Compañero de clase

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Hasta las narices de las excursiones esas que se hacen con el instituto. ¿Es qué nadie se da cuenta que son un puto royo?

Bueno pues ahí estaba yo, de excursión con mi clase de biología.Fuimos a andar al bosque. Si, habéis oído bien, a andar. Estaba pensando en miles de formas de suicidarme y acabar con ese sufrimiento cuando vi a Alex desviándose del camino sin ser visto. Intrigada le sigo por ese camino rodeado de plantas profundas.

Cuando vi que frenaba me escondí en unos arbustos para ver lo que hacía, entonces me di cuenta de que había una mini catarata preciosa detrás de él.

Y de repente vi que Alex se estaba quitando la ropa, y me paré a mirar su cuerpo. Tenía una buena espalda musculada con un tatuaje en la parte superior, parecía una serpiente. Se quitó los pantalones y la ropa interior enseñándome un culo redondo que acababa en unas piernas perfectas, parecía hecho por el mismo diablo.

Se recogió el pelo largo en una coleta, rubio y rizado. Y se lanzó al agua con un salto perfecto de cabeza.

Cuando se escondió entero en el agua me acerqué un poco para verle mejor. Miré pero no le encontraba por ningún lado.

Sentí como alguien me empujaba y al segundo estaba nadando hacia la superficie para poder respirar. Cuando conseguí orientarme vi a Alex mirándome fijamente.

-¿Qué hacías observándome Elena?

Me quedé helada, no sabía que me había visto. En ese momento me di cuenta de que él seguía desnudo y me sonrojé. Nadé hacía la orilla y cuando salí me senté en una roca para que se me secase algo la ropa al sol. Me quité los zapatos y los calcetines.

Alex también salió sin importarle que estuviese sin ropa y se paró delante de mi.

Tenía a su amigo justo a la altura de mis ojos y no pude evitar mirarle. Levanté la mirada y le vi mirándome mientras sonreía. Me ofreció la mano para ponerme de pie, la acepté.

Nos mirábamos a los ojos cuando sentí que sus manos se dirigían a mi camiseta mojada levantándola lentamente, y yo le deje hacer sin dejar de sostenerle la mirada. Después de quitarme la camiseta y el sujetador, se dirigió a el botón de mi pantalón, lo bajo sin esfuerzo. Por último las bragas.

Cuándo termino de observarme el cuerpo, me cogió la mano y empezó a meterse de nuevo al agua arrastrándome con él.

Y así me encontré atrapada en sus brazos devorando su boca, mis piernas se entrelazaron a su cintura y sentí lo duro del asunto.

Y es que sus besos húmedos y sus manos sujetándome mientras me acariciaban la espalda me estaban volviendo loca, y por eso solté un gemido de una forma que nunca había oído.

Sin previó aviso entró en mi, y solté un jadeo de desesperación por necesitar más de él que hizo que moviese las caderas rápidamente para sentirlo más dentro.

Mientras, le pasaba las manos por el pelo tirando con un poco de fuerza para que me mirase a los ojos, pude ver el deseo en los suyos. Aunque no vi mucho porque ya nos estábamos comiendo.

Las embestidas fueron más rápidas y violentas, le oía gruñir y me llevaba al cielo. Acabamos más o menos a la vez. Cuando dejé de sentir el maravilloso orgasmo, le miré. Bajé de él y andamos cogidos de la mano hasta la orilla.

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