17. Epifanía.

121 9 6
                                    

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Gaara-sama... Así todo iba a terminar? Ésta era la forma en que iba a morir? Nuestro tiempo expiró? ... Quisiera... que hubiera sido más largo, quisiera, haberte dicho apropiadamente cuánto significas para mí, quisiera haberte sido de más utilidad.

Mi vida, mi Gaara-sama, no importa a donde valla, siempre estarás presente. No importa qué pase, nunca te olvidaré.

Gracias por el tiempo que me dedicaste, gracias por haberme dado tu sonrisa.

Tal vez si hubiera sido una mejor persona las cosas no hubieran terminado de éste modo, te mereces alguien mejor que yo.

Nunca había pensado qué sería lo último que vería al morir. Gracias, porque eres tú. Porque, pareces horrorizado viéndome caer, me haces sentir que sufrirás en mi ausencia...

Adiós.

Cerré los ojos y esperé el final.

.

.

.

Sentí un golpe súbito, más leve de lo que esperaba.

Y estaba... flotando. Alguien me llevaba en brazos.

Olía a viento y a arena.

Abrí los ojos lentamente y me sobresalté al ver que me cargaba un ángel, de cabello rojo y gruesas ojeras.

Debía de estar en el cielo.

Cuando se percató de mi reacción, me aferró con más fuerza y me susurró al oído: "Está bien, estás a salvo". Su voz era un suave murmullo, igual a la de él. Me acurruqué en su pecho y traté de no pensar.

En silencio, continuó su suave andar.

Subió unas ruidosas escaleras de madera y me depositó sobre una superficie de algodón.

Miré a mí alrededor. Todo me resultaba peculiarmente familiar. Tal vez no era el cielo.

Me puse de pie mientras mi ángel me evaluaba con la mirada.

Aún con el dolor y la pena que sentía, me sonrojé al pensar que nos encontrábamos solos en mi habitación.

"Gracias por salvarme"

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

"Gracias por salvarme" murmuró, sonrojada.

Su expresión estaba llena de tristeza, y aun así era preciosa.

La criatura más delicada y bella que jamás había encontrado.

Mi corazón se aceleró y mi mente sopesó todo el tiempo transcurrido desde su llegada.

Tal vez ahora sí tenía la respuesta a todas las preguntas planteadas, desde el mismo momento en que la vi, algo comenzó a crecer dentro de mí.

Por esa razón no soportaba hacerle daño, por eso, quería matar a cualquiera que lo hiciera.

Por eso secaba sus lágrimas, siempre pensaba en ella, quería tocarla y abrazarla. Cuidarla.

Por eso sentí que iba a morir el momento en que la perdiera para siempre.

No que yo supiera mucho del tema, pero hasta yo, podía decirlo: Amor.

Estaba enamorado de ella.

Ante mi fija mirada, se sonrojó aún más.

Algo en mí se disparó, esa ya conocido, deseo de ella.

Por favor, no ésta vez. NARUTO FANFIC GAARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora