La casa del árbol

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Dedicado a roaldool

"-Qué te calles, qué nadie quiere oírte hablar.

Después de decir eso me fui de la clase, estaba hasta los huevos de Gustavo. "

Hola, me llamo Jorge y os voy a contar como pasé de tener un enemigo a un amante:

Me marché a mi casa sin importarme que todavía me faltasen clases, no podía soportar a Gustavo. Desde que somos pequeños nos hemos odiado a muerte y ni si quiera se por qué, siempre discutimos por tonterías y acabamos casi a golpes.

La semana anterior nos tuvieron que separar porque estaba a punto de partirle la cara. Acabé con varios moratones, pero nada que no pudiese aguantar.

Cuando llegué a mi casa no entré, sino que me fui a la casa del árbol porque sabía que si entraba y mi madre me veía aquí en vez de en el instituto estaba muerto. Subí por las largas escaleras y me senté en el suelo de madera tirando la mochila al suelo. Pegué la cabeza a la pared y cerré los ojos fuertemente.

Pero los abrí rápido al escuchar un ruido y al mirar hacia la entrada vi que había alguien. 

-¿Qué haces aquí, Gustavo?

-Tenía que verte.

-¿Por qué?

Me miro dubitativo y empezó a retorcerse las manos nervioso.

Entonces se acercó a donde yo estaba y se agacho, su cara quedó a la misma altura que la mía. 

-Llevo enamorado de ti desde que somos pequeños, al principio no sabía lo que significaban esos sentimientos y la única forma de reaccionar fue peleándome contigo para que me hicieses caso.- Yo escuchaba alucinado.-Más tarde me dí cuenta de lo que de verdad sentía ya era tarde y ya me había dado cuenta de que tu me odias.

-No lo sabía- me pase la mano por el pelo algo incomodo.- Eras tú él que discutía conmigo, el que empezaba todo, yo no...

Y justo en ese momento cruzó el aire que nos separaba y juntó sus labios con los míos. Al principio estaba tan sorprendido que no le seguí el beso, pero cuando fui consciente le cogí de la nuca para pegarlo más a mi y le empujé levemente hacia detrás para que callera al suelo, yo me puse encima de él.

Creo que le pilló algo por sorpresa, se incorporó quedándome yo a horcajadas. Me seguía besando muy intensamente. Poco a poco me quité la camiseta y él copió mi acción. Nos miramos un momento a los ojos asimilando lo que estaba pasando.

Nos volvimos a besar y dirigí mis manos al botón de su pantalón, lo desabroché. Me levanté y me quité mis propios pantalones, él hizo lo mismo y los tiró a un rincón.

Se abalanzó sobre mi pegando mi espalda a la pared con brutalidad y besándome de una manera muy necesitada. Y yo no me quedé atrás, sino que le pasé las manos por todas las partes de su cuerpo que tenía al alcance. Hasta que finalicé en su bulto que pedía a gritos cariño.

Le bajé los calzoncillos dejando que saliese, lo cogí con la mano empezando a masajearlo mientras le miraba la cara de placer que ponía. Cuando ya estaba cogiendo velocidad y él gemía alto y claro, me hizo parar, me quito mi ropa interior y me dio la vuelta. Sentí su amigo entre la nalgas de mi culo y gemí de necesidad.

-Hazlo ya- imploré.

Y así sin más, me la metió hasta el fondo. Solté un jadeo y luego un gemido cuando con una mano agarró mi pene para masturbarlo. Se empezó a mover y sentí desfallecer.

Sus embestidas eran profundas y hacían que me diera pequeños golpes contra la pared. Al cabo de un rato le aparté y le guie hacia un sillón donde le hice sentarse, me puse encima y me lo metí entero dando pequeños saltitos que poco a poco se hicieron mas salvajes y fuertes, fue ahí cuando llegamos al orgasmo juntos.

-¿Se acabaron las peleas?- me preguntó tímido.

Solté una carcajada y le bese.

-Espero que si- dije.









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