¿Ya acabo todo?.

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Habían pasado un par de horas desde que YoonGi al fin había dado con el paradero del castaño, Rey del Chocolate. El chico de cola esponjosa y orejas de gato estaba caminando al lado de un bonito niño de sonrisa encantadora, quien lo tenía tomado de la mano, balanceando de un lado a otro sus manos juntas, detrás de ellos estaban el niño frambuesa, el señor mantequilla de maní y el señor mantequilla de cacahuete, chillando de ternura al verlos juntos, delante estaba el jefe pastelito al lado del príncipe Cereza, riendo con ternura al ver como ese par de tortolos sonreían embobados.
Ninguno quiso preguntar, tampoco es como si quisieran saber pero por la manera en la que JiMinie se pegaba a Yonnie Bonye, era clara señal de que las cosas habían sido arregladas entre ellos.

Las puertas del gran reino se mostraron frente a ellos después de varias horas de caminata, la noche había aparecido, la gran luna en forma de queso deslumbraba lo hermoso del valle delante del protagonista de la historia. JiMinie le jalo con sutileza para que entrara al castillo junto a él, pero YoonGi se detuvo, viendo con una sonrisa al bonito chico con corona de chocolate.— ¿Sucede algo Yoonie Bonye?. —pregunto con voz calmada.

—Creo que es hora de irme, algo me dice que es el momento. —dijo un poco asustado, no sabía cómo el JiMin de ese mundo reaccionaria. Pero grande fue su sorpresa al ver como el castañito sonrió asintiendo a la vez, mientras acariciaba su vientre.

—Lo sé. —respondio con dulzura.

—¿Lo… sabes?. —sus ojos se agrandaron, al ver como el pequeño asintió.

—Sabes, mi Yoonie Bonye tiene el color de sus ojos grises, los tuyos son café, además mi Yoonie siempre está serio y mira a todos con ganas de asesinarlos, en cambio tu, pareces alguien muy dulce que le gusta la música por como cantaste al escuchar a los pajaritos, y se nota que amas dormir. —las mejillas de Suga se sonrojaron, bajo su cabeza con mucha pena, al parecer el único que se dio cuenta fue el bonito Rey.— Y sé que cuando tú regreses a tu hogar mi esposo o bueno, mi casi esposo regresará y todo volverá a la normalidad.

—¿No estás molesto conmigo?. —dijo con miedo.

—No. —respondio firme.— Las cosas suceden por alguna razón, si esto te sucedió a ti, tuvo que pasar por algo, ¿Tal vez el destino te dio una respuesta a alguna duda que tuvieras? O bien sea solo muy mala suerte.

—Creo que he aprendido algo de todo esto. —confeso rascándose la nuca.

—Ya vez, eso quiere decir que fue por tu bien, quien sabe, tal vez algún día te vuelva a ver.

—Eso sería agradable... me gustaría presentarte a mis amigos y mi hogar, además de algo que no sea dulce. —hizo un mueca viendo su entorno. El silencio los inundó, ninguno mencionó algo por algunos segundos, solo se veían a la cara, YoonGi sonrojado y JiMinie sonriendo.— Cuídate mucho, y espero tu bebé sea igual de valiente y bonito que su padre. —dijo el mayor retrocediendo lentamente, detrás de JiMinie estaban los otros chicos, quienes solo alzaban sus manos en modo de despedida hacia el, YoonGi regreso el gesto con una sincera sonrisa.— Me gusto conocerlos. —susurro, reteniendo las ganas de llorar. El chico con cola de gato regreso su vista hacia el castaño, le despidió como se debía, con un beso en la mejilla (bueno, JiMin lo había hecho).

—Adios Yoonie Bonye. —hablo JiMinie.

—Soy Min YoonGi. —aclaro divertido, mientras seguía retrocediendo. JiMinie río sonoramente, alzando la mano también en despedida.— Por cierto, si esos chicles estúpidos vuelven a intentar molestarte solo lanzalos lejos, o bien puedes llamarme y vendre a protegerte Rey del Chocolate.

¡Shi! Muchas gracias Min YoonGi. —el mayor agradeció ser llamado por su nombre.— Pero de ahora en adelante no dejare que ninguno de ellos intente hacerle daño a mi reino, soy El Rey del Chocolate, así que tranquilo, podré con ellos.

El Rey del Chocolate. © |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora