mirada que nadie caera.- El pequeño comenzaba a llenar sus ojos de lágrimas causando cierto sentimiento raro en los demonios que los observaban, Jungkook conocía muy bien esa mirada en su pequeño travieso, siempre la hacía para convencer a alguien y esta vez no era la excepción, pero por suerte el no caería ante aquella ternura.
-Pobrecito mi bebé, Jungkook no seas tan duro con el pequeño tu eras peor de pequeño.-Jimin levantó a su hijo y beso su frente para después caminar con el pequeño en brazos hasta Jungkook. -No me mires así Kookie, te amo, los amo, no puedo dejar de consentirlo.- Jimin se excuso ante la mirada de su pareja.
-Si sigues consintiendolo luego no habrá quien lo pare, luego no podra ser corregido es mejor hacerlo ahora que está pequeño pero parece que todos aca estan vueltos locos por Jungmin y su mirada de pena. Que llore un poco no le hara mal- Habló seriamente Jungkook causando que su pequeño ocultara su rostro en el cuello de su papá mas grande, Jimin sonrió levemente y con su mano libre agarró la de su pareja desapareciendo de aquel lugar gracias a la magia de ambos.
Aparecieron en un lugar ya conocido, tiempo atras Jungkook vivía en aquel barrio donde ahora estaban. Debido a sus poderes las personas eran incapaces de reconocerlos, ni siquiera su madre había podido reconocerlo y eso no le agradaba del todo, a Jungkook le hubiese gustado presentarle a Jungmin y hablarle de que estaba bien pero según JungKook cuando ella muriese podría verla alla en el cielo.
Jungmin se removió para que su padre lo bajara al ver la plaza de juegos con unos 5 niños más en esta. Jimin lo bajo y agarró su mano para que no saliese disparado hasta la plaza, había que cruzar la calle y aunque sabía que Jungmin no podría morir, no quería que su hijo sufriese algún rasguño. Llevaron a la plaza luego de unos segundos y Jungmin corrió a los juegos dejando a sus padres solos.
-No lo malcries por favor.- Murmuró Jungkook una vez que estuvieron solos. Jimin lo miró y rió suavemente recibiendo un pequeño golpe,tan pequeño como su pareja.
-Es imposible, ¿Has visto su carita? Es un niño que me domina por completo.-Hablo el mayor causando que el menor negara meneando la cabeza de lado a lado.
-Minnie, ya tiene cuatro años, luego sera peor. Solo quiero que pueda obedecerme, ni a ti te obedece, nos pasa por alto a pesar de ser sus padres, debería por lo menos respetarnos.-Le explicó el menor jalando a su novio hasta una banca cercana para descansar y observar a su hijo.
-Lo se pequeño, solo quiero hacerlo feliz pero tienes razón, lo estoy mimando demasiado. Cuando volvamos hablare con él y prometo que las cosas cambiarán.- Le respondió el mayor sonriéndole ampliamente, conforme Jungkook se acerco mas al mayor y le robo un corto beso, siendo separados por su pequeño hijo que hacía sonidos de asco.
Ambos padres rieron pero luego Jungkook detuvo su risa al ver a su madre a lo lejos viendo a los niños jugar, suspiro suavemente y Jimin lo abrazo con fuerza besando su cabeza. Jungmin miró hacia donde sus padres miraban y corrió hasta donde estaba aquella señora muy parecida a uno de sus padres.
-Hola, me llamo Jungmin y tengo cuatro años. -El pequeño hizo una reverencia y le sonrió formando con ambos ojos una linea.
La mujer quedó helada frente al niño al ver aquella sonrisa tan parecida su hijo. Miro al niño una vez mas escaneandolo pero fue interrumpido por unos jóvenes padres que corrían hasta ellos. En aquel momento Jungmin asustado por el regaño que podrían darle, salto hasta donde estaba la señora para que lo tomara en brazos pero ante la sorpresa ambos calleron al suelo.
-¡Jungmin! Esta vez si te jalare la oreja.- Llegó Jungkook a regañar a su hijo.
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Holaaaaa tanto tiempooooo ahre que le pasaba bueno ignoremos mi boludez, ¿Como estan? Yo bien emm...nose que poner pero espero que les guste esta segunda temporada, creo que van a aclarar todas sus dudas
