Capítulo 4

6.7K 962 239
                                    

—Creo que Will planea casarse con otra chica

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Creo que Will planea casarse con otra chica.

Henry dejó de comer cuando escuchó la preocupada voz de su hermana decir lo anterior. Depositó el cubierto en la mesa y contempló a Hilda con una ceja enarcada.

—¿Qué dices?

Hilda lucía inquieta.

—¿Qué haré si él no me pide matrimonio, hermano?

Henry tomó un respiro profundo, consternado por la conversación.

—¿Hablas en serio, Hilda?

Los ojos verdes de Henry se encontraron con los de su hermana. Ella se cubrió la cara con pesadumbre y soltó un quejido.

—Estoy asustada de mamá, Henry. Ha dicho que debo casarme pronto y si no me comprometo con Will este verano, tendré que elegir a uno de los hombres que ella aprueba en Lowndes. Hermano, no me entusiasma la idea de una boda, pero si es inevitable que me case, creo que sería menos infeliz si fuera con Will.

Henry la miró con preocupación.

—¿No crees, Hilda, que estás anteponiendo tu felicidad de manera egoísta sobre la de William?

El pánico se apoderó de la mirada de Hilda.

—¿Por qué lo dices, hermano? ¿Te ha dicho algo? ¿Te ha confesado que no le intereso o que ha puesto sus ojos en alguien más?

Henry suspiró, repentinamente se sentía agotado.

—Solo pienso que todos tenemos derecho a estar con alguien a quien de verdad amemos y que de verdad nos ame.

Hilda miró a su hermano con cariño y le ofreció una sonrisa.

—Eres un romántico empedernido, ¿no es cierto? La chica que se gane tu corazón será afortunada, hermano.

El problema era que ya alguien se había ganado su corazón y no era una chica.

Henry conoció a William Fauxsess en la universidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Henry conoció a William Fauxsess en la universidad. Allí se hicieron buenos amigos y fueron catalogados como dos de los solteros más codiciados de todo Cantemburgo. A pesar de su amistad, siempre eran cuidadosos alrededor del otro porque los instintos que despertaban en ellos estaban lejos de ser fraternales. Para ambos era aterrador imaginar lo que el otro diría si supiera la manera en la que en realidad lo veía, la forma en que su corazón latía cuando estaban juntos o lo celoso que se ponía de las chicas que se le acercaban.

Los Marcados de CantemburgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora