6º Visitando Irlanda

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6º Visita a Irlanda

Tras dejar Rosings, viajaron durante varios días hasta llegar a tierras irlandesas, donde los Darcy tenían una casa en el centro de Dublín, la capital del lugar. Hacía mucho tiempo que Fitzwilliam no iba por aquellos lugares, mucho antes de casarse con Elizabeth, y sabía que, además de visitar montones de lugares con las dos damas que lo acompañaban, también debería atender algunos negocios que tenía pendientes.

Antes de dedicarles tiempo a los negocios, se dedicó a enseñarles la gran casa, llena de luz y calidez. Darcy les explicó que había sido decorada por su madre hacía mucho tiempo, y que él no se había atrevido a cambiar nada de lo que allí había, pero si les permitió a ellas hacer cuantos cambios quisieran.

Las dos mujeres, emocionadas, empezaron a comentar los cambios que les gustarían, y él estaba encantado de escucharlas tan felices. Aprovechando su entusiasmo, les sugirió salir a ver las tiendas donde comprar muebles, telas y cuanto precisasen. De ese modo salieron a la ciudad, a pasear y comprar.

Durante el paseo, visitaron los parques más hermosos de la zona, las estatuas y monumentos emblemáticos de la ciudad, y por supuesto, las tiendas más famosas. Por petición de Lizzy, se adentraron en una tienda de telas, pues quería elegir unas cortinas para algunas de las habitaciones.

-¿Señor Darcy?- Preguntó una voz de caballero con acento irlandés- ¿Es usted?

-¿Eh?- Se giró hacia esa voz y vio a un hombre, de inmediato reconoció a su antiguo socio- Señor Bray, me alegro de volver a verlo después de tanto tiempo.

-Lo mismo digo- Le estrechó la mano- ¿A que debemos el honor de su visita por estas tierras? A mis oídos llegó el rumor de que se había casado, pero no quise creerlo, no sabiendo el historial de don Juan que tenía usted antes.

-Esa fama nunca han sido más que habladurías, jamás he sido tal cosa- Aseguró, un poco molesto por el comentario- Y si, los rumores de mi boda eran ciertos, me casé hace varios años.

-¡Qué gran noticia! ¡Mi enhorabuena!- Lo felicitó- ¿Es por eso que ha venido a Irlanda de nuevo? ¿Para escapar de su esposa?

-Nada más lejos, he venido con ella y con mi hermana, y le agradecería que dejara de hacer comentarios tan faltos de educación en lo referente a mi vida personal.

-¡Oh, discúlpeme! Mi forma de ser es así, y a veces olvido que los que no son de por aquí no suelen tolerar mi sentido del humor- Se disculpó, haciendo una reverencia. Darcy sabía que en aquellas tierras, las costumbres y el trato eran distintos, así que suspiró armándose de paciencia.

-No se preocupe, señor Bray, no ha sucedido nada- El hombre se relajó al escucharlo- Hemos venido en un viaje familiar, estaremos algunas semanas aquí para que tanto la señora Darcy como mi hermana puedan conocer todos los lugares interesantes, y puedan disfrutar de las fiestas y bailes- Le explicó- Y de paso, aprovecharé para retomar algunos de los negocios que tenía empezados aquí.

-¿Eso me incluye? Porque recuerdo que hace tiempo hablamos de algunos negocios sobre inversiones en telas y barcos.

-Por supuesto, y si gusta usted de venir esta tarde a casa, hablaremos de ello con calma- Lo invitó de manera cortés. Antes de que el caballero respondiera, aparecieron junto a ellos Georgiana y Lizzy, sonrientes y emocionadas- Señor Bray, le presento a mi hermana, la señorita Georgiana Darcy- La joven hizo una leve reverencia- Y a mi esposa, la señora Elizabeth Darcy- Ella imitó a su cuñada.

-Es un placer conocer a dos hermosas damas como ustedes- Hizo una reverencia.

-Estaba invitando al señor Bray a casa esta tarde, tenemos algunos negocios que tratar.

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