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Todo para mi era diferente, me sentía extraña, sentía pulsadas de dolor espeluznantes, sentía ardor en mi interior que no parecía seder, era como una tortura ardiente sin gritos y si poder suplicar por mi propia muerte.
Uno
No quise gritar.
Sentí que mis sentidos se agudizaron y los latidos de mi corazón eran contados, traté de concéntrame en algo más más sin embargo no sabía que es lo que estaba sucediendo con mi cuerpo....percibía todos los sonidos a mi alrededor las agujas del reloj sonantes y aquellos pasos constantes cerca de mi.
-¿Quien es?
-Aún no lo sé, la encontré en medio de la nieve llena de sangre y su pulso era lento estaba apunto de morir sin embargo el dejarla ahí se me hizo muy difícil pensando en la condición en la que estaba.
-¿La convertiste?
-No tuve elección.
Dos
No todo era confuso en mi mente y gracias al cielo aquel ardor había disminuido de la cabeza a los pies pero aquella acción llegó con una reacción, mi garganta quemaba sentía como esta estaba seca, sentía un sed increíble, una sed insaciable y una mala noticia se apoderó de mi ser, mi corazón ardía en fuego y hiba latiendo cada ve más rápido.
-Eleazar.
-Está acabando.
El fuego me consumía lentamente, me aturdia, la espalda se me arqueo y la doble como si estuviera alzando desde mi corazón.
Tres
Un golpe sordo, sentí como mi corazón tartamudio y luego latió una última vez dejándome aturdida por la falta de aquel ardor en mi ser.
Y justo ahí decidí abrir los ojos totalmente asustada, no se en donde estoy pero si de algo estoy segura esque percibo todo con gran calidad, di un respingo al escuchar todo con gran calidad ¿La autopista estará tan cerca?.
Después de fijar mi vista en el techo fijando en todos sus detalles, era capaz de ver los hilos intersecantes de los filamentos del globo de bombilla.
Percibía todo más sin embargo algo no esta bien, esta sensación no es humana mis sentidos estaban al tope y según yo recuerde no había ingerido ninguna droga es más tendría que estar muerta y estoy segura que este lugar esta muy lejos de ser el cielo aunque claro se que de estar muerta estaba más que claro que yo no estaría ahí ni de chiste.
Me senté y pude darme cuenta que estoy una habitación bastante hermosa y grande en donde claramente nunca he estado.
Me levante y pude darme cuenta de la presencia de más personas a mi alrededor, estaban al borde cuarto justo donde la puerta de este se encontraba, estaban en posición de ataque el único hombre esta frente a cuatro mujeres, me venían con persuasión como buscando un peligro voltie a ver a mis los lados sin encontrar nada dandome cuenta que el peligro que buscaban persuadir era yo.
-¿Quiénes son ustedes? ¿Y qué diablos hago aquí?-al momento de empezar hablar me di cuenta que mi voz no era la misma estaba más ¿fina?. Sentí sed, ardor y quemason en mi garganta me dolía no era una sed normal.
El hombre castaño dio un paso adelante y la mujer guardaron la guardia.
-Soy Eleazar ella es mi esposa Carmen-con una voz serena señaló a la única mujer pelinegra era linda-Y ellas Son Tanya Irina y Katrina-señaló a las otras tres mujeres todas rubias-Te encontré en la nieve estabas desangrandote y la nieve te estába congelando estabas a punto de morir y para ayudarte te traje a nuestra casa.
-Oh claro eres doctor -quise creer y me quería engañar a mi misma al preguntarle eso esperando un si como respuesta.
-Oh no querida-la rubia Tanya hablo y md pude percatar que los ojos de todos los presentes eran dorados algo segun la ciencia es imposible.
-Linda mi esposo te encontró en la nieve estabas a punto de morir, el no tuvo elección le era imposible dejarte morir de esa manera -dijo la pelinegra dando pasos adelante acercándose hacia mi.
-¿No entiendo? ¿En que no tuvo elección?-cada vez me confundía más.
-Te tuvo que convertir-la rubia Irina con cara de sufrida hablo.
-Covertir en que-me estaba empezando a desesperar.
-Te tuvo que convertir en vampiro-respondía Katrina la rubia con pelo largo.
-Oh! Vamos esto es ridículo, no entiendo nada y me cuesta más entender cuando tengo a un grupo de personas diciéndome que me han tenido que convertir en un ser sobrenatural inexistente-me sentía muy alterada tenia ganas de correr y de gritar más sin embargo me mantenía estática en mi luga hasta que Carmen se acerco a mi.
-Observalo por ti misma-dijo colocando sus manos en mis hombre haciendo que mi cuerpo girará para poder observarme en un espejo.
Mi piel estaba totalmente pálida , mi pelo más sedoso, mi espalda estaba recta y mis ojos estaban completamente rojos.
Y lo recordé, recordé como aquellos hombres me perseguían, recordé como aquellos hombres me tomaron y me tocaron, recorde como aquellos hombre me golpearon dejando a mi suerte una vez acabaron con lo que habían hecho, recordé como estaba apunto de morir.
-¿Pero que...?-la rubia Tanya me interrumpio antes de poder decir aquella palaborata.
-Linda, dime tu si no lo sentíste, ardor y dolor espeluznantes y una sed incomparable -dijo Tanya acercándose a nosotras-Es más que obvio.
-Ahora eres una neofita-dijo Eleazar.
-¿Una que? -no entiendo ninguna palabra de la que me dicen.
-Un vampiro que recién a sido convertido es un neófito por que es joven y su fuerza y su sed son imparables-dijo Katrina respondiendo.
-¿Como te llamas? -preguntó Irina con recelo.
-Meissa, Meissa Gilbert-me presente.
-¿De dónde eres? -volvió a preguntar siendo interrumpida por Eleazar.
-Irina creo que las preguntas las podemos hacer después, Meissa debe estar muriendo de sed y no creo que sea conveniente dejarla más tiempo así.
